CV4 - Colmena - Mister Sogad (2º)

[Lifen]

COLMENA

Verano. Sobre la superficie metalizada de la caravana el calor irradia con fuerza, su visión se enturbia, demasiados grados este año. George se agarra el mentón pensativo, ¿debería cambiar de sitio la colmena del estanque? Tal vez, un poco más arriba tendrían algo de respiro, ayer ya se encontró un puñado de cuerpos alrededor que no habían resistido el calor. Sí, mejor cambiarlas de sitio, pero debería pedirle ayuda a Charlie. Chasquea la lengua, no estará de humor claro, pero le debía un favor, y un traslado a estas alturas debía hacerse rápido. Si no le fallaban los cálculos la reina de esa colmena debía estar ya bastante mayor, pronto la sustituiría otra.

Suspira y se pone en marcha. Al menos Charlie no se le queda mirando. George vuelve a pensar en lo que le atormenta desde que tiene recuerdos. El monstruo, el bicho raro, el tipo con la piel como si fuera la rugosa corteza de un árbol. Es curioso, sus padres nunca fueron capaces de decirle con claridad si de pequeño sufrió quemaduras que curaron mal o si es solo un fenómeno de la naturaleza, cosas que pasan, sí, pero le tuvo que tocar a él. En el pueblo siguen las apuestas, a estas alturas, ¿qué edad tiene ya?, la sesentena debe andar cerca y aún así el pueblo sigue dividido. Se rumorea lo del gran incendio, lo de la mano de Dios interviniendo para salvar al pequeño George de las llamas devoradoras. Y luego están los que solo invierten en mofa o escarnio, que si su madre se alivió un día con un árbol, que si fue su padre el que se encontró con una criatura del bosque que tenía hojas en lugar de pelo... O simplemente se encontraron con una rama reseca un día y la trataron como a un hijo solo porque ninguno de los dos parecía capaz de tener uno propio.

Él se inclinaba por el incendio, debió estar impregnado de alguna sustancia que, con las llamas, acabó formando surcos, hendiduras, rugosidades y un tono tostado y reseco sobre su piel. Pero se negaba al hecho de haber sobrevivido a todo aquello gracias a... ¿a qué?, ¿a Dios?, ¿a la suerte? Dio un resoplido. Cada año su cuerpo se pone más rígido, el médico de la capital le dijo hace ya casi treinta años que no había visto nunca algo igual, que poco a poco sus tejidos se iban endureciendo de fuera a adentro. No lo entendió del todo, mucho menos que le recomendara que se fuera a vivir a un lugar húmedo para retrasar esos síntomas. ¿Cómo iba a dejar sus colmenas? ¿cómo dejar atrás su vida tranquila?

Hoy le había costado levantarse, como otras veces, así que nada de alarmarse, mientras pudiese trabajar ya le iba bien. Su cuello seguía rígido, desde aquél invierno de hacía un par de años, pero no necesitaba moverlo y se apañaba alimentándose de puré, sopa y cerveza. De todas forma no había dinero para más.

Pasó la mañana revisando las colmenas y su situación respecto al poco viento que pudiera levantarse para airearlas por las noches. En cada una se quedó embelesado observando cómo las obreras utilizaban sus alas para bajar la temperatura de su colmena. Dejó para el final a las abejas del estanque, supuso que serían las que disfrutaban de algo de fresco a pesar de esta calima. Le sorprendió descubrir la caja de madera inclinada hacia un lado, pero pronto se puso manos a la obra, no podía permitirse perder aquella colmena, no ahora. Aunque no estaban ya en el momento álgido de este año para darle una buena cantidad de miel, sí que estaba seguro que aún podría cosechar la preciada sustancia durante un par de semanas más, y después retirar la cera. Necesitaba el dinero, aunque lo que le importaba era no perder ninguna de sus queridas colmenas. Al final tendría que tratar de mover la colmena él mismo, debía aprovechar que de todas formas había que repararla.

Tardó toda la mañana en trasladarlo todo un par de metros más allá, debía ir despacio y no alterar el ritmo de las abejas, así que se tomó su tiempo. Al acabar ya había pasado la hora de comer, así que decidió volver a la caravana, debía tener aún la lata de puré de guisantes que abrió el día anterior.

Fue a dar el primer paso y se cayó. Encontrarse en el suelo fue algo nuevo para él, no recordaba haberse caído nunca, tal vez de pequeño, pero no, no lo recordaba, sus pasos siempre eran seguros y pausados. No importaba, no le dolía nada, así que a levantarse. Apoyó las manos en el suelo, afianzó el pie derecho y... la pierna izquierda no le respondía, estaba completamente rígida. Aún así lo intentó, una, dos, tres veces y no pudo levantarse. Notaba demasiado calor, y eso empezó a alarmarle. El problema con su piel era que no transpiraba con facilidad, cada verano le costaba uno o dos días completamente estático en cama. No debía haber tardado tanto con la colmena. Se dejó caer hasta tumbarse sobre el suelo, a su derecha la colmena bullía de actividad, unos pasos más allá algunas cigarras volvían a entonar su estridente chirrido. No podía quedarse allí, no a aquellas horas, demasiado lejos estaba la noche, tal vez viniera alguien a visitarle. No, no podía hacerse ilusiones, nadie venía a ver al viejo George, ya habían quedado atrás aquellos años en que los críos lo espiaban como a un fenómeno de feria.

El estanque. Sí, podía ser la solución, llegar hasta él arrastrándose y así refrescarse hasta que la pierna quizá se recuperase, o al menos poder pasar así el día y luego... Resignado se dio cuenta que debía ir pensando en arrastrarse hasta la caravana en la oscuridad, y no estaba cerca.

De acuerdo, poco a poco. Se giró hasta quedar boca abajo y empezó a arrastrarse usando los codos y la pierna derecha. Debía ofrecer un aspecto de lo más curioso, un tronco vestido con camisa y pantalones reptando hacia el agua. Se reiría si no fuera porque ya notaba la cabeza algo pesada. Poco a poco fue acercándose al agua, aunque su mirada se volvía más borrosa con cada palmo que avanzaba y, estaba seguro, su ropa se estaba haciendo jirones. Tal vez no estaba tan mal acabar desnudo, al menos se refrescaría un poco. ¡Menudo calor!

Cuando solo faltaba un último empujón para remojarse algo se enganchó en su rígido pie izquierdo. Miró como en sueños, ahora apenas distinguía las formas de lo que le rodeaba, pero aquello blanquecino con forma de cubo debía ser la maldita colmena que le había dado tanto trabajo. Por un instante se le pasó por la cabeza tratar de arrastrarse a un lado, y así sortearla, pero bien sabía que ya no podía hacer mucho esfuerzo más. De acuerdo, su salud bien valdría una colmena. Reunió todas las fuerzas que le quedaban y, tras el crujido lastimero del reino de las abejas, pudo por fin sumergir la cabeza y los hombros en el agua.

Despertó justo cuando empezaba a ahogarse. Braceó metiéndose más en el estanque hasta que pudo darse la vuelta y tomar una buena bocanada de aire. Jadeó con alivio al sentir que su cuerpo parecía enfriarse. Salvado por el momento, mejor dejar para después el hecho de no saber nadar. Bueno, solo debía flotar, parecía un tronco, ¿no? No sería difícil. Aquella pequeña muestra de humor no le ayudó demasiado. Después de un rato se dio cuenta que sí, que flotaba mientras no se moviera, pero también iba a la deriva hacia el centro del estanque. Volver a la caravana parecía quedar cada vez más lejos.

Resignado dejó pasar el tiempo hasta que el sol se escondió en el horizonte. Pero la noche le sorprendió completamente agotado y no pudo evitar dormirse.

Despertó poco a poco, primero escuchó el ruido familiar de sus abejas, luego sintió el agua bajo su cuerpo y, finalmente, su mente le obligó a recordar. Asustado probó a moverse y descubrió que ya ninguna de sus piernas le respondía, su brazo derecho tampoco. La desesperación lo atenazó un buen rato hasta que su atención fue atraída por la intensa actividad de abejas a su alrededor. Más que ver, imaginó lo que pasaba fascinado, si había derribado la colmena del estanque era casi seguro que sobre su cuerpo hubiera caído parte de esta y, fuera o no posible, la propia reina debía haberse instalado sobre su cuerpo. Por un momento le sedujo lo que eso implicaba, convertirse en una colmena viviente era fascinante, de hecho le sería muy útil porque... pero, ¿qué estaba pensando? Se le estaba yendo la cabeza. Buscó con su mano izquierda la posible ubicación de la reina pero, desistió preocupado, si lo que había tocado era real, su cuerpo sí que se había convertido en una colmena. Sobre su piel no solo había multitud de abejas, sino que en las hendiduras y recovecos había celdillas, panales enteros. ¿Cuánto tiempo podía haber pasado?, no podían haber hecho aquello en unas horas, no con aquella actividad, y menos habiendo ya miel almacenada.

Se desesperó, trató de pensar si en un día las abejas podrían hacer aquello. Sí, claro, era... era posible, ¿no?, tal vez día y medio, incluso dos, pero no más. No, no podían ser tres, ojalá no fueran más. Su agitación parecía alterar también a las abejas y una nube densa de ellas se había formado alrededor. No le preocupaba, sus aguijones nunca habían atravesado su piel, pero intentó serenarse.

Pasaron las horas y se concentró en la actividad de las abejas que habían hecho de él su colmena. Le sorprendía notar todos y cada uno de los movimientos, pues su piel no es que fuera sensible precisamente. Sin embargo, era como si tuviera cierta conexión con las abejas. En un momento dado notó sabor de miel en la boca y sorbió con avidez. Tenía hambre, así que tardó un buen rato en tratar de explicarse aquello, solo podía significar que unas cuantas celdillas con miel debían haberse construido cerca de su boca, aunque no podía verificarlo visualmente. Quizá pudiera aguantar así hasta que alguien lo viera, tal vez Charlie se pasara en busca de trabajo.

Los días se sucedieron sin apenas darse cuenta. La rigidez se adueñó de él por completo una mañana, no pudo ya mover ninguna parte del cuerpo, ni siquiera logró abrir los ojos. Lejos ya de desesperarse lo aceptó como su nueva vida, mientras las abejas sobrevivieran él lo haría, la dieta de miel no parecía irle mal y como apenas se movía tampoco necesitaba demasiada. El único problema sería el invierno. Aunque en la región el frío no llegaba a ser tan alto como en otros sitios, para las abejas unos grados de más o de menos lo eran todo, y aunque sabía que podían sobrevivir como grupo, también sabía que morían tantas que la actividad en la colmena casi quedaba paralizada, y las reservas de alimento también se reducían considerablemente. Poca miel podría obtener en ese momento.

Pasó el otoño y llegó el invierno, pero él ya no se dio cuenta. Completamente rígido, ya ni siquiera oía, y sus latidos eran tan lentos que solo poseía un hilo de vida. Pero así y todo, convertido casi en un vegetal, George acabó viviendo casi tres décadas más, mientras su cuerpo-colmena era testigo mudo del esplendor y la decadencia de un buen puñado de reinas que se fueron sucediendo hasta que finalmente unos muchachos tuvieron la feliz idea de sacar del estanque aquél tronco tan raro con forma de hombre para jugar un rato hasta que acabó siendo pasto de las llamas de una hoguera.

[jilguero]

[noramu]

[Landra]

Muy bien escrito hasta donde he llegado.

Perdóname autor no he podido terminarlo, me aburre soberanamente, seguro que te pasará también con mi relato.

Mr. Sogad? Ismael?

[jilguero]

¡Qué buena idea, autor!
Me ha encantado la historia.
Pienso que el texto, un poquito aligerado, sin tanto ir y venir mental, habría ayudado a retener a lectores como mi antecesor, que se ha rendido.
Y te diría que un final un poco más abierto le hubiera ido bien. Personalmente me hubiera gustado más que me dejases la colmena flotando en la piscina, con las reinas sucediéndose, sin necesidad de que acabara en una fogata. No sé, dentro de la desgracia, me parece más edificante ese papel de colmena a la deriva.
En la relectura ya me fijaré mejor en qué es lo que ralentiza el texto para ponerte algún ejemplo. Pero, en general, está muy bien escrito y yo no he tenido problema. Que no me he cansado, vamos.
Pero lo más importante que quiero decirte es que la idea me parece muy buena y eso yo lo valoro un montón.

[prófugo]

Estimado(a) autor(a)

¡Me saco el sombrero!! Maravilloso relato, si señor!

La idea es excelente. Quién iba a pesar que ese pobre chico ya convertido en hombre..que ha padecido esa terrible enfermedad en la piel...ya sea quemadura o algo que desconozco se convertiría en el hogar de tantas generaciones de abejas?

Relato super kafkiano...una metamorfosis total. Angustia terrible cuando logra llegar al estanque y flotar como un tronco...hasta despertar y quedar paralizado...con sabor a miel...convertido en una colmena. Wow...la leche!!

No se que pasará de aquí al final..pero seguro que serás uno de mis favoritos.

Muchas gracias...ha sido una lectura lenta donde me he recreado imaginando lo que me ibas contando.

Mucha suerte

seas quien seas..autor...eres un crack! ...eso sí...está divinamente escrito...solo le falta una "s" a cierta palabra para que el relato sea redondo sin ningún fallo ( en el cuarto párrafo..casi al final..."De todas formas ...pero vamos...es una chorrada sin importancia

[ACLIAMANTA]

Hasta ahora el que más me ha gustado. Está bien escrito, se lee fácil y la historia es muy buena.
La única pega es que ansío un relato al que le calce muy bien la etiqueta de kafkiano (como al tuyo, autor), pero que no tenga nada que ver con metamorfosis.

Y no sé... no sé... a ratos la atmósfera me parecía tan kafkiana como berliniana

[jilguero]

Hasta ahora el que más me ha gustado. Está bien escrito, se lee fácil y la historia es muy buena.
La única pega es que ansío un relato al que le calce muy bien la etiqueta de kafkiano (como al tuyo, autor), pero que no tenga nada que ver con metamorfosis.

Y no sé... no sé... a ratos la atmósfera me parecía tan kafkiana como berliniana

Pero la idea es muy buena.
Y hay veces en los que los textos de Kafka invitan casi a la risa. Salvo el final tan rematado, que no, el resto me lo ha parecido. Es más, autor, al despertarme, la primera imagen que hoy se me ha venido a la cabeza ha sido la de tu hombre colmena.

Ese aire de Metamorfosis también lo he notado, pero es una versión muy del autor y muy veraniega.

Esto de que solo haya leído dos y ya haya vuelto por aquí es una señal estupenda.

[Gavalia]

Pues si lo dice jilguerillo será verdad, y si éste trabajo es un ejemplo claro sobre lo que debe ser un cuento kafkiano tendré que tomar nota. El relato me ha gustado bastante. Me parece bien llevado desde el principio hasta el final, y aunque no me ha entusiasmado, si que le encuentro calidad y trabajo a espuertas. El hombre arbol me gusta como personaje. No es ajeno a la trama, él es la trama, y el sostén del relato, así que enhorabuena seas quien seas autor. Yo también lo encuentro bien redactado así que otro punto a tu favor. Supongo que la moraleja es el abandono y la soledad hasta el olvido a la que muchos se ven avocados. Esto pasa hoy en día. Son muchos los abuelos que mueren solos y resignados a su suerte. Una pena.
Enhorabuena por tu excelente trabajo.

[Mister_Sogad]

Autor/a relato extraño el tuyo. No sé si soy yo que las abejas, avispas y demás no me atraen nada de nada (viaje a urgencias si me pican...) así que he leído el relato un pelín tenso. Pero, repito, cosas mías. La idea me gusta, tu protagonista que parece abocado a convertirse en árbol pero que acaba siendo una colmena, y todo detallado de manera que se puede visualizar cada escena bastante bien, algo que siempre digo que me gusta, así que por ahí buen trabajo. En lo que me he perdido un poco es en un par de cosas: primero, tu protagonista se cae y no puede levantarse porque está rígida una de sus piernas, ok, pero ¿no puede avanzar a gatas? creo que hubiera sido una solución natural a su situación. Segundo: no sé de abejas pero me pregunto si es tan sencillo que una colmena se mantenga rodeada de agua... puede ser, ojo, pero se me hace raro, si como dices se van sucediendo reinas, ¿por qué todas eligen quedarse?, lo normal debería ser que la nueva reina busque un lugar más sencillo, más "normal", ¿no? Pero autor/a, no me hagas mucho caso que ya digo que no sé de esto, y la idea me ha gustado bastante, sobretodo proque he construido con facilidad a tu protagonista en mi mente, y eso no era fácil.

Volveré autor/a.

[jilguero]

Autor/a relato extraño el tuyo. No sé si soy yo que las abejas, avispas y demás no me atraen nada de nada (viaje a urgencias si me pican...) así que he leído el relato un pelín tenso. Pero, repito, cosas mías. La idea me gusta, tu protagonista que parece abocado a convertirse en árbol pero que acaba siendo una colmena, y todo detallado de manera que se puede visualizar cada escena bastante bien, algo que siempre digo que me gusta, así que por ahí buen trabajo. En lo que me he perdido un poco es en un par de cosas: primero, tu protagonista se cae y no puede levantarse porque está rígida una de sus piernas, ok, pero ¿no puede avanzar a gatas? creo que hubiera sido una solución natural a su situación. Segundo: no sé de abejas pero me pregunto si es tan sencillo que una colmena se mantenga rodeada de agua... puede ser, ojo, pero se me hace raro, si como dices se van sucediendo reinas, ¿por qué todas eligen quedarse?, lo normal debería ser que la nueva reina busque un lugar más sencillo, más "normal", ¿no? Pero autor/a, no me hagas mucho caso que ya digo que no sé de esto, y la idea me ha gustado bastante, sobretodo proque he construido con facilidad a tu protagonista en mi mente, y eso no era fácil.

Volveré autor/a.

Ojo, que no es mío, pero respecto a la lógica de las abejas, más bien habríamos de pensar en la lógica de las abejas kafkianas. Lo digo pensando en ese texto de un buitre o un cuervo, no recuerdo, que se dedica a picarle a alguien en los pies. No me parece lo más lógico en un pájaro pero...

Y yo que pensé, Tigre, que podría ser tuyo y te iba a bromear con que en vez de una mariposilla habias encontrado una Isabella . Y todavía no lo descarto

[zilum]

La historia me ha ido gustando más y más según iba avanzando, si bien al principio me costó engancharme. Está excelentemente narrado, resulta angustioso el hecho de que cientos de insectos vivan en tu cuerpo, pese a la grandeza de las abejas, y más cuando a uno le picó una a traición en el cuello en su infancia, justo cuando estaba a punto de darle el primer bocado a una hamburguesa!!

La historia está bien con el plus que le das con tu forma de contarla, pero (sí, hay un "pero" que para mí es importante), igual que a Jilguero, me sobra el final. Por un lado me hubiera gustado que simplemente quedase flotando indefinidamente, eso dejaría con una angustia final que calaría más. Por otro, lo de los niños quemándolo vivo... es que eso ya no me lo creo, no porque esos monstruitos no fuesen capaces de hacer tal cosa, sino porque es un hombre colmena!! Un enjambre de abejas con forma de dinosaurio perseguirían a los niños hasta quitarles las ganas hasta de encender una cerilla. Las abejas le robaron su cuerpo, pero también lo mantienen con vida y lo protegen.

Enhorabuena y mucha suerte!!

[Ororo]

Una idea bastante kafkiana con componentes kafkianos, pero cuyo desarrollo no me ha convencido.

Es decir, que veo una buena idea: el hombre tronco (vaya final le das, así de pronto, zasca!!) que al final consigue ser parte de su mundo de una manera muy "física". Tiene, además, su punto obsceno aprovechando cada ranura y hueco de su cuerpo masacrado por la enfermedad para dar cabida a las celdas del panal. Es tétrico y, al mismo tiempo, tierno.

Pero pronto acaba lo bueno, porque el desarrollo de esta idea no me ha gustado nada de nada. Se me ha antojado un texto denso, de difícil lectura, con bailes de tiempos verbales y poca fluidez en la redacción.

Hay conceptos que se repiten innecesariamente y un final tan abrupto como demoledor. Imagino que quedó demasiado "dulce" para ser kafkiano y le diste ese final.

Tengo que reconocer que hay momentos muy visuales, como cuando repta para llegar al lago o cuando al final lo ven los chicos. Es romántico, además, pero debo decir que en conjunto no me ha gustado.

[jilguero]

Autor, ¡qué magnifica idea!
Ya sé, ya sé, el desarrollo podría haber sido mejor. Pero la idea no te la quita ya nadie.
Volveré más despacio. Todavía me quedan muchos por leer, pero es que te quería decir lo mucho que me gusta tu idea y la envidia que te tengo.
Es más, como este concurso no es oficial, igual merecería la pena que lo retocaras teniendo en cuenta los comentarios que consideres razonables.

[Frigg]

Hola autor/a:

Lo cierto es que tengo un problema con éste relato. Lo siento autor/a, no es cosa tuya, como ves estás gustando a mucha gente... A mí tanta miel se me ha empalagado un poquito, y aunque reconozco que detrás de la historia hay una buena pluma, a mí no me llega. Se me ha hecho un pelín lenta y me ha faltado factor sorpresa. Esperaba ese final desde mitad del relato y lo demás me ha parecido un adorno que no me llevaba a ningún lugar emocionante, sino al mismo destino que imaginaba desde el comienzo del relato.

Coincido con Ororo en que veo un alma romántica y dulce detrás del hombre colmena. Puede que por eso no me llegue a encajar del todo.

Seguro que tienes suerte, disculpa mi torpeza ante tu relato.
Un abrazo.