Para Felipe
- Aelo
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- Registrado: 07 Mar 2007 17:25
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Para Felipe
El día que naciste yo estaba esperando noticias, contando minutos, atenta al teléfono y calmando a ese niño que tienes por tío. Luego una llamada, no habías nacido bien, los genes habían jugado contigo.
Junto a tu tío hicimos del teléfono un accesorio casi vital mientras pasaban los días, esperando noticias de tu evolución, rogando que salieras bien de esas intervenciones... no sabiendo si saldrías adelante...
Los médicos nos decían que no nos hiciéramos de esperanzas, que era difícil que soportarás tanto y tú les cerraste la boca al decidir vivir. Al superar cada prueba que se te impuso... vivirías para nuestra alegría y la de tus padres.
Pasaron los años y a pesar de las complicaciones anteriores vimos como crecías, hacías travesuras y llegamos a olvidar lo delicado que estuviste alguna vez, lo único que nos decía que eso realmente pasó eran tus cicatrices y lo enfermizo que eras. Sin embargo eso nunca fue un impedimento para dejar la alfombra en un estado imposible cuando se te ocurría pedir un helado a tu tío (quien nunca te los negaba), ni romper algunos cristales jugando fútbol, ni escapar lo más rápido posible ante el ceño fruncido de Ana, tu madre. Tampoco te impidió saltar por los charcos en los días de lluvia, ni poner la cara de ángel después de una travesura tratando de impedir el regaño (lo que conseguiste siempre con tu padre).
Llenabas la casa de risas, canciones, de pasos infantiles... y hoy las risas se callan, te ha venido fiebre de improviso, tiemblas, tus brazos parecen de nieve, te cuesta respirar... te llevan lo más pronto posible al hospital.
_ Shock séptico, habrá que llevarlo a cirugía_ han dicho, y otra vez pegados al teléfono esperando noticias, rogando que otra vez le calles la boca a los médicos.
Tu madre estuvo presente mientras te intervenían (saltándose los procedimientos de paso), aferraba tu mano tratando con ello también aferrarte un poco a la vida... pero esta vez no hubo milagro.
_ Lo siento, no hemos podido hacer más_ le han dicho a tu padre.
Curiosamente, es tu madre la que calma a los demás, quien seca las lágrimas, quien hace llamadas, quien organiza, ya la conoces, si no esta en movimiento no es ella. Mientras que tu tío, no tan niño ya, consuela a tu abuela...
¿Qué consuelo puede quedarnos? eras un niño, apenas tenías 4 años, pasaste luchando la mayor parte de ese tiempo, provocaste que tu familia se uniera a pesar de las muchas diferencias, que tu padre se volviera un hombre responsable, que tu madre aprendiera lo que es paciencia, y nos mostraste que los problemas se enfrentan con una sonrisa. Bastante hiciste Felipe, bastante hiciste...
Junto a tu tío hicimos del teléfono un accesorio casi vital mientras pasaban los días, esperando noticias de tu evolución, rogando que salieras bien de esas intervenciones... no sabiendo si saldrías adelante...
Los médicos nos decían que no nos hiciéramos de esperanzas, que era difícil que soportarás tanto y tú les cerraste la boca al decidir vivir. Al superar cada prueba que se te impuso... vivirías para nuestra alegría y la de tus padres.
Pasaron los años y a pesar de las complicaciones anteriores vimos como crecías, hacías travesuras y llegamos a olvidar lo delicado que estuviste alguna vez, lo único que nos decía que eso realmente pasó eran tus cicatrices y lo enfermizo que eras. Sin embargo eso nunca fue un impedimento para dejar la alfombra en un estado imposible cuando se te ocurría pedir un helado a tu tío (quien nunca te los negaba), ni romper algunos cristales jugando fútbol, ni escapar lo más rápido posible ante el ceño fruncido de Ana, tu madre. Tampoco te impidió saltar por los charcos en los días de lluvia, ni poner la cara de ángel después de una travesura tratando de impedir el regaño (lo que conseguiste siempre con tu padre).
Llenabas la casa de risas, canciones, de pasos infantiles... y hoy las risas se callan, te ha venido fiebre de improviso, tiemblas, tus brazos parecen de nieve, te cuesta respirar... te llevan lo más pronto posible al hospital.
_ Shock séptico, habrá que llevarlo a cirugía_ han dicho, y otra vez pegados al teléfono esperando noticias, rogando que otra vez le calles la boca a los médicos.
Tu madre estuvo presente mientras te intervenían (saltándose los procedimientos de paso), aferraba tu mano tratando con ello también aferrarte un poco a la vida... pero esta vez no hubo milagro.
_ Lo siento, no hemos podido hacer más_ le han dicho a tu padre.
Curiosamente, es tu madre la que calma a los demás, quien seca las lágrimas, quien hace llamadas, quien organiza, ya la conoces, si no esta en movimiento no es ella. Mientras que tu tío, no tan niño ya, consuela a tu abuela...
¿Qué consuelo puede quedarnos? eras un niño, apenas tenías 4 años, pasaste luchando la mayor parte de ese tiempo, provocaste que tu familia se uniera a pesar de las muchas diferencias, que tu padre se volviera un hombre responsable, que tu madre aprendiera lo que es paciencia, y nos mostraste que los problemas se enfrentan con una sonrisa. Bastante hiciste Felipe, bastante hiciste...
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- Aelo
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Nelly, temo que no sé escribir cuentos... así que no, no lo es. Diría que es un desahogo y si acaso eso.
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L de escribir cuentos no sé, pero escribir... Guau. Mi cariño para todos los que conocistéis a Felipe.Aelo escribió:Nelly, temo que no sé escribir cuentos... así que no, no lo es. Diría que es un desahogo y si acaso eso.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
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