Mensaje
por Arden » 14 Jun 2017 15:24
A mí, como a Magali, me ha parecido una maravilla.
El soliloquio me ha recordado a cuando en Ciudadano Kane entrevistan a las personas que conocieron a Kane para averiguar cómo era realmente él, en este caso el soliloquio parece una respuesta a una pregunta de un periodista o investigador.
Está claro que la fama de El Pantalon ha traspasado épocas convirtiéndose en un mito, en la expresión típica de este canta bien pero si hubieras escuchado tú al Pantalón..., y eso se va haciendo grande y grande, y acaba por traspasar ese mito a toda su persona, y en el imaginario de la gente acaba siendo una buena persona, divertida, correcta, y en el monólogo lo que nos cuentan es la verdad, cómo era en realidad, un personaje absolutamente contradictorio, vivía en la miseria y se podía pelear con alguien por dos duros pero al mismo tiempo rechazar 500 pesetas por una actuación o 1.000, o las que sea, porque él no era un animal doméstico, cantaba cómo y cuando quería, y dentro de esos cantares alguna vez aparecía el duende, y entonces ya no era cante, era otra cosa, que es lo que el protagonista del relato nos intenta explicar y tampoco puede. Sale a relucir ese genio único que hace que la gente vibre y llore.
Me ha resultado muy interesante la añoranza de tiempos pasados donde no existía la televisión ni todo el ruido del tráfico actual, donde no había apenas para distraerse y en cualquier lado se montaba una fiesta y se cantaba, así sin más. Me recuerda a cuando me cuentan cosas de la antigua plaza de Djmaa El Fnaa de Marrakech, ahora un pálido reflejo porque en aquel momento la gente bajaba de las montañas, llegaban las caravanas, y allí se encontraban a los cuentacuentos, los sanadores, charlatanes varios, que entretenían a todo el mundo por unas monedas, todo eso es un mundo que ha desaparecido, y lo que queda es un pálido reflejo de lo que hubo. Pues según lo que cuenta el autor ocurre lo mismo con el flamenco.
También me ha encantado la semblanza del Pantalon como un hombre antiguo ya en aquel momento, alguien que había nacido tarde y fuera de su época.
Y en cuanto al lenguaje, me ha parecido un prodigio de realismo, sin caer en la parodia, ni en el pintoresquismo, simplemente estamos escuchando/leyendo a una persona de un entorno, un acento y una edad determinadas, y no hay nada falso en ello, es auténtico por completo.
En fin, muy muy buen relato. No se me ha hecho nada pesado, al revés me ha dado pena que se terminara, me han dado ganas de más.
Un reino al sol (Sicilia 1130-1194) de John Julius Norwich.