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Unos días, atribulado padre de familia el resto de la semana, de juerga con los amigos y libre de ataduras ¿quién no ha deseado alguna vez poder llevar una doble vida?
Talentoso compositor de música publicitaria, Michael quiere intensamente a su mujer, Catherine, y a sus dos pequeños hijos, pero a veces la rutina y el ajetreo de la vida familiar amenazan con colapsar su sistema nervioso. Y cada vez que la amenaza está a punto de convertirse en realidad, surge casualmente un importantísimo encargo de la máxima urgencia, para el cual, obviamente, uno necesita de toda la concentración posible.
Así que, tras despedirse de su comprensiva y abnegada cónyuge, Michael se dirige al otro extremo de Londres hasta llegar a su supuesto refugio, un piso compartido con otros tres jóvenes donde el genial creador atribulado se entregará a la sacrificada tarea de pasar algunos días viendo la tele, jugando a juegos absurdos, saliendo de marcha... Convencido de que su sistema es el ideal para mantener su salud mental y la de su matrimonio, Michael no ha contado, oh pequeño detalle, con la opinión de Catherine, y menos aún con la reacción de ésta cuando descubra los secretillos de su marido y las desgracias que éstos llevan aparejadas.
para que luego digan que la chick- lit es cosa de mujeres
Unos días, atribulado padre de familia el resto de la semana, de juerga con los amigos y libre de ataduras ¿quién no ha deseado alguna vez poder llevar una doble vida?
Talentoso compositor de música publicitaria, Michael quiere intensamente a su mujer, Catherine, y a sus dos pequeños hijos, pero a veces la rutina y el ajetreo de la vida familiar amenazan con colapsar su sistema nervioso. Y cada vez que la amenaza está a punto de convertirse en realidad, surge casualmente un importantísimo encargo de la máxima urgencia, para el cual, obviamente, uno necesita de toda la concentración posible.
Así que, tras despedirse de su comprensiva y abnegada cónyuge, Michael se dirige al otro extremo de Londres hasta llegar a su supuesto refugio, un piso compartido con otros tres jóvenes donde el genial creador atribulado se entregará a la sacrificada tarea de pasar algunos días viendo la tele, jugando a juegos absurdos, saliendo de marcha... Convencido de que su sistema es el ideal para mantener su salud mental y la de su matrimonio, Michael no ha contado, oh pequeño detalle, con la opinión de Catherine, y menos aún con la reacción de ésta cuando descubra los secretillos de su marido y las desgracias que éstos llevan aparejadas.
Recuento 2024 Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)