CP XIII - Con pellizquito - Mister Sogad (Mención Jurado)

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
Cruela de vil
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CP XIII - Con pellizquito - Mister Sogad (Mención Jurado)

Mensaje por lucia »

CON PELLIZQUITO

Llega temprano y absorbe los olores de la cantina. Unos pocos clientes le sonríen y saludan. Fátima les devuelve el gesto mientras trata que sus casi diez años se olviden tensándose como una vara. Agarra la mochila con más fuerza y se pierde en el almacén.

Con un suspiro templa los nervios y comienza su andadura para desenterrar al duende. Al “duende chico” diría su abuela. Se sienta y se tapa la cara con las manos. Bucea en su interior, en esa oscuridad heredada de tanto escuchar historias que agrietan el corazón. Pero así es como hay que hacerlo, así es como lo han hecho las que la han precedido antes, mucho antes. Ya habrá tiempo de añadir sus propios tormentos. A veces le gustaría vivir desgracias, solo para poder dar más de sí sobre la madera, pero entonces sus sueños infantiles le devuelven al mundo de los juegos y alegrías. Ya llegaría, su madre siempre le ha dicho que no se dé prisa, que en eso no.

Le llega entonces el recuerdo de la historia de su bisabuela, su favorita, porque es la que duele con más fuerza. Con su mismo nombre y muy cerca de su edad, aquella mujer había sufrido la guerra. Llevar comida a familiares en la cárcel mientras oía caer las bombas seguida de cerca por gente de ojos grises y mirada enloquecida. Sabiéndose siempre al filo de quedar sola si al señorito del pueblo dejaba de antojársele su hermana tenía prendida de los labios una sonrisa para todo el que vistiera de manera decente. Y en cuanto la dejaban se esforzaba por mostrar su arte ya fuera en tarimas o en la carretera. Así había sobrevivido en el durante y en el después. Tiempo de paz con el pellejo agarrado a las costillas. Ya más mayor no pudo evitar el tener hijos sin aclararse de dónde venían. Unos cuantos se le ultimaron en los brazos, los demás extraían su amor y coraje sin descanso. Y el arte sobrevivía.

Fátima se dejó llevar por aquellos senderos un poco más hasta que su interior se pobló de telarañas. Entonces ya era tiempo de arreglarse, de vestirse para darlo todo. Se peinó con esmero la melena azabache para atraparla luego con un diminuto coletero. Se desnudó y se puso el vestido brillante, buscándole con ojo de águila cualquier pequeña arruga que estorbase. Collar, pendientes, un poco de color para mejillas y labios. Por último los tacones, lo más preciado. Repasó su superficie lustrosa con la yema de los dedos y se dejó seducir por las suelas desgastadas.

Al acabar se asoma al local, han pasado las horas sin darse cuenta y está a rebosar, hoy no habrá tiempo de ensayar. En el escenario puede ver a los suyos, ya está casi todo listo. Avanza entre las mesas con paso firme y mirada desafiante, en su pecho mantiene el calor de la congoja incubada antes.

***

Hoy las lágrimas le huelen a lavanda mientras la voz rota inunda el bar de su tío Paquito. Sobre las paredes encaladas repletas de recortes de periódico rebotan los graves tiznados de melancolía. Se prolonga entonces un silencio y los clientes gravitan por debajo de sus menudas pestañas. Ese. Ese es el momento en que deja libres a los diminutos seres que danzan en su cabeza para que le traigan dolores ajenos. El quejío ya galopa por sus entrañas cuando la pena la atrapa.

Y estalla, se tensa, pisotea con fuerza el tablao dejando que el suspiro colectivo se desboque entre las grietas de la madera. Su frente se perla, sus manos caracolean, cogiendo de arriba agarrando de abajo. El quiebro y requiebro refuerzan el revoloteo de sus lunares alimentando la tormenta. A su espalda el brioso punteo de las cuerdas la sigue de cerca.

Con un golpe seco el silencio vuelve a alojarse entre las mesas repletas y las botellas desnudas de esencia. Todos los ojos se aferran a ella, reptando desde la puntera de charol a la apretada coleta. Su pecho bombea poco antes del giro que lanza a los hipnotizados su cola de tela. De espaldas levanta los brazos de modo que los codos parezcan ceñidos con los hilachos del titiritero mientras en su mente asoma el reflejo de un cuervo a punto de batir sus alas.

Comienza el vuelo con parsimonia, se va echando por encima la imaginaria sal que impregna sus manos. Con el simple movimiento de los dedos deja caer la mortaja. Entonces tuerce el cuello, a un lado y al otro, con golpes secos y bruscos. La capa salina se resquebraja. Cierra los puños al aire y los baja con fuerza. Da inicio al torbellino, gira que gira. Y entonces a su alrededor los colores informes se tornan en blanco, la luz se le pega al pecho y vuelve a tomar brío para continuar las cabriolas.

El negro da paso a la alegría tomando así la recta final de su baile. Alrededor todos vuelven a sanar y le lanzan olés y palmas. Con un último golpe la llama se apaga.

***

Todo ha acabado, atrás reverberan los ecos de la ovación mientras se derrumba en el almacén. Ha ido bien, se dice. Pero es tiempo de desprenderse del todo de las penurias que la han llevado en volandas. Tal vez sea el momento más difícil, por mucho que todos le digan que lo que hace bajo las luces es único. Sobre la madera ha dejado la altanería y el mirar desafiante, ahora quedan los hombros caídos y el rictus amargo. Todo está en la cabeza. Con suavidad pasa las manos por todo su cuerpo, las utiliza de manera que se desprende de una tela imaginaria; un traje doloroso que le viene grande. Es un ritual que pasa de madres a hijas. Es efectivo, al menos “de boquilla”. A pesar de su corta edad sospecha que las demás también debían llevarse un poquito al lecho, para dejarlo ir en una o dos pesadillas.

Aliviada por fin guarda con cuidado el traje y los tacones. Suelta la melena y se sienta en una de las mesas, que ya van quedando vacías, para beberse una cola y comer algo caliente. Después llegarán a recogerla y mañana ya habrá tiempo de enterarse para cuándo el próximo baile.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Gavalia
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Gavalia »

No he tenido problema alguno a la hora de entender lo que cuentas. La historia no es que tenga mucha enjundia pero incluso he visto bailar a la protagonista del relato. La poesía de los movimientos, los requiebros, el encuentro, tan necesario para el artista de la inspiración.
Lo redactas bien, sin demasiados alardes pero con gusto.
Gustarme me ha gustado pero no acaba de ser lo que quiero o me gustaría leer. Suerte.
8-6-5
En paz descanses, amigo.
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zilum
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por zilum »

:hola:

Muy bien escrito, lo que más me ha gustado es el sentimiento con el que describes el baile de tal forma que has logrado recrearlo en mi mente. Me sorprende que la niña con apenas diez años ya padezca ese sufrimiento y tenga esa vía de escape que en este caso es el baile. En lo negativo, me faltó algo más, la historia se me hizo muy breve. Enhorabuena, porque pienso que has vivido este relato mientras lo escribías, y eso no es nada sencillo.

Mucha suerte!!
:60: :60: :60:

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ACLIAMANTA
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por ACLIAMANTA »

Otra historia de temática intimista, llena de reflexiones pero con un lenguaje menos cargado de drama y por eso, o tal vez por el tercero que nos lo cuenta, más apacible la lectura.

Bien escrita, fácil de leer y de entender, aunque pese a que le di un repaso no pude saber el por qué del título.
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Mario Cavara
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Mario Cavara »

Creo sinceramente que la historia que aquí se narra habría podido dar lugar a un texto excelso y ciertamente brillante, pero adolece, a mi juicio, de escaso desarrollo sintáctico, sobre todo hasta llegar a la última parte, donde sí que el autor o autora ejercita ya su labor con una mayor calidad literaria. Hasta ese momento el texto me resultó un tanto anodino, una sucesión de frases enlazadas por puntos y seguido, sin demasiada belleza o, por decirlo de otro modo, con una belleza deslucida, casi como una crónica periodística de los hechos. Y es una pena, porque la historia daba de sí para un despliegue literario mucho mayor.

Ya el primer párrafo me deja con ganas de más. Me gusta el comienzo, ese “Llega temprano y absorbe los olores de la cantina”, pues pone en alerta el universo sensorial, en este caso a través de los olores. Eso sí, habría querido saber un poco más de esos olores, aderezándolos con alguna metáfora o comparación. A continuación algunos clientes sonríen a la protagonista; muy bien, pero habría sido bonito saber cómo eran esas sonrisas, si eran sonrisas cómplices o expectantes, si eran sonrisas que hacían volar los labios o simplemente los combaban ligeramente, si también sonreían los ojos o sólo las bocas; algo de poesía en definitiva con la que estimular desde un principio la sensibilidad del lector y hacer más placentera la lectura.

La siguiente frase se me antojó excesivamente abrupta. Si en lugar de “Fátima les devuelve el gesto mientras trata que sus casi diez años se olviden tensándose como una vara”, el autor o autora hubiese escrito “Fátima les devuelve el gesto mientras, tensándose como una vara, trata que sus casi diez años se olviden”, el mensaje sería el mismo, pero la oración ganaría en suavidad.

Esta aspereza la he detectado asimismo en otros momentos del relato, tales como en “Llevar comida a familiares en la cárcel mientras oía caer las bombas seguida de cerca por gente de ojos grises y mirada enloquecida” o en “Sabiéndose siempre al filo de quedar sola si al señorito del pueblo dejaba de antojársele su hermana tenía prendida de los labios una sonrisa para todo el que vistiera de manera decente”. Los signos de puntuación, entre otras funciones, sirven para templar las oraciones y que el lector pueda respirar mientras lee. En estos dos ejemplos, esa falta de puntuación hace que el lector no se sienta cómodo y pierda cualquier ritmo de lectura. Son, por otro lado, bastantes más los ejemplos de falta de puntuación de que adolece el texto, pero creo que con los ya expuestos queda suficientemente claro lo que pretendo decir. Si acaso pongo un tercero con el que hacer terna: “De espaldas levanta los brazos de modo que los codos parezcan ceñidos con los hilachos del titiritero mientras en su mente asoma el reflejo de un cuervo a punto de batir sus alas.”

Esto vendría a ser lo más negativo, a mi juicio, del relato.

Ha habido, sin embargo, muchos aspectos que sí me gustaron de esta narración. Para empezar me encantó el empleo por parte de su autor o autora del verbo “ultimar” en lugar de “morir”, cuando, refiriéndose a los hijos fallecidos, dice “unos cuantos se le ultimaron en los brazos”. Me pareció una elección muy atinada por su parte. Borges, por cierto, también acostumbraba a utilizar el verbo "ultimar" en estos casos :wink:

También me agradó esa imagen interna poblada de telarañas de la protagonista. Es una metáfora acertada para dar a conocer ese vacío interior que la asola. Igualmente el olor de las lágrimas a lavanda me hizo cerrar los ojos y dejar volar la imaginación, y eso siempre ha de figurar en el haber del narrador.

Otra frase que me gustó, por su potencia, es esa que dice “Avanza entre las mesas con paso firme y mirada desafiante, en su pecho mantiene el calor de la congoja incubada antes”, aunque yo hubiese invertido el verbo y adverbio finales para decir mejor “antes incubada”, creo que resulta algo más eufónico.

También me resultó muy visible ese quejío que galopa por las entrañas de Fátima siguiendo el rastro de la pena. Ese resabio flamenco me encantó, más aún cuando ya acto seguido se manifiesta con total plenitud en ese tablao taconeado, el caracoleo de las manos al bailar y el punteo de la guitarra. Toda la escena del baile está, en general, muy bien lograda. Destaco de ella especialmente esa parte: “Y entonces a su alrededor los colores informes se tornan en blanco, la luz se le pega al pecho y vuelve a tomar brío para continuar las cabriolas”. Me pareció, además de poética, una frase llena de fluidez, acorde con el propio movimiento que describe.

También es bastante buena esta otra frase: “Sobre las paredes encaladas repletas de recortes de periódico rebotan los graves tiznados de melancolía”. Sin embargo, aunque es poética, volvemos al problema de la tosquedad derivada de la falta de puntuación, algo que se habría corregido con dos simples comas: “Sobre las paredes encaladas, repletas de recortes de periódico, rebotan los graves tiznados de melancolía”. También en este caso habría sido conveniente sustituir la palabra “repletas” por otro sinónimo que no hubiese provocado la sucesiva repetición de “re” que se observa en “repletas”, “recortes” y “rebotan”. “Atestadas” habría podido ser una buena opción, pero daría lugar a aliteración con el previo “encaladas”. “Henchidas” sí podría ser.

Esta frase me resultó sublime: “Sobre la madera ha dejado la altanería y el mirar desafiante, ahora quedan los hombros caídos y el rictus amargo”. De lo mejorcito del cuento. Resalta con total crudeza ese abatimiento de la protagonista, tan brutal que ni siquiera el éxito artístico es capaz de mitigar.

El final es en sí lo mejor del relato. El autor o autora rompe con ese estilo ramplón del principio y se lanza al ruedo sin miedo, deja de amputar las oraciones, las desarrolla, las envuelve en poesía y, en ese sentido, crea literatura. Me gustó mucho el final.

En resumen, un relato que va de menos a más, que empieza flojo y termina con una calidad literaria bastante plausible. Es una lástima que lo desluzca un tanto el deficiente uso de la puntuación.

En todo caso, queden aquí mis felicitaciones para el autor o autora :hola:
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Onomatopeya
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Onomatopeya »

Una obra breve pero sentida. Las descripciones del baile son perfectas, te hacen ver la imagen e tu cabeza, y se mueve, y danza, y salta.
Desde luego la historia es simple, pero el desarrollo inmaculado.

Suerte
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Tolomew Dewhust
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Tolomew Dewhust »

Hay que tener dos cojones para escribir un relato sobre una niña que sube a un tablao a bailar flamenco. Un chino para ti, :chino:. Entonces, en idea y cojones tienes sendos diez.

Luego tenemos los puntos álgidos del texto, que son dos. Por un lado el momento concentración de la cría buscando el duende, la inspiración y la fuerza necesaria para subirse a la madera. Yo, que estoy hecho polvo de la cabeza, hubiera hecho un relato de cuatro folios solo recreándome en este instante.

Por otro, el baile, que está también bien llevado.

Pues eso, :chino:.
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
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Iliria
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Iliria »

En este relato he encontrado algunas frases demasiado rebuscadas. Con más simplificación, como dice Mario, hubieses tenido más efecto. A veces logras la intensidad que necesita la niña artista; en otros momentos se te diluye.
Bien por la trama y la sencillez del relato. En conjunto un buen trabajo.

Suerte :hola:
Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas - Cicerón :101:
-¿Y con wi-fi?
-Mejor.
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Nínive
Arquera
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Nínive »

Lee este párrafo en voz alta:
Sabiéndose siempre al filo de quedar sola si al señorito del pueblo dejaba de antojársele su hermana tenía prendida de los labios una sonrisa para todo el que vistiera de manera decente. Y en cuanto la dejaban se esforzaba por mostrar su arte ya fuera en tarimas o en la carretera. Así había sobrevivido en el durante y en el después. Tiempo de paz con el pellejo agarrado a las costillas. Ya más mayor no pudo evitar el tener hijos sin aclararse de dónde venían. Unos cuantos se le ultimaron en los brazos, los demás extraían su amor y coraje sin descanso. Y el arte sobrevivía.

Lo primero supongo que es un error de puntuación. Lo segundo... ¿en serio? ¿Es creíble tener hijos y no saber de dónde vienen? No sé... No me cuadra mucho.
Otra cosa que no me resulta creíble es que una niña busque el duende en experiencias de otras personas porque duelen. No sé... No sé si una niña de 10 años puede expresar el dolor de otros. Pero bueno, es una percepción personal y es tu historia.
Las descripciones me han gustado, aunque hay alguna construcción artificiosa que rompe el ritmo de lectura y creo que utilizando pautas más tradicionales hubieran quedado más limpias.
Poco más que decir. La trama es simple, el relato se basa en sensaciones.

¡Ala! ¡A seguir escribiendo! :60:
Siempre contra el viento
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Sinkim
Dragonet
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Sinkim »

Me ha gustado la historia, sobre todo por la forma en que está contada y el mimo que ha tenido el autor para recrear los sentimientos y movimientos de la bailarina. Lo único que me ha chocado es que solo tenga 10 años y tenga unos pensamientos tan complejos, aunque igual es normal llevando toda la vida sobre un tablao :lol: :lol:

Como te ha dicho Mario, la frase en la que descubres su edad se me ha hecho rara, la he tenido que leer varias veces porque el "casi diez años" me ha hecho pensar que faltaba algo después, en plan "casi diez años de bailarina". Se me hacía raro que fuera tan joven y siéndolo para describir su edad yo hubiera usado "apenas diez años" :lol:

Pero bueno, es una minucia que no desluce, para nada, el gran trabajo que tiene este relato :lol: :60:
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
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konchyp
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por konchyp »

:hola:

Este relato lo tengo relacionado, de alguna manera, con el de "Bajo el maquillaje". Me encanta la forma y lo que transmite. Para ser sincera, este me transmite más, pues creo que es un tema menos explotado y original y has sabido transmitir el sentimiento y el duende de la artista. Sí que me ha chocado a mí también la edad, pero no me ha importado mucho, pues yo también tuve mi experiencia durante algunos años sobre tablaos flamencos cuando era niña y hay de todo. En algunos casos hay muchas mujeres encerradas ya en cuerpos aún muy jóvenes y creo que eso es lo que intentas hacer ver al lector.
Lo negativo: me ha sabido a poco. Me gusta que suceda algo más en paralelo y esto es algo totalmente personal, lo reconozco.

:60:
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Fernweh
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Fernweh »

¡Hola, autor/a!

Has conseguido un milagro, y es que disfrute viendo un baile flamenco (respeto mucho ese arte y entiendo que haya mucha gente que se vuelva loca con él, pero a mí el flamenco, tanto la música como el baile, jamás me han movido nada por dentro).
Y fíjate que no he dicho que haya disfrutado leyendo sino viendo, porque lo has explicado todo tan bien que era imposible no ver a esa niña sobre el tablao dando rienda suelta a su duende, y lo mejor es que me lo has hecho ver tanto desde fuera como desde dentro de la niña.

La idea la veo muy sencilla, una niña que ha de vestirse de dolores ajenos para poder darlo todo a la hora de bailar. Pero detrás de ella quiero percibir como una crítica hacia esas criaturas a las que se les hace crecer antes de tiempo. Es cierto que la madre no quiere que aún no se dé prisa en sufrir desgracias propias, pero sí que le enseñan desde muy corta edad a conocer el inmenso dolor que puede haber en el mundo, por lo que lo primero no la exime de culpa. Y luego, en ningún momento se menciona que a la niña realmente disfrute con lo que hace. Es más, al final no parece quedar precisamente contenta y le cuesta quitase ese dolor de encima.
Hay una frase justo de ese párrafo que no sé si entiendo bien.
A pesar de su corta edad sospecha que las demás también debían llevarse un poquito al lecho, para dejarlo ir en una o dos pesadillas.
Y es que no sé a qué te refieres con "las demás". Por una parte creí entender que podrían ser las penas, pero no concuerda con el "para dejarlo ir...". Por otro lado, podrían ser las demás mujeres que hacían ese ritual, que también se llevaban parte de ese dolor al lecho. Pero de ser así creo que debería estar mejor especificado (también puede ser que yo sea muy zopenca).

Tienes una buena prosa, y ese don para describir de forma muy visual sin que se haga nada pesado, cosa que admiro mucho. Y si has conseguido que disfrute de algo relacionado con el flamenco, cuando escribas sobre algún tema que me guste probablemente podré decirte algo más que un sencillo "me ha gustado".

Resumiendo: Pues eso, que me ha gustado.

Y así me hallo tras leer tu relato :402:
¡Mucha suerte en las votaciones!
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Fernweh
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Fernweh »

Nínive escribió:¿en serio? ¿Es creíble tener hijos y no saber de dónde vienen? No sé... No me cuadra mucho.
Creo que se refiere a que la educación sexual de la mujer era bastante nula y que no tenía ni idea del por qué se quedaba embarazada... Aunque también es cierto que eso solo cuela para el primer hijo y como mucho el segundo...
Última edición por Fernweh el 28 Abr 2018 06:23, editado 1 vez en total.
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Isma »

:hola:

Me ha gustado mucho. La parte media es excepcional: la narración del baile está llena de vida, y más que eso, yo diría que es vida en sí misma. Frenética, cautivadora, deslumbrante. Lo tiene todo.

El comienzo es otra historia. El arranque es anodino. ¿Una niña entrando a un local, y dirigiéndose hacia el almacén? Es un momento importante, el comienzo: te sugiero que lo aproveches mejor, por ejemplo resaltando su estado de ánimo, siguiendo su respiración, o fijándonos en pequeños detalles como el pelo que se le enrosca detrás de la oreja. Ideas tontas, lo siento, pero lo que quiero decir es que rompas con un golpe, como un taconazo, como el preludio de lo que está por venir.

De modo similar el final es un descenso, aunque quizás un descenso necesario. Indirectamente reflejas la relajación que ha seguido al estallido de arte de la muchacha previo.

Pese a todo me ha dejado impresionado.

¡Suerte!

Aquí te pongo el relato comentado de mi puño y letra (con estas reglas de interpretación que comentaba en el foro general).
-> Con pellizquito (comentarios Isma)
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Re: CP XIII - Con pellizquito

Mensaje por Berlín »

Una coma por ahí, en los entremedios, no le hubiera venido mal.
Sabiéndose siempre al filo de quedar sola si al señorito del pueblo dejaba de antojársele su hermana tenía prendida de los labios una sonrisa para todo el que vistiera de manera decente.
Me gusta este relato y hay algunas frases muy bellas y apasionadas, como la del momento de tensarse que has descrito tan bien y con tanto atino que me ha parecido verlo, pero no sé, no veo a una niña de diez años en él. Me cuesta aceptar que una criatura de esa edad pueda tomar los dolores ajenos y hacerlos suyos hasta convertirlos en ese caballo desbocado que es el dolor. Un dolor necesario para despertar al duende.

Pero no lo discutiré, que es tu personaje y tú le has dado la sabiduría y la forma.

Esto es muy, pero que muy bonito. Tiene fuerza, casi corta la respiración. Muy bien ese "cogiendo de arriba agarrando de abajo", aunque una comita en medio no le hubiera ido mal, creo, pero el párrafo tiene tanta fuerza que se perdona todo.
Y estalla, se tensa, pisotea con fuerza el tablao dejando que el suspiro colectivo se desboque entre las grietas de la madera. Su frente se perla, sus manos caracolean, cogiendo de arriba agarrando de abajo. El quiebro y requiebro refuerzan el revoloteo de sus lunares alimentando la tormenta. A su espalda el brioso punteo de las cuerdas la sigue de cerca.

Con un golpe seco el silencio vuelve a alojarse entre las mesas repletas y las botellas desnudas de esencia. Todos los ojos se aferran a ella, reptando desde la puntera de charol a la apretada coleta. Su pecho bombea poco antes del giro que lanza a los hipnotizados su cola de tela. De espaldas levanta los brazos de modo que los codos parezcan ceñidos con los hilachos del titiritero mientras en su mente asoma el reflejo de un cuervo a punto de batir sus alas.
Has escrito lo que te ha dado la gana, igual que yo, y eso me encanta. Suerte.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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