Es que es escandaloso.
Parónima escribió: ↑13 Ago 2019 11:18
Siempre me ha llamado la atención que haya madres que no hablen con sus hijas sobre la menstruación, hace siglos vale, pero ¿a día de hoy?
Yo recuerdo cuando la tuve por primera vez, y recuerdo a todas las mujeres de la familia (tías, abuelas, etc.), contentas y orgullosas por que
ya era mujer, y sin embargo yo tenía un disgusto tremendo:
"Ya está, se te acabó la buena vida"
Y lo que más odio en este mundo son los anuncios de compresas. A ver cuándo contratamos alguna mujer para que diseñe las campañas ¡hombreya! Tenía que decirlo.
De charletas madre-hija. Con mi madre fue inútil intentarlo. Todo lo malinterpretó y me sacó de la pisci porque creyó que usaba la regla de excusa para no ir, y yo lo que intentaba era usar fuentes próximas para aclarar el asunto, precisamente para que alguien me salvase de tener que dejarlo, que me convenciese de que no iba a ser un engorro.... Mejor me hubiera ido con un libro.
De anuncios de compresas.
De acuerdo con
@clachalote en que la despeludez es una imposición de género y no una elección, y eso es más de la misma cantinela patriarcal, aunque la cosa va ya cambiando.
Hasta hace unos años el hombre, "cuanto más oso, más hermoso", y andando.
Ahora, en vez de liberar a las mujeres, tendemos a esclavizar a los hombres. Todo se confunde y ya nadie se da cuenta de que —volviendo al libro— la cosa era que la penetración se viese bien en pantalla, luego ya las películas que te montes para explicar la moda de turno, son cosa tuya.
Del estilo, una cosa que me desagrada al empezar, es que de vez en cuando aparecen frases de acercamiento al lector —o lo que quieran ser las dichas acotaciones—, que se me hacen forzados. Tipo
“En esa época, como podéis ver, yo estaba demasiado ocupada”.
Quiere ser un estilo desenfadado y cercano, supongo. Un tono de confesión, de charleta... no sé. Creo que las acotaciones no ayudan en este caso. A mí me sobran.
En la reflexión del prólogo, dice que el feminismo ha llegado a "un punto muerto". Yo el movimiento lo vivo más que nada desde el ámbito literario y ahí me parece bastante vivo, cambiante, creciendo, moldeándose...
Sin embargo, la autora es British, y quizá eso haya que tenerlo en cuenta también. ¿Es posible que tengamos una compresión y un movimiento feminista muy fuerte en España y que no lo sea tanto en las islas británicas?