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FotosUna cosa con la que ultimamente ando metida, se me ocurrió después de ver Stardust espero que os guste aunque no espereis mucho...
BLÁTHLAND Y EL MUNDO DE LA PRISA
Capítulo 1
Norte de Dublín 2007
Que dijeran lo que quisieran pero las vacaciones para aprender inglés eran la mejor opción para el verano y eso lo sabía muy bien Bella ( su nombre verdadero era Bellavista pero tras 3 años en preescolar de contínuos cachondeos al final hizo creer a todo el mundo que tenia un nombre un poco más exótico)
Bella era una chica normal. Pelo liso largo hasta media espalda castaño claro, ojos azules heredados de su madre rasgos de niña y cuerpo de mujer. Un poco alta para su edad y estaba dentro de la media de peso no era escuálida pero tampoco obesa. Le gustaba el deporte la moda, bailar pasarselo bien y creía en el príncipe azul. Bella era de un pueblo de la comarca de la sidra en Asturias. Y estudiaba Bellas artes en la universidad. Aquel verano era el último antes de la graduación. Le quedaba un año más y pensó que debía ser hora de que aprendiera inglés de una puñetera vez. Por ello decidió irse a Dublín todo el verano y ya llevaba la mitad de este. Había hecho amigos, algún rollete italiano y ¿de Inglés? Defendiéndose gracias.
Aquel 30 de Julio era un día de despedida, parte de su grupo se iba y otros acababan de llegar por lo tanto era fiesta grande. En el barrio residencial de SandyFord se había programado un megabotellón en lo alto de una colina desde donde se divisaba la ciudad entera.había de todo de comer y de beber y hasta música de la madre patria pero Bella no estaba feliz.
Apartada de todo estaba sentada mirando al mar y bebiendo una cerveza pensaba en su futuro, mientras en su cuaderno dónde llevaba a todos lados, intentaba dibujar el faro y el castillo... aquel castillo... cómo le gustaban los castillos tan misteriosos... llenos de historias pasadas... de romances apasionados... de luchas sangrientas.
Su fascinación por los castillos le venia de pequeña y cuando fue creciendo creyó que el arte le ayudaría a desentrañar los misterios que estos albergaban. Dio un sorbo a la Guinnes y volvió a mirar el castillo mientras la tarde caía y lo envolvía con sus semi-tinieblas.
-Bella ¿Qué miras tan embelesada? - Mario Spirino se sentó junto a ella sacándola de su ensoñación. Mario era italiano, se habia hecho amigo de Bella pero era una de las personas que abandonaría proximamente el país.
El castillo – dijo esta suspirando
¿Que tiene de especial?
Lo que esconde... - rio esta y bebió lo que quedaba de la cerveza
¿Y qué esconde? - dijo él interesado
pasión, lucha, amor, traición ...
vaya nunca lo diría viendo esas ruinas – le pasó una mano por los hombros - ¿por qué no vuelves a la fiesta? Van a empezar los juegos y creo que son de esos de encontrar pistas y demás por todo el barrio debe estar genial – eso animó a bella
eso espero – Mario se levantó y le tendió una mano ella la cogio y se elevó
Mario Bajaba la colina trotando y Bella miró al castillo dándose la vuelta. Se giró sobresaltada habría jurado que dentro de los muros ruinosos había visto ¿ una Luz Azul?
Volvió a mirar pero la oscuridad y un viento helado fueron su respuesta
Madre mía Bella debería de verte un especialista – dijo esta riéndose de sí misma y bajo la colina destrás de Mario para reunirse con sus compañeros y amigos.
Bláthland y el Mundo de la Prisa
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Felicity
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Bláthland y el Mundo de la Prisa
Recuento 2024
Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
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la otra parte del capítulo 1
Bláthland. Año 46 de la Era Cormarck
Victorian Mcdonaugh era un príncipe. Aunque más bien parecía un personaje de telenovela. Pero él no tenía ni idea de que era una novela. El solo sabía que se llamaba como una mujer y no entendía el porqué. Su padre el rey Cormarck Mcdonaugh le había puesto ese nombre en honor al día que había ganado la batalla de Doralough. Era el príncipe heredero tenía 25 años y se aburría.
Todo le aburría: la caballeria, los bailes, las luchas, las guerras, las recepciones, la corte, las damas inquietas que revoloteaban a su alrededor...
Sin embargo había algo que le llama la atención y era... Durden Fïal, el hechicero más poderoso de Bláthland. Junto a él había aprendido los designios de la providencia, la magia y la alquilmia. Pero lo que más le fascinaba era cuando hablaba del otro mundo. Uno paralelo, diferente a Bláthland, sumamente desarrollado y fascinante. Durden era el único que había cruzado al otro lado. Había traido experiencias, cachivaches, comida, historias y muchos objetos que a Victorian le parecían fascinantes y estudiaba con detenimiento. Su padre creeía que perdía el tiempo, pero Victorian era lo único que le evadía de su mundo y de sus obligaciones. Últimamente estas obligaciones eran de lo más exigentes. Su padre preparaba su sucesión pero para Victorian aquello en vez de orgullo le producía desazón, él prefería que heredara su hermano pequeño Atlan ( diminutivo de Atlantis). Atlan si que estaba dispuesto a asumir ese cargo, seguía a su padre en sus visitas y se pasaba el día con la guardia real y los ministros de la corte. Además Atlan sí parecía un príncipe como dios manda: Alto, Fuerte, rubio, con una mirada verde profunda y temible. Victorian era su contrapunto: Alto un poco enqulenque, pelo hasta los hombros de un castaño-rojizo, ojos azules oscuros mirada simpática y curiosa y una cara amable.
Su padre el Rey Cormarck se pasaba la mano por la cara siempre que lo veía entrar tan desgarbado, y se preguntaba Porqué había tenido un primogénito que en vez de miedo daba risa. Sin embargo era su primogénito y las leyes decían que tenía que gobernar al cumplir los 25 años. Para Deidre la Reina y madre de Victorian este era su niño favorito y muchas veces lo defendía frente a Cormarck, además apoyaba su amistad con Durden, El hechicero.
Aquella mañana de verano en el salón del reino, padre e hijo volvían a tener la misma discusión de siempre:
Victan, tienes que centrarte tienes 25 años y las leyes dicen que el nuevo rey tiene que erguirse antes de cumplir los 26 te quedan 5 meses para ello. Y para que pueda jubilarme y vivir la vida tranquilamente hasta el día de mi muerte. - Victan ( así era como le llamaban sus allegados) estaba de pie frente al trono de su padre enmedio de la sala con gesto compungido y sumiso. Cormarck se rascaba la cabeza con expresión exhausta - ¿ Me estás oyendo Victan? - el joven levantó la cabeza
Si padre, pero soy joven, no quiero estar amarrado a unos deberes tan pronto, quiero explorar, quiero conocer quiero...
Victan es tu destino – el joven bufó
No Padre, es el que tu me impones, mi hermano Atlan sería perfecto y estaría encantado, yo abdicaría y... - su padre le hizo callar con gesto severo
Nada me gustaría más creeme pero tu eres mi primogénito, y eso es un designo de dios
Padre yo no estoy preparado... no estoy a la altura... pero Atlan – el rey se levantó del sillón
¡ Deja de hablar de Atlan! - Victan enmudeció - ¡ Tu eres el heredero! Si dejaras esas tonterias de la magia y de hacer perder el tiempo a maese Fïal y te concentrarás en buscar una esposa y aprender a adquirir tus responsabilidades serías un gran sucesor! - dicho eso se dejó caer en el sillón con un gesto de dolor, poso una mano bajo el pecho y ahí la dejó
Padre... - Victan se precipitó al trono pero Cormarck le retuvo con una mano en alto
Es todo Victan puedes retirarte... y haz llamar a tu madre – pese al dolor su tono fue autoritario, así que el joven hizo una referencia y se retiró.
Más tarde en el castillo de Durden, Victan balanceaba un palo de golf, uno de los objetos que el hechicero había traido del “Otro Mundo” o “El mundo de la prisa como lo conocía Victan, mientras le explicaba a este lo que le acababa de decir su padre.
Quiero ir al otro lado Durden – dijo el joven resuelto – quiero saber que hay quiero vivir aventuras antes de que se me encadene al trono
Pero chico, hay que estar muy preparado, es un mundo tan distinto...
lo se, pero siento que loconozco más que mi propio mundo – saltó del asiento y se acercó al mago – por favor, solo una vez y poco tiempo... sino en cinco meses estaré encadenado a un trono y a un país y con una mujer al lado por la que ni siquiera sentiré amor.
Fïal suspiró
Está bien, lo haremos esta noche, pero necesito tu ayuda, es muy díficil abrir la puerta al otro lado, yo solo lo conseguí una vez...
Victan sonrió y salió del castillo con una alegría que hacía tiempo que no sentía.
Bláthland. Año 46 de la Era Cormarck
Victorian Mcdonaugh era un príncipe. Aunque más bien parecía un personaje de telenovela. Pero él no tenía ni idea de que era una novela. El solo sabía que se llamaba como una mujer y no entendía el porqué. Su padre el rey Cormarck Mcdonaugh le había puesto ese nombre en honor al día que había ganado la batalla de Doralough. Era el príncipe heredero tenía 25 años y se aburría.
Todo le aburría: la caballeria, los bailes, las luchas, las guerras, las recepciones, la corte, las damas inquietas que revoloteaban a su alrededor...
Sin embargo había algo que le llama la atención y era... Durden Fïal, el hechicero más poderoso de Bláthland. Junto a él había aprendido los designios de la providencia, la magia y la alquilmia. Pero lo que más le fascinaba era cuando hablaba del otro mundo. Uno paralelo, diferente a Bláthland, sumamente desarrollado y fascinante. Durden era el único que había cruzado al otro lado. Había traido experiencias, cachivaches, comida, historias y muchos objetos que a Victorian le parecían fascinantes y estudiaba con detenimiento. Su padre creeía que perdía el tiempo, pero Victorian era lo único que le evadía de su mundo y de sus obligaciones. Últimamente estas obligaciones eran de lo más exigentes. Su padre preparaba su sucesión pero para Victorian aquello en vez de orgullo le producía desazón, él prefería que heredara su hermano pequeño Atlan ( diminutivo de Atlantis). Atlan si que estaba dispuesto a asumir ese cargo, seguía a su padre en sus visitas y se pasaba el día con la guardia real y los ministros de la corte. Además Atlan sí parecía un príncipe como dios manda: Alto, Fuerte, rubio, con una mirada verde profunda y temible. Victorian era su contrapunto: Alto un poco enqulenque, pelo hasta los hombros de un castaño-rojizo, ojos azules oscuros mirada simpática y curiosa y una cara amable.
Su padre el Rey Cormarck se pasaba la mano por la cara siempre que lo veía entrar tan desgarbado, y se preguntaba Porqué había tenido un primogénito que en vez de miedo daba risa. Sin embargo era su primogénito y las leyes decían que tenía que gobernar al cumplir los 25 años. Para Deidre la Reina y madre de Victorian este era su niño favorito y muchas veces lo defendía frente a Cormarck, además apoyaba su amistad con Durden, El hechicero.
Aquella mañana de verano en el salón del reino, padre e hijo volvían a tener la misma discusión de siempre:
Victan, tienes que centrarte tienes 25 años y las leyes dicen que el nuevo rey tiene que erguirse antes de cumplir los 26 te quedan 5 meses para ello. Y para que pueda jubilarme y vivir la vida tranquilamente hasta el día de mi muerte. - Victan ( así era como le llamaban sus allegados) estaba de pie frente al trono de su padre enmedio de la sala con gesto compungido y sumiso. Cormarck se rascaba la cabeza con expresión exhausta - ¿ Me estás oyendo Victan? - el joven levantó la cabeza
Si padre, pero soy joven, no quiero estar amarrado a unos deberes tan pronto, quiero explorar, quiero conocer quiero...
Victan es tu destino – el joven bufó
No Padre, es el que tu me impones, mi hermano Atlan sería perfecto y estaría encantado, yo abdicaría y... - su padre le hizo callar con gesto severo
Nada me gustaría más creeme pero tu eres mi primogénito, y eso es un designo de dios
Padre yo no estoy preparado... no estoy a la altura... pero Atlan – el rey se levantó del sillón
¡ Deja de hablar de Atlan! - Victan enmudeció - ¡ Tu eres el heredero! Si dejaras esas tonterias de la magia y de hacer perder el tiempo a maese Fïal y te concentrarás en buscar una esposa y aprender a adquirir tus responsabilidades serías un gran sucesor! - dicho eso se dejó caer en el sillón con un gesto de dolor, poso una mano bajo el pecho y ahí la dejó
Padre... - Victan se precipitó al trono pero Cormarck le retuvo con una mano en alto
Es todo Victan puedes retirarte... y haz llamar a tu madre – pese al dolor su tono fue autoritario, así que el joven hizo una referencia y se retiró.
Más tarde en el castillo de Durden, Victan balanceaba un palo de golf, uno de los objetos que el hechicero había traido del “Otro Mundo” o “El mundo de la prisa como lo conocía Victan, mientras le explicaba a este lo que le acababa de decir su padre.
Quiero ir al otro lado Durden – dijo el joven resuelto – quiero saber que hay quiero vivir aventuras antes de que se me encadene al trono
Pero chico, hay que estar muy preparado, es un mundo tan distinto...
lo se, pero siento que loconozco más que mi propio mundo – saltó del asiento y se acercó al mago – por favor, solo una vez y poco tiempo... sino en cinco meses estaré encadenado a un trono y a un país y con una mujer al lado por la que ni siquiera sentiré amor.
Fïal suspiró
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Victan sonrió y salió del castillo con una alegría que hacía tiempo que no sentía.
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Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
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Felicity
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me alegro que te guste martyn
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Feli, ¡usa las comas! que no por comertelas se va a leer mejor el texto. Y las rayas en los diálogos...
Lo de llamar al hechicero Durden ¿está inspirado en nuestro forero?
Y Victan tiene una mentalidad de nuestro tiempo, sí
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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si es que corto y pego y se las comen
gracias lucia por tu comentario. Durden es un nombre que encontre en un diccionario gaélico y mentalidad de nuestro tiempo. bueno Victan quiere aprender quiere salir el se siente que no es de allí
gracias lucia por tu comentario. Durden es un nombre que encontre en un diccionario gaélico y mentalidad de nuestro tiempo. bueno Victan quiere aprender quiere salir el se siente que no es de allí
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otro Trocito:
2
Norte de Dublín, 2007
Bella no podía quitarse de la cabeza aquella luz azul. Era un azul fosforito, luminoso brillante y atrayente, ¿imaginaciones quizás? Tal vez pero juraría que lo había visto. Hacia dos días que su grupo de Julio se había marchado, y ella estaba sola en el apartamento. Hasta la segunda semana de Agosto no iba a tener compañía de nuevo. Así que se iba a hacer un viaje por el norte del país, ella sola a la aventura, a visitar castillos.
Esa tarde hacía frio pese a ser Agosto, Bella decidió que tenía que voler a subir al castillo de la colina antes de irse. Se echó la cámara al hombro y se recogió el pelo. Llevaba puestos unos vaqueros, una camisa “mariposa” de raso y un abrigo de piel de color rojo. Unas botas altas rojas también y una bufanda negra.
Antes de tomar el autobús del norte se compró un sandwich, una bolsa de patatas y chocolatinas. Una botella grande de naranjada y zumo de plátano. Lo metió todo en la mochila y subió al autobús, solo era media hora de cruzar Dublín pero se quedó mirando como el sol empezaba a descender sobre el agua, y como el día se teñía de azul oscuro, violeta y rojo.
Llegó poco antes de que el paisaje se tornara misterioso, en ese momento del día del crepúsculo. El castillo impotente se erguía enfrente de ella. Solo conservaba intactas las paredes, y algunos muros, la vegetación y el musgo se había adueñado de su interior. Bella se introdujo en una grieta del mismo. No había techo, sólo un manto de nuves y estrellas que empezaban a aparecer. Se apresuró a tomar fotos desde todos los ángulos posibles y en todas las posiciones posibles hasta que el día dejó paso a la noche.
Una vez hubo terminado, se sentó en una roca y sacó el sandwich de la mochila. El silencio solo lo rompía algún que otro Búho, sentía una sensación rara, como una emoción a flor de piel. Acabó el sandwich sin dejar de escrutar la oscuridad del castillo. No sentía miedo, tan solo emoción y paz.
De repente lo vio, era esa luz otra vez, azul, hipnótica. Se quedó quieta, como un cervatillo deslumbrado por los frenos de un coche. Pero la luz no se evaporó como la vez anterior, seguía allí, llamándola. Se levantó despacio y cogió la mochila. Con cautela se acercó al borde de el agujero por dónde había salido el resplandor. Allí seguía y se internaba en la profundidad. Empezó a bajar por unos escalones llenos de musgo con cuidado. Cada vez que bajaba el cielo se cerraba tras ella. No le importaba, no tenía miedo, la luz se hizo más intensa a medida que iba bajando. Cuando llegó a abajo miró en derredor, aquello parecía un pozo. De pronto la luz desapareció. Se quedó a oscuras. Empezó a tantear con los pies el terreno, a caminar despació. De pronto el suelo desapareció bajo sus pies.
2
Norte de Dublín, 2007
Bella no podía quitarse de la cabeza aquella luz azul. Era un azul fosforito, luminoso brillante y atrayente, ¿imaginaciones quizás? Tal vez pero juraría que lo había visto. Hacia dos días que su grupo de Julio se había marchado, y ella estaba sola en el apartamento. Hasta la segunda semana de Agosto no iba a tener compañía de nuevo. Así que se iba a hacer un viaje por el norte del país, ella sola a la aventura, a visitar castillos.
Esa tarde hacía frio pese a ser Agosto, Bella decidió que tenía que voler a subir al castillo de la colina antes de irse. Se echó la cámara al hombro y se recogió el pelo. Llevaba puestos unos vaqueros, una camisa “mariposa” de raso y un abrigo de piel de color rojo. Unas botas altas rojas también y una bufanda negra.
Antes de tomar el autobús del norte se compró un sandwich, una bolsa de patatas y chocolatinas. Una botella grande de naranjada y zumo de plátano. Lo metió todo en la mochila y subió al autobús, solo era media hora de cruzar Dublín pero se quedó mirando como el sol empezaba a descender sobre el agua, y como el día se teñía de azul oscuro, violeta y rojo.
Llegó poco antes de que el paisaje se tornara misterioso, en ese momento del día del crepúsculo. El castillo impotente se erguía enfrente de ella. Solo conservaba intactas las paredes, y algunos muros, la vegetación y el musgo se había adueñado de su interior. Bella se introdujo en una grieta del mismo. No había techo, sólo un manto de nuves y estrellas que empezaban a aparecer. Se apresuró a tomar fotos desde todos los ángulos posibles y en todas las posiciones posibles hasta que el día dejó paso a la noche.
Una vez hubo terminado, se sentó en una roca y sacó el sandwich de la mochila. El silencio solo lo rompía algún que otro Búho, sentía una sensación rara, como una emoción a flor de piel. Acabó el sandwich sin dejar de escrutar la oscuridad del castillo. No sentía miedo, tan solo emoción y paz.
De repente lo vio, era esa luz otra vez, azul, hipnótica. Se quedó quieta, como un cervatillo deslumbrado por los frenos de un coche. Pero la luz no se evaporó como la vez anterior, seguía allí, llamándola. Se levantó despacio y cogió la mochila. Con cautela se acercó al borde de el agujero por dónde había salido el resplandor. Allí seguía y se internaba en la profundidad. Empezó a bajar por unos escalones llenos de musgo con cuidado. Cada vez que bajaba el cielo se cerraba tras ella. No le importaba, no tenía miedo, la luz se hizo más intensa a medida que iba bajando. Cuando llegó a abajo miró en derredor, aquello parecía un pozo. De pronto la luz desapareció. Se quedó a oscuras. Empezó a tantear con los pies el terreno, a caminar despació. De pronto el suelo desapareció bajo sus pies.
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BLÁTHLAND año 46 de la era Cormarck
El resto del día no fue mejor, intentó evitar a su padre y a su hermano que le miraban con exasperación.En la comida se centró en su madre y en Celiane su Aya que en ese momento le servía el segundo plato de patatas. Terminado este se levantó y se dirigió a sus aposentos dónde se tumbó en la cama y empezó a jugar con una “pelota de Tenis”. Una cosa redonda y peluda de color amarillo que según le había explicado Durden servía para lanzarsela de unos a otros y había que golpearla con una raqueta. La tiraba hacia arriba y la atrapaba.
A las 4 introdujo cosas en una bolsa que creía que le irían bien para el viaje y sin hacer ruido partió del castillo a lomos de su caballo Gaoth ( viento en irlandes) hacía casa de maese Fïal
LLegó tras cabalgar durante casi una hora. Su castillo se erguía al norte de la ciudad y aunque no ostentoso si parecía confortable. No como el de su familia. Tenía ganas de marcharse, por un tiempo. Lo sentía por su madre pero esperaba que lo entendiera. Le darían por desaparecido, coronarían a su hermano y poco después el regresaría y quedaría como aventurero y un caso perdido pero sería... libre.
Durden le esperaba en la puerta
- Joven Victan, ¿ Estás seguro de lo que vas a hacer?
- Si maese, lo estoy creo que es lo mejor para todos, además usted creo que podrá dar credibilidad a mi historia.
Victan planeaba hacerle creer a su padre que había desaparecido sin mas a punto de rebasar los confines del reino. No era del todo falso, porque esa era su intención, pero no de la manera que su padre supondría.
- Joven Victan ten en cuenta que una vez se abra el portal y se cierre será díficil volverlo a hacer por lo menos en varias semanas, la magía es muy poderosa, se requiere mucha, es agotadora y es dificil de reunir. - le puso una mano en el hombro – tienes que estar seguro y saber a lo que te enfrentas.
- Maese después de todo lo que he aprendido con usted es como si ya hubiera estado allí
- En el Mundo de la prisa hay muchos peligros, ten los ojos bien abiertos – le dio un espejo del tamaño de la palma de su mano – este será mi contacto contigo en el mundo de la prisa – el joven lo cogió y se lo guardó. - Bien, si estás preparado, prosigamos,
Salieron a un patio exterior que simulaba un gran pozo con unas escaleras que ascendían al exterior.
- Bien el portal está aquí. Quiero que estes atento a mis palabras y que hagas todo lo que yo haga – Victan asintió. Durden le cogió la mano y asintió.
El chico estaba un poco intrigado, tragó con difcultad y miró al hechicero. Este había cerrado los ojos y murmuraba en voz baja. De repente empezó a lanzar destellos azules a traves de los ropajes y la barba y el pelo. El azul se hizo más intenso hasta que ambos estvieron envueltos en esa luz. Pese a que Victan estaba impresionado no le soltó la mano. De pronto encima de ellos las estrellas desaparecieron y apareció un tunel como si fuera una chimenea. Durden abrió los ojos
- Solo tienes que subir las escaleras, no podré aguantarlo mucho – se le notaba exhausto, el chico le abrazó
- Gracias Maese
- Ten cuidado y date prisa, no podré tenerlo abierto mucho más
Todo pasó en una décima de segundo, cuando Victan puso un pie en el primer escalón se oyó un estruendo y tuvo que poner los brazos porque de repente de el tunel había surgido una silueta. Del impacto la silueta y el cayeron en el musgo fresco. Durden se apresuró a ir hacia ellos y Victan y el vieron como el tunel se cerraba y la luz volvía al cuerpo del hechicero como si este la succionara.
- ¡ Pero por todos los druidas! ¿ que...? - Victan se incorporó un poco aturdido y miró al especie de saco rojo que le había caido del cielo, Durden estaba agachado a su lado.
- ¿ Qué es eso? - preguntó el joven, Durden intentó reitarar la tela roja que cubría a la silueta y silbó
- ¡por todos los...¡ es una muchacha! - Claro que era una muchacha, llamada Bella para más detalles.
Victan se levantó apresuradamente y se acercó al bulto. Durden había dejado al descubierto la cara de la chica que parecía dormir plácidamente
- Está... Está..
- Esta viva sí pero conmocionada, ayudame Victan tenemos que llevarla dentro o cogerá frio
Este no se lo pensó dos veces y ayudó a Durden a llevar a la muchacha y a una especie de atillo muy extraño que llevaba. Una vez dentro el mago poso a la muchacha sobre un camastro y la tapó con una manta, Victan a su lado no sabia si moverse o no.
- Maese esta muchacha es... ¿ del mundo de la prisa?
- Me temo que sí
- ¿ y como ha llegado hasta aquí?
- Supongo que se hallaría en la puerta cuando... la abrí y simplemente cayó – se pasó una mano por la barba y miró al joven – siento que no hayas podido llegar a...
- da igual maestro – se sentó al lado de del mago y contempló el rostro de la joven que parecía dormir sin preocupación - ¿ que haremos con ella?
- De momento me he quedado muy débil, sin magia apenas para volver a abrir la puerta. Así que la cuidaremos e intentaré recuperarme cuanto antes...
- yo le ayudaré a hacerlo -
- Bien en primer lugar nadie debe de saber de dónde viene ni quien es. Cuando se despierte hay que explicarle con mucho tacto quienes somos y dónde está. Lo más seguro es que ella nunca haya oido hablar ni de nuestro mundo ni de la magia. En el mundo de la prisa domina la razón, la ciencia y no hay lugar para la magia, así que es probable que no entienda nada. Hay que ser muy... suave. Las muchachas de El mundo de la Prisa no son como las de aquí. Allí tienen un nivel igualitario al del hombre y pueden tener un carácter difícil. - Victan asentía pensativo sin dejar de contemplar la belleza de la durmiente.
- Maese ¿cree que dormirá mucho? - Durden puso una mano en la frente de Bella
- No creo, pero por si acaso ves a buscar un poco de agua.
El príncipe se precipitó hacia fuera y llenó el cubo de agua. Luego volvió a entrar.
- Muchacho ven, creo se está despertando...
El resto del día no fue mejor, intentó evitar a su padre y a su hermano que le miraban con exasperación.En la comida se centró en su madre y en Celiane su Aya que en ese momento le servía el segundo plato de patatas. Terminado este se levantó y se dirigió a sus aposentos dónde se tumbó en la cama y empezó a jugar con una “pelota de Tenis”. Una cosa redonda y peluda de color amarillo que según le había explicado Durden servía para lanzarsela de unos a otros y había que golpearla con una raqueta. La tiraba hacia arriba y la atrapaba.
A las 4 introdujo cosas en una bolsa que creía que le irían bien para el viaje y sin hacer ruido partió del castillo a lomos de su caballo Gaoth ( viento en irlandes) hacía casa de maese Fïal
LLegó tras cabalgar durante casi una hora. Su castillo se erguía al norte de la ciudad y aunque no ostentoso si parecía confortable. No como el de su familia. Tenía ganas de marcharse, por un tiempo. Lo sentía por su madre pero esperaba que lo entendiera. Le darían por desaparecido, coronarían a su hermano y poco después el regresaría y quedaría como aventurero y un caso perdido pero sería... libre.
Durden le esperaba en la puerta
- Joven Victan, ¿ Estás seguro de lo que vas a hacer?
- Si maese, lo estoy creo que es lo mejor para todos, además usted creo que podrá dar credibilidad a mi historia.
Victan planeaba hacerle creer a su padre que había desaparecido sin mas a punto de rebasar los confines del reino. No era del todo falso, porque esa era su intención, pero no de la manera que su padre supondría.
- Joven Victan ten en cuenta que una vez se abra el portal y se cierre será díficil volverlo a hacer por lo menos en varias semanas, la magía es muy poderosa, se requiere mucha, es agotadora y es dificil de reunir. - le puso una mano en el hombro – tienes que estar seguro y saber a lo que te enfrentas.
- Maese después de todo lo que he aprendido con usted es como si ya hubiera estado allí
- En el Mundo de la prisa hay muchos peligros, ten los ojos bien abiertos – le dio un espejo del tamaño de la palma de su mano – este será mi contacto contigo en el mundo de la prisa – el joven lo cogió y se lo guardó. - Bien, si estás preparado, prosigamos,
Salieron a un patio exterior que simulaba un gran pozo con unas escaleras que ascendían al exterior.
- Bien el portal está aquí. Quiero que estes atento a mis palabras y que hagas todo lo que yo haga – Victan asintió. Durden le cogió la mano y asintió.
El chico estaba un poco intrigado, tragó con difcultad y miró al hechicero. Este había cerrado los ojos y murmuraba en voz baja. De repente empezó a lanzar destellos azules a traves de los ropajes y la barba y el pelo. El azul se hizo más intenso hasta que ambos estvieron envueltos en esa luz. Pese a que Victan estaba impresionado no le soltó la mano. De pronto encima de ellos las estrellas desaparecieron y apareció un tunel como si fuera una chimenea. Durden abrió los ojos
- Solo tienes que subir las escaleras, no podré aguantarlo mucho – se le notaba exhausto, el chico le abrazó
- Gracias Maese
- Ten cuidado y date prisa, no podré tenerlo abierto mucho más
Todo pasó en una décima de segundo, cuando Victan puso un pie en el primer escalón se oyó un estruendo y tuvo que poner los brazos porque de repente de el tunel había surgido una silueta. Del impacto la silueta y el cayeron en el musgo fresco. Durden se apresuró a ir hacia ellos y Victan y el vieron como el tunel se cerraba y la luz volvía al cuerpo del hechicero como si este la succionara.
- ¡ Pero por todos los druidas! ¿ que...? - Victan se incorporó un poco aturdido y miró al especie de saco rojo que le había caido del cielo, Durden estaba agachado a su lado.
- ¿ Qué es eso? - preguntó el joven, Durden intentó reitarar la tela roja que cubría a la silueta y silbó
- ¡por todos los...¡ es una muchacha! - Claro que era una muchacha, llamada Bella para más detalles.
Victan se levantó apresuradamente y se acercó al bulto. Durden había dejado al descubierto la cara de la chica que parecía dormir plácidamente
- Está... Está..
- Esta viva sí pero conmocionada, ayudame Victan tenemos que llevarla dentro o cogerá frio
Este no se lo pensó dos veces y ayudó a Durden a llevar a la muchacha y a una especie de atillo muy extraño que llevaba. Una vez dentro el mago poso a la muchacha sobre un camastro y la tapó con una manta, Victan a su lado no sabia si moverse o no.
- Maese esta muchacha es... ¿ del mundo de la prisa?
- Me temo que sí
- ¿ y como ha llegado hasta aquí?
- Supongo que se hallaría en la puerta cuando... la abrí y simplemente cayó – se pasó una mano por la barba y miró al joven – siento que no hayas podido llegar a...
- da igual maestro – se sentó al lado de del mago y contempló el rostro de la joven que parecía dormir sin preocupación - ¿ que haremos con ella?
- De momento me he quedado muy débil, sin magia apenas para volver a abrir la puerta. Así que la cuidaremos e intentaré recuperarme cuanto antes...
- yo le ayudaré a hacerlo -
- Bien en primer lugar nadie debe de saber de dónde viene ni quien es. Cuando se despierte hay que explicarle con mucho tacto quienes somos y dónde está. Lo más seguro es que ella nunca haya oido hablar ni de nuestro mundo ni de la magia. En el mundo de la prisa domina la razón, la ciencia y no hay lugar para la magia, así que es probable que no entienda nada. Hay que ser muy... suave. Las muchachas de El mundo de la Prisa no son como las de aquí. Allí tienen un nivel igualitario al del hombre y pueden tener un carácter difícil. - Victan asentía pensativo sin dejar de contemplar la belleza de la durmiente.
- Maese ¿cree que dormirá mucho? - Durden puso una mano en la frente de Bella
- No creo, pero por si acaso ves a buscar un poco de agua.
El príncipe se precipitó hacia fuera y llenó el cubo de agua. Luego volvió a entrar.
- Muchacho ven, creo se está despertando...
Recuento 2024
Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
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Felicity
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ya lo he terminado pero no me ha dado tiempo a corregirlo aún está virgen
pero bueno espero que os guste ya me contareis
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Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
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Martyn
Terminado. Aunque en algunos momentos parece un guión cinematográfico (ya te comenté) y que algunos personajes parecen más de este mundo que del otro... está muy bien, en las últimas páginas no podía parar . Una historia entretenida y con sus puntitos de humor. Muy bien Feli, a ver lo siguiente 
. Una historia entretenida y con sus puntitos de humor. Muy bien Feli, a ver lo siguiente 
LAS SIETE LUNAS DE MAALI ALMEIDA Shehan Karunatilaka
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Felicity
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gracias chicos
lo he publicado en Yoescribo
y me han mandado un correo sospechoso
tengo que reelerlo
pero dice que es un nuevo editor de romantica y que le ha gustado
pero deberia de alargarlo
y corregirlo
de momento no se si fiarme pero oye yo a ver que pasa
lo he publicado en Yoescribo
y me han mandado un correo sospechoso
tengo que reelerlo
pero dice que es un nuevo editor de romantica y que le ha gustado
pero deberia de alargarlo
y corregirlo
de momento no se si fiarme pero oye yo a ver que pasa
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Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
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Me lo terminé ayer y me ha gustado mucho el sentido del humor con el que salpicas la historia (como lo de la cucaracha). Formalmente, un buen repasito con el ortográfico para quitar faltas y una relectura para corregir la puntuación y demás no le vendría mal. Eso sí, Drida te ha quedado como un personaje absolutamente moderno y tienes algunas incoherencias en algunos detalles (20 años de reinado de media con solo 100 de paz...), pero se lee de corrido aunque sepamos cómo va a acabar la cosa
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