El infinito en un junco - Irene Vallejo

[magali]

Estupendo, @Arden . Yo también iré despacio.

[Aben Razín]

Seguiré vuestros comentarios,

[Arden]

El libro empieza con la biblioteca de Alejandría y para eso nos traslada a las conquistas de Alejandro, la fundación de Alejandría, y a la muerte de aquél el reparto del Imperio entre los generales, y a Ptolomeo le correspondió Egipto, y cómo su prestigio se tenía que afianzar con esa gigantesca biblioteca que debía contener todos los libros del mundo.

Muy interesante todo, escrito de una forma sencilla y divulgativa, trufada de anécdotas no solo de la época, se nota que la autora ha estado años leyendo y buceando por textos con los que después armar el libro. Es una forma de contar la historia amena y fácil de leer y que lo hace interesante.

A ver qué tal continúa.

[Illimani]

Comprado, ahora solo tengo que buscarle un hueco en mi saturada lista de pendientes, ¿quizá el próximo?

Mientras tanto, sigo vuestros comentarios con mucho interés

[shankly]

Pintaza, creo que en breve lo empiezo.

[Arden]

Yo lo voy leyendo poco a poco, pienso que no es para leerlo de una sentada sino para saborearlo y paladearlo, ahora estoy en el paso del junco al pergamino como material para escribir, no recordaba que la palabra venía de Pérgamo, precisamente el hecho de que el faraón del Egipto de los Tolomeos quisiera restringir la exportación de papiro hizo que se tuviera que buscar otro material, y ahí apareció la piel, curioso todo lo que cuenta.

[magali]

Lo tengo un poco parado. Voy a darle un empujoncito porque lo encuentro muy interesante.

[magali]

Anoche volví a comenzarlo y me está encantando.

Estoy releyendo todo lo relacionado con Alejandro Magno y me gusta como está escrito: trazos por aquí y por allá que dan una visión de conjunto muy amplia del personaje y de su carácter (su afán por conquistar me ha quedado clarísimo).

Voy a empezar el capítulo 12 de Grecia

Edito.

La bibliografía extensa y minuciosa es una delicia que completa la obra. Creo que voy alternar los capítulos con su correspondiente bibliografía.

[Arden]

Yo sigo leyéndolo un poco aquí y un poco allá y me está encantando, esa historia del paso de la oralidad a la escritura, sobre Homero, en fin, todo con mucho interés.

[magali]

El junco de papiro hunde sus raíces en las aguas del Nilo. El tallo tiene el grosor del brazo de un hombre y su altura se eleva entre tres y seis metros. Con sus fibras flexibles, las gentes humildes fabricaban cuerdas, esteras, sandalias y cestas. Los antiguos relatos lo recuerdan: de papiro, embadurnado con brea y asfalto, era el canastillo donde su madre abandonó al pequeño Moisés a orillas del Nilo. En el tercer milenio a. C. los egipcios descubrieron que con aquellos juncos podían fabricar hojas para la escritura, y en el primer milenio ya habían extendido su hallazgo a los pueblos de Próximo Oriente. Durante siglos, los hebreos, los griegos y luego los romanos escribieron su literatura en rollos de papiro. A medida que las sociedades mediterráneas se alfabetizaban y se volvían más complejas, necesitaban cada vez más papiro, y los precios subían al calor de la demanda. La planta era muy escasa fuera de Egipto y, como el coltán de nuestros teléfonos inteligentes, se convirtió en un bien estratégico. Llegó a existir un poderoso mercado que distribuía el papiro en rutas comerciales a través de África, Asia y Europa. Los reyes de Egipto se apropiaron el monopolio de la manufactura y el comercio de las hojas; los expertos en lengua egipcia creen que la palabra «papiro» tiene la misma raíz que «faraón».

Imaginemos una mañana de trabajo en los talleres faraónicos. Un grupo de operarios del rey llega de madrugada a las riberas del río para segar juncos, y el susurro de sus pasos despierta a los pájaros dormidos, que levantan el vuelo desde el cañaveral. Los hombres trabajan en la frescura de la mañana y a mediodía depositan en el taller grandes brazadas de juncos. Con movimentos precisos, los descortezan y cortan el tallo triangular en delgadas tiras de unos 30-40 centímetros de altura. Colocan sobre una tabla plana la primera capa de tiras verticales y después otra capa de fibras horizontales en ángulo recto con la primera. Golpean con un mazo de madera las dos capas superpuestas de forma que la savia segregada actúe como pegamento natural. Alisan la superficie de las hojas desbastándolas con piedra pómez o conchas. Por último, encolan las láminas de papiro una a continuación de la otra por los bordes con una pasta de harina y agua, hasta formar una larga tira que guardan enrollada. Lo habitual es unir unas veinte láminas y pulir con cuidado las junturas hasta conseguir una superficie lisa en la que no tropiece la caña del escriba. Los mercaderes no venden hojas sueltas, sino rollos; quien necesite escribir una carta o un documento breve cortará el trozo deseado. Los rollos miden entre 13 y 30 centímetros de alto, y su longitud más habitual oscila entre los 3,2 y 3,6 metros. Pero la extensión es tan variable como la cantidad de páginas de nuestros libros. Así, por ejemplo, el rollo más largo de la colección egipcia del Museo Británico, el papiro Harris, medía originalmente 42 metros.

[magali]

Qué bonito es este libro y cuánto siento no tener más tiempo para dedicarle.

Ya estamos en Pérgamo buscando una solución a la carencia de papiros, aunque parece ser que el pergamino se usaba en Egipto desde el II milenio a. C.

[Arden]

Pues voy avanzando poco a poco, y cada vez me gusta más porque hemos pasado de la historia de la biblioteca de Alejandría, de los manuscritos, de cómo se pasa del papiro a la vitela, a cómo nació el alfabeto, a la oralidad, el paso de esta a la escritura, a mil y una anécdotas que trufan el camino de la escritura y del libro en la Historia de la Humanidad.

Muy entretenido, didáctico y enriquecedor.

[ratonB]

Fichado

[Aben Razín]

Pues voy avanzando poco a poco, y cada vez me gusta más porque hemos pasado de la historia de la biblioteca de Alejandría, de los manuscritos, de cómo se pasa del papiro a la vitela, a cómo nació el alfabeto, a la oralidad, el paso de esta a la escritura, a mil y una anécdotas que trufan el camino de la escritura y del libro en la Historia de la Humanidad.

Muy entretenido, didáctico y enriquecedor.

Por todo esto que cuentas, ¡tomo nota!,

[Illimani]

Lo acabo de empezar y no podía haber empezado mejor ni más interesante. La primera visita: la biblioteca de Alejandría, Egipto, los Ptolomeo, las conquistas de Alejandro...¿qué más se puede pedir?

Me encanta cómo está escrito, con esa prosa exquisita que hace que el ensayo se paladee como la mejor literatura.

Por el momento, auqnue llevo apenas 40 páginas, una delicia de libro (e intuyo que va a seguir así )