País: Estados Unidos
Fecha de estreno original: 22 de septiembre de 1999
Creador: Aaron Sorkin
El Presidente demócrata Josiah Bartlet (Martin Sheen - Apocalyse Now, Wall Street), lidera una de las naciones más poderosas del mundo con la devoción y la convicción de creer fervientemente en que lo que hace es lo mejor para su país. La serie se desarrolla, fundamentalmente, en los pasillos, despachos y salas de la Casa Blanca, mostrándonos los entresijos del febril trabajo que allí tiene lugar y los problemas diarios a los que se han de enfrentar. Es en esta atmósfera de conflicto donde el equipo de la Casa Blanca va a tener que esforzarse hasta límites insospechados para seguir defendiendo su credibilidad de cara a las reelecciones y a los Estados Unidos de amenazas externas.
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Ahora que estamos en plenas primarias americanas, he comprobado que no había hilo abierto a esta serie, que considero lo mejor que se ha hecho en televisión en muchos años.
La 2 la machacó con horarios imposibles, pero aún así (y gracias al video) logré seguir las 5 primeras temporadas. La 6ª y la 7ª finalmente las estoy disfrutando en AXN.
Tramas complejas, diálogos inteligentes, personajes interesantes, a los que llegas a coger cariño o auténtica tirria después de seguirlos durante tanto tiempo...y sobre todo, una visión de los entresijos del poder en EEUU bastante realista.The West Wing, fuente Wikipedia, la enciclopedia libre
El ala oeste de la Casa Blanca (título original: The West Wing) es una serie de televisión estadounidense muy popular y ampliamente aclamada por la crítica. Fue creada por Aaron Sorkin y se emitió desde 1999 al 2006. Fue producida y , en sus ultimos años, co-escrita por John Wells después de que Sorkin dejase la serie tras su cuarta temporada. La serie está ambientada en el ala oeste de la Casa Blanca, donde se ubica el Despacho Oval y los despachos de los principales miembros del equipo del presidente, durante la ficticia administración demócrata de Josiah Bartlet (Martin Sheen).
El ala oeste de la Casa Blanca fue producida por Warner Bros. y fue emitida por primera vez en la NBC en 1999, y ha sido además transmitida por muchas otras cadenas en docenas de países. La serie terminó su séptimo año de emisión el 14 de Mayo del 2006.
La serie recibió una valoración muy positiva de críticos, profesores de ciencias políticas, y antiguos empleados de la Casa Blanca. En total, El ala oeste de la Casa Blanca ganó tres Globos de Oro y 26 Premios Emmy, empatando con Hill Street Blues como la mayor ganadora de la historia de los premios Emmy. La popularidad de la serie decayó en los últimos años, pero siguió siendo popular entre los espectadores de mayores ganancias, un grupo clave para la serie y sus anunciantes.
El ala oeste de la Casa Blanca empleó un gran reparto coral para representar los muchos cargos envueltos en el trabajo diario del gobierno federal. El Presidente, la Primera Dama, y los principales miembros del equipo del Presidente y consejeros forman el núcleo de este reparto. Un gran número de personajes secundarios, que aparecen intermitentemente, completan las historias que generalmente giran en torno a este grupo principal.
En los principales papeles:
Stockard Channing como Abigail Bartlet, Primera Dama
Dulé Hill como Charlie Young, Ayudante Personal del Presidente
Allison Janney como C.J. Cregg, Secretaria de Prensa de la Casa Blanca
Rob Lowe (1999-2003; puntualmente en 2006) como Sam Seaborn, Ayudante del Director de Comunicaciones de la Casa Blanca
Janel Moloney como Donna Moss, Ayudante especial del Ayudante del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca
Richard Schiff como Toby Ziegler, Director de Comunicaciones de la Casa Blanca
Martin Sheen como Josiah "Jed" Bartlet, Presidente de los Estados Unidos
John Spencer como Leo McGarry, Jefe de Gabinete de la Casa Blanca
Bradley Whitford como Josh Lyman, Ayudante del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca
Os transcribo parte de un artículo de Santiago Navajas en el Suplemento Fin de Semana de Libertad Digital
¿Algún otro fan de la serie?En 1996 el reputado guionista Aaron Sorkin escribe una película sobre un presidente demócrata (Michael Douglas) que se enamora de una periodista (Annette Bening) con un pasado un tanto delicado (quemaba banderas de los EEUU como forma de protesta), lo que daba pie a Sorkin para poner en escena un vibrante discurso, aunque ingenuo, sobre las salvaguardas de las libertades constitucionales.
El modelo de un presidente luchando como un quijote de la política, en la estela de Woodrow Wilson y JFK, contra la injusticia, la ignorancia y los prejuicios, además de hacer las delicias de José Luis Rodríguez Zapatero, inspiró al guionista una ambición mayor: sumergirse en los entresijos e intersticios de la cocina política, en la que se cuecen las negociaciones, los acuerdos y desacuerdos que orientan la vida de los ciudadanos; arrojar luz sobre esa caja negra que los políticos profesionales tratan de velar al escrutinio público.
Sorkin creó un producto cinemáticamente dinámico, intelectualmente complejo, emocionalmente lírico, con ribetes épicos. Todo ello sazonado con un aroma irónico, un romanticismo adolescente y una rapidez endiablada. Los pasillos del Ala Oeste de la Casa Blanca, donde trabajan y viven los estajanovistas fanáticos de la política que forman el equipo del presidente Bartlet (Martin Sheen), se convierten en cintas sin fin en las que las réplicas y contrarréplicas entre demócratas, republicanos, extremistas evangélicos o el lobby gay de Hollywood nunca llegan a convertirse en una cacofonía gracias a la dirección firme de Sorkin.
Se temía que en la quinta temporada la intensidad de la serie sufriera debido al abandono de su creador, inmerso en problemas de drogas y conflictos con la productora. El relevo lo tomó John Wells, el productor ejecutivo. Y, salvo para los fans totales del estilo Sorkin, no cabe hablar de pérdida de calidad. En mi opinión, todo lo contrario.
Sabedor de que era imposible continuar con esa línea de idealismo un tanto de opereta, Wells ha robustecido la dimensión política, haciéndola más dura, más difícil, más oscura, más rica en voces y planteamientos. Si al inicio de la serie el presidente Bartlet aparecía casi como una marioneta bufonesca, a pesar del premio Nobel de Economía y el máster en Teología (católica), en esta quinta temporada, tras el calvario del secuestro de su hija y su momentánea dimisión del cargo, en el que es sustituido por el portavoz republicano en el Senado (John Goodman), aparece en su clímax de poder, sabio y solitario, con un aura de depredador.
En definitiva, El Ala Oeste refleja con verosimilitud no exenta de cierto idealismo la actividad política, un cóctel de nobleza y mentira, abrazos y traiciones, que sólo es legitimado cuando tras todo ello se adivina el aliento de la libertad, el respeto a la ley, la lucha por la justicia y el compromiso con la tradición democrática que tan bien representa ese equipo de asesores que discuten, aman y se ríen en el ágora bartletiano.
Desde la elegante Tempestad sobre Washington de Otto Preminger no se había puesto tan convincentemente en imágenes en movimiento la praxis política en su doble vertiente de servicio a la ciudadanía –la aspiración al bien– y pacto con el diablo –la irremediable realización de actos abyectos–. Tras aquella campaña en que concurrió como candidato a la presidencia del Perú, Mario Vargas Llosa preguntó a Karl Popper si era lícito en política mentir en determinadas circunstancias. El filósofo respondió que jamás. Demasiado categórico y simplista, me temo...