Os transcribo el comentario de la contraportada:
Esta novela cuenta la historia del doctor Wilbur Larch - santo varón y obstreta, eteradicto y abortista, director de un orfanato - y la de su huérfano favorito, Homer Wells, quien nunca consigue ser adoptado. El doctor Larch siente la obligación moral de liberar a las madres pobres de un embarazo no deseado, antes que admitir en su asilo a sus hijos abandonados.
Homer Wells, a quien Larch quiere como a un hijo, al crecer se niega en cambio a "acabar con la vida humana". La novela es mucho más que un libro sobre el aborto, aun así tratado por Irving con un excepcional conocimiento histórico, médico, legal, filosófico y moral; es también una saga en la mejor tradición del siglo XIX - y de Irving -, que sigue a varios personajes peculiares, todos marcados por su extrañeza en este mundo, pero todos héroes, auténticos príncipes y reyes de su propia existencia.
Las citas con las que abre el libro no tienen desperdicio:
El convencionalismo no es moralidad.
El fariseísmo no es religión.
Atacar lo uno no significa agredir lo otro.
Charlotte Brontë, 1847
A efectos prácticos el aborto puede definirse como la interrupción de la gestación antes de la viabilidad del hijo.
H.J. Boldt, M.D., 1906
Estoy deseando hincarle el diente
