Título: La curvatura del empeine
Autor: Vicente Muñoz Puelles
Subgénero: Erótica
Sinopsis:
COMENTARIO BIBLIOGRÁFICOEl personaje cuenta la historia de su vida a través de sus experiencias eróticas.
Muñoz Puelles confiesa que dudó durante mucho tiempo entre ser pintor
o escritor y «todavía me resisto a pensar que ya he elegido entre
ambas vocaciones». No es de extrañar, pues, que, tras dedicar dos
libros a Goya (Yo, Goya y El último capricho de Francisco de Goya) y
autor premiado de novelas eróticas, sintiera atracción por el
personaje de Pierre Molinier (1900-1976), pintor admirado por los
surrealistas y especialmente por André Breton, y creador de un mundo
erótico celebrado hoy en el mundo entero.
Todo empezó en 1995, cuando Muñoz Puelles, mientras reunía material
para Infiernos eróticos. La colección Berlanga, un libro ilustrado
sobre la biblioteca erótica del gran cineasta Luis G. Berlanga,
director también de La sonrisa vertical, accedió a la correspondencia
que éste mantuvo con Molinier. Las cartas, las fotografías que las
acompañaban y la historia que el propio Berlanga le contó le
convencieron de que allí se encontraba el germen de una novela
erótica, que debía escribir.
Huelga decir, conociendo la capacidad fabuladora de Muñoz Puelles,
que, aunque toma la vida de Molinier como pretexto, se aparta de ella
continuamente y que la mayoría de las experiencias eróticas que le
atribuye son ficticias. Sí se encuentran en La curvatura del empeine
rasgos propios de sus obsesiones: el erotismo intenso y algo cruel, el
fetichismo, el narcisismo, el travestismo. Molinier buscaba a la mujer
en todas partes, en sus ropas y accesorios, en las muñecas de tamaño
natural que fabricaba, en sí mismo. Vivía en un mundo en el que todos
los niveles de la realidad se confundían, rodeado de sus amantes, de
las criaturas de sus cuadros, de sus fotomontajes, de prendas
femeninas, máscaras y consoladores. Había convertido la pintura en una
acto erótico de tal magnitud que mezclaba el óleo con su propio semen.
Ese mundo fantasmagórico es el que Muñoz Puelles ha recreado aquí
Aqui esta el comnienzo y un fragmento cerca del final:
"Años antes de que yo naciese, la primera mujer de mi padre soltaba cada noche los perros de la mansión, para protegerse del intruso que la acechaba y que, cuando ella dormía, pretendía introducirse en sus sueños. Eso al menos era lo que Anne-Marie, su doncella, que también lo fue después de mi madre, nos contaba a mi hermana y a mí en Domaine de Chevalier, un edificio con dos torres gemelas que todavía se alza en una llanura cubierta de viñedos y rodeada de extensos pinares, en la comarca de Graves, al sur de Burdeos..."
"...Recuerdo una novela de Octave Mirabeau en la que un anciano muere acariciando un botín que poco antes ha sido usado por su criada. Pobre resumen, a mi entender, de toda una vida..."