Así es, Madison, se le llenó la cabeza de pajaros, o se la llenaron, y fué cuando hizo la peregrinación a Jerusalen decidiendo luego dejar la literatura y haciendose seguidor de un popular sacerdote cristiano ortodoxo que terminó de lavarle el cerebro. Otro genio que, lamentablemente, se perdió para la literatura.
Haciendo memoria, y consultando algunos datos, he recordado cuales fueron los relatos que había leido aunque, para ser sincero, no me impactaron tanto como
Almas muertas, se trataba de una edición de Anaya juvenil del 89 y de 256 pp titulado
La nariz y otros cuentos en los cuales se incluian:
-La avenida del Nevá
-El retrato
-La nariz
-El capote
-Apuntes de un loco
El que más me gustó y el que más me quedó más grabado fué el de
La nariz otra magistal y fantasiosa sátira social muy emparentada en la concepción y el estilo, aunque no tan trágica, con la
Metamofosis de Kafka. Como curiosidad, decir que Dimitri Shostakovic compuso una ópera basada en este relato, y (aún a riesgo de ser pedante no cuento mentira) este dato fué lo que me impulsó a leer
La nariz ya que un dia, casualmente, eschuchado radio2 de rne radiaron y comentaron esta obra que por su especial argumento me llamó mucho la atención y como ya conocía la calidad de
Almas Muertas me decidí a buscarlo en alguna biblioteca y aunque no fué facil al final lo encontre en la sección infantil.
Editorial: Anaya
256 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Encuadernación en tela
ISBN: 9788420732497
Colección: TUS LIBROS
Nº Edición:1ª
Año de edición:1989
Plaza edición: MADRID
Traducción: Isabel Vicente
Reseña:
Bajo el título de Novelas petersburguesas agrupó Nikolai V. Gógol los cinco cuentos que recogemos en este volumen. Dos de ellos se han hecho particularmente célebres: «La nariz», que empieza a apoderarse del lector desde el mismo momento en que un barbero encuentra una nariz en el pan que está comiendo, y «El capote», del que surgió toda la literatura moderna rusa, según aseguraba Dostoievski. Pero en todos ellos se advierte el doble interés social y literario, que hace de Gógol un clásico redivivo, así como su vena satírica, teñida de humor y compasión, de la que podría ser prototipo ese pobre loco de los «Apuntes», que creía ser el rey Fernando VIII de España.
Y esta es la portada de la reedición que hizo Anaya, del mismo libro, en el 2003.
...
Blog
Entrevistas
Revista
Fotos
me han hablado bien de él 