Un micro relato.

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J.J. Suárez

Un micro relato.

Mensaje por J.J. Suárez »

Soy nuevo aqui en el foro, y lo poco que he visto me ha gustado mucho. Desearia que leyeran mi pequeño texto (lo cual supongo que no le va tomar ni dos minutos) y opinaran sobre éste.
J.J. Suárez

Micro-relato:

Mensaje por J.J. Suárez »

Aqui se los escribo:
El suelo de la cueva estaba impregnado de agua y tan frió como el más calido témpano, el ejército líquido celestial atacaba con tal fuerza, que todo el lugar retumbaba. Los dos blancos corceles se encontraban en la entrada del agujero, relinchando de temor y golpeando el suelo con tanta furia, que la caverna temblaba. Los dos jóvenes ya se encontraban dentro de la lúgubre morada, sin alimento, sin bebida, sin armas, solo con la agradable compañía de cada uno (claro esta, y la de dos caballos). Mientras Peter solo conseguía obtener chispas, de la viva llama que quería disfrutar, Essica se acercó a los dos caballos, comenzó a acariciarlos y a entonar una hermosa melodía.

Al poco tiempo la llama comenzó a flamear mas viva de lo que el muchacho había esperado, tonalidades rojas, amarillas y unas pocas ondas azules emanaban del fuego. Peter se acerco un poco a su creación, se calentó las manos, sentía como el frío abandonaba todo su cuerpo y tomaba una temperatura agradable. Cuando iba a decirle a Essica que se acercara a calentarse, tuvo una extraña experiencia, un acontecimiento que lo llevaría a lugares que ni el más valiente guerrero se atrevía a llegar. Aunque parecerá la cosa más sencilla y tonta cuando lo diga, verán que no es así. Lo que hizo fue mirar.

Lo que sus marrones ojos captaron, y que no solo con sus ojos vio, sino que también miro con una parte de su cuerpo que no sabia que también tenia esa habilidad. Lo que sus ojos y su corazón observaron, fue a Essica, y lo que su cuerpo sintió, fue amor.

Essica, la de grácil cuerpo, cuyo olor era como el calido verano, cuya piel era como suave lana, cuyo larga cabellera era del color de la mas fina madera con varios trazos de oro, su voz melodiosa era mas hermosa que la de las propias sirenas, su belleza opacaba a la luna, el sol y las estrellas juntas y su piel era de una tonalidad perfecta. Sus labios eran tan provocativos como un exquisito manjar, tan dulces como la miel de la abeja reina y mantenían una tonalidad roja, pero no tan rojo que hiciera que parecieran sangre, ni tan clara para que se vieran pálidos, sencillamente dotados de hermosura. En su piel blanca y tostada se levantaban pequeñas, pero varias marcas de su vida, así más bella ante los ojos de todos.

Peter estuvo recordando los momentos que había vivido con ella, cada insignificante segundo que estuvo a su lado, pero mientras más intentaba pescar memorias del mar de su pensamiento, no encontraba ni una más. Ahora sentía que estaba solo, que estaba en una patente oscuridad, sentía como si nunca hubiera estado con ella, se lamentaba de no haberla tenido en aquellos momentos de soledad y tristeza entre sus brazos. También le vino a la mente su madre, de la cual no poseía ni el mas pequeño recuerdo, a la cual nunca pudo llamar <<Mamá>>.

Essica seguía entonando la adormecedora canción, su mano estaba posada sobre el lomo de su caballo y sus ojos ahora miraban fijamente los de el, los cuales poseían tantos colores, que si los nombrara ahora no terminaría jamás. Su mano se fue frenando lentamente como un leopardo cuando ya tiene la presa entre sus fauces, como una hoja otoñal que cae al suelo, como sangre que se queda sin recorrer el cuerpo y da la muerte. Sentía como el frió congelaba su sangre, como el aire abandonaba sus pulmones, como su cuerpo perdía fuerzas, como su voz se escondia en su interior, como sus oídos ya no alcanzaban a escuchar nada y sus parpados se fueron cerrando, hasta lo único que pudo ver fue oscuridad. Peter la tomó en sus brazos antes de que su cuerpo tocara el suelo y sobre una manta que había sobrevivido al bombardeo del cielo, la colocó. Su cuerpo había perdido calidez, colocándose a la misma temperatura que la cueva. El fuego no ayudaba mucho, el clima empeoraba más las cosas y el agua comenzaba a llegar a donde estaban ellos. Sin pensarlo dos veces tomo su mano y coloco su anillo, el cual estaba extrañamente caliente. Miró su hermoso rostro, con lagrimas en los ojos soltó al aire las siguientes palabras <<No me la quites a ella también>> sin titubear hizo que sus labios hicieran contacto con los de ella. Aunque pensaras que Peter fue muy ruin por aprovecharse de su estado para besarla, no es así. Ese era un beso para transmitirle su calor, un ósculo para dar vida y un ósculo para traer muerte.
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JANGEL
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Mensaje por JANGEL »

Curioso relato. Hay varias frases que me han gustado especialmente. Cuando describe la llama, cuando describe a la chica... Tal vez, al haber conseguido descripciones tan densas, tendrías que haber prolongado más el relato, para que el ambiente se recreara todavía mejor.

Pero lo único que comentaría en general es que parece un cuento donde todo es introducción, salvo los dos últimos párrafos, donde tienes cuerpo y desenlace muy rápidos. Esta sensación podrías evitarla prolongando el relato, como te he dicho. (Claro, sólo es una opinión).

Por lo demás, sólo te diría que revisaras el uso de las tildes.
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J.J. Suárez

Gracias por tu opinión

Mensaje por J.J. Suárez »

Muy agradecido de que me dieras tu opinión. Lo revisare y pondre en práctica lo que me dices en el post. :D

Si no es mucho pedir, me gustaría que me dieran consejos para poder escribir mejor. :lol:
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JANGEL
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Re: Gracias por tu opinión

Mensaje por JANGEL »

J.J. Suárez escribió:Si no es mucho pedir, me gustaría que me dieran consejos para poder escribir mejor. :lol:

Es lo que estoy haciendo. A veces cuesta ser más concreto, porque se trata de sensaciones en abstracto. Pero no me gusta llamarlos "consejos". Son opiniones, nada más. :wink:
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lucia
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Mensaje por lucia »

Y además de las tildes, algunas concordancias gramaticales y de tiempos verbales que se te escapan por ahí. Pero las descripciones que señala Jangel son muy buenas ;)
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J.J. Suárez

Mensaje por J.J. Suárez »

Gracias Lucia por los comentarios, pero seria mucho pedir que citaras el texto donde esta el error. :lol:
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lucia
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Mensaje por lucia »

Pues ahora no la encuentro, pero esta si que me hace raro:
Lo que sus marrones ojos captaron, y que no solo con sus ojos vio, sino que también miro con una parte de su cuerpo que no sabia que también tenia esa habilidad.
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takeo
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Re: Micro-relato:

Mensaje por takeo »

Hola, JJ. Primero felicitarte porque desarrrollas una historia con lógica aunque con algunos detalles que me desconciertan un poco. Es importante que hayas creado algo: personajes, lugares, situaciones que nos permiten imaginar el mundo que has querido recrear. El mejor consejo: trabajar. Supongo que todos te lo dirán y no es que nos repitamos es que es la mejor vacuna de esta enfermedad que es escribir, que nos permite seguir escribiendo con el virus bien dentro de nuestra sangre.
Detalles: ¿Quién es el narrador? porque, de repetente, sale por ahí alguien que habla al lector (verán que no es así)
Todo el párrafo que empieza por "Peter estuvo recordando..." me pierdo un poco. ¿Está con ella? ¿Estuvo con ella y ahora no? ¿cuando es ese ahora, antes del beso o despues? No me queda muy claro (quizá sea un problema mío de lectura)
Estoy de acuerdo en lo que dice Jangel: después de una introducción tan prolongada, terminas el relato como si te quemara entre las manos. Podrías trabajar un poco más el final, no importa que sea más largo y así, además, podrías quitar eso de 'micro relato' y ponerle un título. Es bonito bautizar nuestras obras (los títulos a veces nacen antes que las obras; o cuando están a medio escribir o cuando ya se ha terminado) Estrújate el cerebro, seguro que se te ocurre algún titulo.
Y mira las tildes, como dice Lucía.
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Fermin
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Re: Un micro relato.

Mensaje por Fermin »

Hola J.J. Suárez;
Se me hizo muy interesante tu pequeño texto como le llamas, felicidades.
Saludos Fermín.
J.J. Suárez

El texto con las correcciones.

Mensaje por J.J. Suárez »

Aqui les dejo el microrelato (aun sin título), con las correciones que me indicaron. Y como anteriormente, escriban sus más sinceras opiniones.

El suelo de la cueva estaba impregnado de agua y tan frió como el más calido témpano, el ejército líquido celestial atacaba con tal fuerza, que todo el lugar retumbaba. Los dos blancos corceles se encontraban en la entrada del agujero, relinchando de temor y golpeando el suelo con tanta furia, que la caverna temblaba. Los dos jóvenes ya se encontraban dentro de la lúgubre morada, sin alimento, sin bebida, sin armas, solo con la agradable compañía de cada uno (claro esta, y la de dos caballos). Mientras Peter solo conseguía obtener chispas, de la viva llama que quería disfrutar, Essica se acercó a los dos caballos, comenzó a acariciarlos y a entonar una hermosa melodía. E l canto era tan hermoso que hacía que el alma se sintiera reconfortada y en paz.

-Cantas hermosas…, es decir, es un canto muy hermoso. Se apresuró a agregar Peter, sintiéndose un poco avergonzado.

- Mi madre me lo cantaba en días tormentosos, días en los cuales parecía que el cielo se venia abajo.

Repentinamente una llama comenzó a flamear mas viva que nunca, tonalidades rojas, amarillas y unas pocas ondas azules emanaban del fuego. Peter se acerco rápidamente a su creación, sintiéndose orgulloso de que había logrado aquella llamarada aun cuando el viento y el agua se lo impedían. Colocó sus manos a la altura del pecho y separando los dedos lo más que pudo, comenzó a calentar su cuerpo, dejando inhalar pasión a los poros de su palma. El calor iba inundado su extremidades, mientras el frió se evaporaba tan rápido como un gota de agua en un desierto. Su cabeza se movió un poco hacía arriba y su boca dejo una abertura para que el aire corriera e hiciera contacto con sus cuerdas vocales; con lo cual no se escucho ningún sonido salir. Pensó que había quedado mudo, o tal vez sordo; pero al final se dio cuenta de que su boca y sus oídos estaban perfectos, porque en realidad no había separado sus labios para hablar sino abierto las puertas de su corazón para amar.

Essica, la de grácil cuerpo, cuyo olor era como el calido verano, cuya piel era como suave lana, cuya larga cabellera era del color de la más fina madera con varios trazos de oro. Su voz melodiosa era mas hermosa que la de las propias sirenas, su belleza opacaba a la luna, el sol y las estrellas juntas y su piel era de una tonalidad perfecta. Sus labios eran tan provocativos como un exquisito manjar, tan dulces como la miel de la abeja reina y mantenían una tonalidad roja, pero no tan rojo que hiciera que parecieran sangre, ni tan clara para que se vieran pálidos, sencillamente dotados de hermosura. En su piel blanca y tostada se levantaban pequeñas, pero varias marcas de su vida, así más bella ante los ojos de todos.

El joven se encontraba confundido. Tantos años que llevaba conociendo a aquella mujer y no se había sentido así. ¿Por qué ahora, porque en estos momentos de guerra y soledad? No tardo mucho en responder la pregunta que le hacía su mente, porque la respuesta se encontraba en la misma pregunta. Todos aquellos días que había estado con ella podía sentir el calor de sus hermanos y amigos, se podía respirar y escuchar la paz, se podían sentir tantas cosas buenos, que solo miraba lo que estaba afuera y nunca se había llegado a inspeccionar por dentro. Se había convertidor en el emperador de los sordo, en el rey de los ciegos, porque teniendo ha disposición los oídos no escuchaba y teniendo bajo su mandato saludables ojos no veía.

En un menos de lo que un rayo de luz traspasa un delgado vidrio un relámpago recorrió la inmensidad del cielo, produciendo un grito infernal. Los dos caballos sintieron un gran temor, por lo cual sacudieron sus patas fuertemente contra el suelo. Essica intento calmarlos nuevamente, acariciando un poco más debajo de sus orejas, moviendo sus manos con mucha delicadeza. Uno a uno se fue calmando, y dejando el miedo atrás. El nivel del agua comenzó rápidamente a ascender, era como si el trueno hubiera hecho una profunda herida a las represas de las nubes haciendo que los ríos celestiales se desbordaran sobre la tierra. Los animales dieron unos cuentos pasos huyendo de la fría agua, moviendo con ellos a Essica. Peter había despertado de su punto de concentración elevado y se había percatado de un fuerte respirar que producía la muchacha. La joven con sus brazos intentaba darse calor, su cuerpo temblaba de los pies a la cabeza y un color como de nieve sobre un suelo blanco se había apoderado su piel. Lentamente iba perdiendo movilidad, se había quedado en la quietud más extraña y alarmante, el sosiego como de un pequeño venado entre las fauces de un leopardo, como de una hoja otoñal que cae al suelo, como la sangre que se queda sin recorrer el cuerpo y da la muerte. Su sangre luchaba por mantener un movimiento uniforme, el aire abandonaba sus pulmones, su cuerpo perdía fuerzas, su voz se apagaba en su interior, sus oídos ya no alcanzaban a escuchar nada y sus parpados se buscaban encontrar, hasta lo único que hubo fue oscuridad.

Peter la tomó en sus brazos antes de que tocara el suelo y sobre una manta que había sobrevivido al bombardeo del cielo, la colocó. Su organismo había perdido calidez, colocándose a la misma temperatura que la cueva. El fuego no ayudaba mucho, el clima empeoraba más las cosas y el agua comenzaba a llegar a donde estaban ellos. Sin pensarlo dos veces tomo su mano y coloco su anillo, el cual estaba extrañamente caliente. Miró su hermoso rostro, con lagrimas en los ojos soltó al infinito las siguientes palabras <<No me la quites a ella también>> sin titubear hizo que sus labios hicieran contacto con los de ella. Ese era un beso para transmitirle su calor, un ósculo para dar vida y un ósculo para traer muerte.
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lucia
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Mensaje por lucia »

La próxima, si no quieres copiarlo todo, puedes editar el mensaje original ;)
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J.J. Suárez

Microrelato publicado.

Mensaje por J.J. Suárez »

Lo volví a públicar ya que cuando hago correciones en alguna cosa me gusta tener las dos versiones: la primera y la que paso por correciones. De esta manera poder compararlos. :D
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lucia
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Mensaje por lucia »

Es una buena idea. Yo lo hice en uno de mis trabajos, pero porque el jefe un día te decía una cosa y al día siguiente la contraria.
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Escorpion
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Mensaje por Escorpion »

El jefe...era una mujer? :roll:
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