Radiaciones I: Diarios de la segunda guerra mundial,E.Jünger
Moderador: magali
Jünger frente a Grossman.
Me he sumergido en estos dos libros en las últimas semanas. Primero el del escritor, entomólogo y oficial alemán Ernst Jünger “Radiciaciones I. Diarios de la II Guerra Mundial” y seguidamente el del historiador y ex-oficial inglés, Anthony Beevor sobre el periodista y escritor ruso Vasili Grossman “Un escritor en guerra”.
El libro de Jünger está escrito en forma de diario. Tiene una manera puntillosa de ver la realidad como excelente entomólogo que era pero a la vez lo hace de una manera poética y estilosa; un estilo que se hace contagioso, que impregna al que lo lee.
Cuenta que lo movilizaron como oficial formando parte de las tropas alemanas que llegaron a las puertas de Stalingrado. En muchos casos se puede leer que renegaba de aquel loco que fue Hitler. Pero sabemos que algunas veces en la historia la inercia mueve a los hombres como si fueran marionetas del destino. Él estaba tranquilo en su casa de campo, escribiendo libros –ya era un autor distinguido- con su mujer, y estudiando insectos y plantas y se tomó aquello de la guerra tan inevitable como el paso de un torbellino.
Jünger sobrevivió a la guerra y al horror. Vaya si lo hizo: alcanzó los 103 años de edad sobreviviendo a dos guerras mundiales y a una intensa experiencia con las drogas. Él fue el vivo ejemplo de que sólo a determinadas personalidades les es dada la facultad de volar. “Quizá la cualidad suprema del opio sea ésa: vivificar de tal manera la propia fuerza creadora del espíritu, la fantasía, que ésta se edifique castillos encantados en cuyas almenas no provoca miedo la pérdida de los reinos pantanosos y brumosos. El alma se crea a sí misma gradas para pasar por ellas a la muerte”.
En su libro nos cuenta pormenores de la guerra, de las charlas que mantenía con éste o aquél, visitas a personalidades de la cultura parisina, libros que leía en el descanso de la noche..., anécdotas que le asaltaban a su memoria. Sentimientos “Cuando apago la luz me hace feliz el pensar que ahora estaré a solas ocho, nueve horas. Busco la soledad como una cueva. También me gusta despertarme algunas veces, para disfrutar de ella”.
Cuenta los sucesos de la guerra como un notario o un forense; de manera desapasionada pero tremendamente efectista. “En un bosque unos heridos rusos habían estado gritando en demanda de auxilio; cuando por fin se acercaron unos soldados alemanes para socorrerlos, los rusos sacaron las pistolas y dispararon contra ellos. Es un signo de que los combates han desembocado en lo zoológico. El animal que yace herido en el suelo comienza a morder cuando alguien lo toca”.
Utiliza frases y razonamientos que rozan el relámpago. Así hablando de la matanza de judíos dice “La exterminación no borra los arquetipos; antes por el contrario, los libera”.
Lo anota todo; incluso proyectos ambiguos sobre escritos futuros: “Por el camino me ha asaltado una especie de ardiente deseo de escribir algo, una cosa, aunque sólo sean dos o tres relatos breves. He pensado en el relato de Riley y luego en la historia del limpiabotas de Rodas, que me da vueltas en la cabeza desde hace tiempo”. ¿Quién de vosotros, amantes de leer y escribir no ha sentido algo semejante?
Para terminar y a pesar de que fue alguien que vivió lo que vivió confiesa su esperanza en el ser humano pero he encontrado ésta llena de pesar: “Los seres humanos poseen todas las disposiciones para llevar una vida feliz; pero no hacen uso de ella” Cómo se parece a la frase de Camus, ¿verdad?
El libro de Jünger está escrito en forma de diario. Tiene una manera puntillosa de ver la realidad como excelente entomólogo que era pero a la vez lo hace de una manera poética y estilosa; un estilo que se hace contagioso, que impregna al que lo lee.
Cuenta que lo movilizaron como oficial formando parte de las tropas alemanas que llegaron a las puertas de Stalingrado. En muchos casos se puede leer que renegaba de aquel loco que fue Hitler. Pero sabemos que algunas veces en la historia la inercia mueve a los hombres como si fueran marionetas del destino. Él estaba tranquilo en su casa de campo, escribiendo libros –ya era un autor distinguido- con su mujer, y estudiando insectos y plantas y se tomó aquello de la guerra tan inevitable como el paso de un torbellino.
Jünger sobrevivió a la guerra y al horror. Vaya si lo hizo: alcanzó los 103 años de edad sobreviviendo a dos guerras mundiales y a una intensa experiencia con las drogas. Él fue el vivo ejemplo de que sólo a determinadas personalidades les es dada la facultad de volar. “Quizá la cualidad suprema del opio sea ésa: vivificar de tal manera la propia fuerza creadora del espíritu, la fantasía, que ésta se edifique castillos encantados en cuyas almenas no provoca miedo la pérdida de los reinos pantanosos y brumosos. El alma se crea a sí misma gradas para pasar por ellas a la muerte”.
En su libro nos cuenta pormenores de la guerra, de las charlas que mantenía con éste o aquél, visitas a personalidades de la cultura parisina, libros que leía en el descanso de la noche..., anécdotas que le asaltaban a su memoria. Sentimientos “Cuando apago la luz me hace feliz el pensar que ahora estaré a solas ocho, nueve horas. Busco la soledad como una cueva. También me gusta despertarme algunas veces, para disfrutar de ella”.
Cuenta los sucesos de la guerra como un notario o un forense; de manera desapasionada pero tremendamente efectista. “En un bosque unos heridos rusos habían estado gritando en demanda de auxilio; cuando por fin se acercaron unos soldados alemanes para socorrerlos, los rusos sacaron las pistolas y dispararon contra ellos. Es un signo de que los combates han desembocado en lo zoológico. El animal que yace herido en el suelo comienza a morder cuando alguien lo toca”.
Utiliza frases y razonamientos que rozan el relámpago. Así hablando de la matanza de judíos dice “La exterminación no borra los arquetipos; antes por el contrario, los libera”.
Lo anota todo; incluso proyectos ambiguos sobre escritos futuros: “Por el camino me ha asaltado una especie de ardiente deseo de escribir algo, una cosa, aunque sólo sean dos o tres relatos breves. He pensado en el relato de Riley y luego en la historia del limpiabotas de Rodas, que me da vueltas en la cabeza desde hace tiempo”. ¿Quién de vosotros, amantes de leer y escribir no ha sentido algo semejante?
Para terminar y a pesar de que fue alguien que vivió lo que vivió confiesa su esperanza en el ser humano pero he encontrado ésta llena de pesar: “Los seres humanos poseen todas las disposiciones para llevar una vida feliz; pero no hacen uso de ella” Cómo se parece a la frase de Camus, ¿verdad?
¿Me dejáis dividir el tema en dos?
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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Radiaciones I: Diarios de la segunda guerra mundial,E.Jünger
Titulo: Radiaciones I: Diarios de la segunda guerra mundial(1939-1943)
Autor:Ernst Jünger
Editorial:Tusquets Editores
Sinopsis:
Este primer tomo de radiaciones –título general que Jünger dio a los diarios escritos entre 1939 y 1948– abarca los años de 1939 hasta 1943. En estos años, el escritor, oficial del ejército alemán, entomólogo y, sobre todo, infatigable observador de la naturaleza humana, registra desde la singular cotidianidad de las primeras escaramuzas bélicas hasta sus contactos con la intelectualidad parisina del momento; desde sus lecturas y visitas a bibliotecas y museos a sus reveladoras impresiones sobre escritores y artistas. Pero destacan en estos diarios su sombría reflexión acerca del destino humano y el dolor de tantos inocentes, así como su soterrado desprecio hacia los jerarcas nazis y la convicción de estar viviendo unos tiempos abocados al nihilismo y la destrucción total.
Compuesto por tres partes, la primera, «Jardines y carreteras», describe el avance alemán a través del territorio francés, y en ella habla, premonitoriamente, de la supervivencia y de la necesidad de conservar la lucidez y el equilibrio interior en medio de las catástrofes. En la segunda parte, «Primer diario de París», casi enteramente dedicado a la Ocupación, nos revela la vida cotidiana en un París agredido, que, sin embargo, sigue siendo alegre escenario de la vida bohemia, artística y mundana, donde pululan conocidos personajes que no vacilaron en codearse con el enemigo. El volumen se cierra con «Anotaciones del Cáucaso», las observaciones de jünger sobre el frente oriental, donde sólo algunas escenas le permiten entrever algún rayo de luz en aquel infierno de tinieblas.
Libro relacionado:
Radiaciones II: Diarios de la segunda guerra mundial(1943-1948) - La memoria de un siglo
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Divididos los hilos.
He debido el tema Jünger frente a Grossman
El hilo de Grossman es:
Un escritor en guerra, de Vasily Grossman y Antony Beevor
He debido el tema Jünger frente a Grossman
El hilo de Grossman es:
Un escritor en guerra, de Vasily Grossman y Antony Beevor
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- Raskólnikov
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Re: Radiaciones I: Diarios de la segunda guerra mundial,E.Jünger
Buscando tempestades de acero en la libreria encontré este tambien... parece genial estuve hojeandolo y tiene su interés histórico documental
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Re: Radiaciones I: Diarios de la segunda guerra mundial,E.Jünger
Lamentablemente este libro lleva años descatalogado y es inconseguible a menos que pagues un precio exorbitante. En digital tampoco está. Si alguien sabe de algún dato para conseguirlo se agradece.
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