Los perros de Tesalónica - Kjell Askildsen
- Richar Elis
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Los perros de Tesalónica - Kjell Askildsen
'Los perros de Tesalónica', de Kjell Askildsen
Es uno de los maestros actuales del relato corto, el noruego Askildsen (1929), siete relatos cortos que se leen de un tirón, un libro ideal para los trayectos en transporte público porque su lectura te absorbe y aísla por completo con suma facilidad.
A Askildsen se le encasilla en el minimalismo literario llevado por él al rigor más extremo. Su estilo sin adjetivos es de una concisión escalofriante.
Se dio a conocer en su país en 1953 con un primer libro, aclamado inmediatamente por la crítica, ‘Desde ahora seré yo quien te lleve a casa’, alabanzas que no impidieron en su día que su obra fuera prohibida por inmoral en la biblioteca de su ciudad natal.
Y voy a ofreceros algunos fragmentos del relato que abre el libro y del que lo cierra. De ‘Los perros de Tesalónica’:
“…Bajé hasta la valla, crucé la estrecha franja de césped y me adentré en el bosque. Enseguida me senté en un tocón, casi oculto tras unos matorrales. Beate salió a la terraza. Miró hacia donde estaba sentado y me llamó. No puede verme, pensé. Ella volvió a bajar al jardín y dio vuelta a la casa. Subió de nuevo a la terraza. Volvió a mirar hacia donde yo estaba. Es imposible que me vea, pensé. Ella se dio la vuelta y se metió en el salón. Yo me levanté y continué adentrándome en el bosque.
(…) Comimos en silencio. Luego ella preguntó: Por cierto, ¿por qué no contestaste cuando te llamé? ¿Me llamaste?, pregunté yo. Te vi, contestó ella. ¿Por qué diste la vuelta a la casa?, pregunté. Para que no pensaras que te había visto, respondió. Pensé que no me habías visto, repuse. ¿Por qué no me contestaste?, volvió a preguntar. ¿Para qué iba a contestarte si pensaba que no me habías visto?, pregunté yo. Podría haber estado en otro lugar. Si no me hubieras visto, o si no hubieras hecho como si no me vieses, no habría habido ningún problema. Cariño, dijo ella, no hay ningún problema.”
“… Mira la luna creciente, dijo. Sí, asentí. Qué fina está, añadió. Sí, volví a asentir. Di unos pequeños sorbos de vino. En el sur, la luna está tumbada, dijo. No contesté. ¿Te acuerdas de aquellos perros de Tesalónica que no podían separarse tras haber copulado?, preguntó. En Kávala, respondí. Los viejos sentados en la terraza del café gritaban, prosiguió, y los perros aullaban intentando librarse el uno del otro. Y cuando salimos de la ciudad vimos una luna creciente y fina tumbada de espaldas, y tú y yo nos deseamos, ¿lo recuerdas? Sí, contesté. Beate volvió a llenar las copas. Permanecimos callados un rato, un buen rato…”
“… Ella estaba sentada en el sofá. Me miró. Buenos días, saludó. Le devolví el saludo con un movimiento de cabeza. Ella seguía mirándome. ¿Estamos enfadados?, preguntó. No, contesté. Su mirada seguía clavada en mí, era incapaz de interpretarla. Me senté con el fin de alejarme de esa mirada. Me entendiste mal, dije.”
De ‘Un lugar maravilloso’:
“Estaba dormida. Él se denudó y se metió bajo el edredón. Ella dormía de espaldas a él. Al cabo de un rato él le puso una mano en la cadera. Ella se quejó suavemente. Él dejó la mano donde estaba y notó cómo crecía su miembro. Movió la mano hacia abajo. El cuerpo de ella dio un respingo, como si le hubiera dado un calambre. Él retiró la mano y se volvió hacia el otro lado.”
“Él salió de la casa y se acercó a la valla. (…), luego siguió andando por el camino.
Se metió en el coche y arrancó. Dio marcha atrás hasta la carretera, luego volvió al mismo sitio de antes marcha atrás, y apagó el motor. Permaneció un buen rato allí sentado, inmóvil, mirando al infinito.
Al volver a bajar se encontró con ella.
–¿Dónde has estado? –le preguntó.
–He ido a dar una vuelta, eso es todo –contestó.
–Podrías haber avisado –dijo ella–. No te encontraba.
–Simplemente he ido a dar una vuelta –dijo él.”
Se ha dicho de Askildsen que la suya es una mirada sin parpadeos, elíptica y lívida, que en verdad impresiona por su abrumadora naturalidad, literatura en blanco y negro que una vez conocida es improbable que el lector la borre de su memoria.
Esta es la tercera obra de Askildsen que publica Lengua de Trapo, ya sacó en el 2002 la colección de cuentos ‘Un vasto y desierto paisaje’, y al año siguiente ‘Ultimas noticias de Thomas F. para la humanidad’, que algunos críticos consideran su obra maestra, daba voz al monólogo de un viejo malhumorado, selvático y socialmente fóbico como, por otra parte, viene a suceder con todos los personajes de Askildsen.
Lengua de Trapo ofrece un fragmento de cada una de estas obras en: ‘lenguadetrapo.com’.
Es uno de los maestros actuales del relato corto, el noruego Askildsen (1929), siete relatos cortos que se leen de un tirón, un libro ideal para los trayectos en transporte público porque su lectura te absorbe y aísla por completo con suma facilidad.
A Askildsen se le encasilla en el minimalismo literario llevado por él al rigor más extremo. Su estilo sin adjetivos es de una concisión escalofriante.
Se dio a conocer en su país en 1953 con un primer libro, aclamado inmediatamente por la crítica, ‘Desde ahora seré yo quien te lleve a casa’, alabanzas que no impidieron en su día que su obra fuera prohibida por inmoral en la biblioteca de su ciudad natal.
Y voy a ofreceros algunos fragmentos del relato que abre el libro y del que lo cierra. De ‘Los perros de Tesalónica’:
“…Bajé hasta la valla, crucé la estrecha franja de césped y me adentré en el bosque. Enseguida me senté en un tocón, casi oculto tras unos matorrales. Beate salió a la terraza. Miró hacia donde estaba sentado y me llamó. No puede verme, pensé. Ella volvió a bajar al jardín y dio vuelta a la casa. Subió de nuevo a la terraza. Volvió a mirar hacia donde yo estaba. Es imposible que me vea, pensé. Ella se dio la vuelta y se metió en el salón. Yo me levanté y continué adentrándome en el bosque.
(…) Comimos en silencio. Luego ella preguntó: Por cierto, ¿por qué no contestaste cuando te llamé? ¿Me llamaste?, pregunté yo. Te vi, contestó ella. ¿Por qué diste la vuelta a la casa?, pregunté. Para que no pensaras que te había visto, respondió. Pensé que no me habías visto, repuse. ¿Por qué no me contestaste?, volvió a preguntar. ¿Para qué iba a contestarte si pensaba que no me habías visto?, pregunté yo. Podría haber estado en otro lugar. Si no me hubieras visto, o si no hubieras hecho como si no me vieses, no habría habido ningún problema. Cariño, dijo ella, no hay ningún problema.”
“… Mira la luna creciente, dijo. Sí, asentí. Qué fina está, añadió. Sí, volví a asentir. Di unos pequeños sorbos de vino. En el sur, la luna está tumbada, dijo. No contesté. ¿Te acuerdas de aquellos perros de Tesalónica que no podían separarse tras haber copulado?, preguntó. En Kávala, respondí. Los viejos sentados en la terraza del café gritaban, prosiguió, y los perros aullaban intentando librarse el uno del otro. Y cuando salimos de la ciudad vimos una luna creciente y fina tumbada de espaldas, y tú y yo nos deseamos, ¿lo recuerdas? Sí, contesté. Beate volvió a llenar las copas. Permanecimos callados un rato, un buen rato…”
“… Ella estaba sentada en el sofá. Me miró. Buenos días, saludó. Le devolví el saludo con un movimiento de cabeza. Ella seguía mirándome. ¿Estamos enfadados?, preguntó. No, contesté. Su mirada seguía clavada en mí, era incapaz de interpretarla. Me senté con el fin de alejarme de esa mirada. Me entendiste mal, dije.”
De ‘Un lugar maravilloso’:
“Estaba dormida. Él se denudó y se metió bajo el edredón. Ella dormía de espaldas a él. Al cabo de un rato él le puso una mano en la cadera. Ella se quejó suavemente. Él dejó la mano donde estaba y notó cómo crecía su miembro. Movió la mano hacia abajo. El cuerpo de ella dio un respingo, como si le hubiera dado un calambre. Él retiró la mano y se volvió hacia el otro lado.”
“Él salió de la casa y se acercó a la valla. (…), luego siguió andando por el camino.
Se metió en el coche y arrancó. Dio marcha atrás hasta la carretera, luego volvió al mismo sitio de antes marcha atrás, y apagó el motor. Permaneció un buen rato allí sentado, inmóvil, mirando al infinito.
Al volver a bajar se encontró con ella.
–¿Dónde has estado? –le preguntó.
–He ido a dar una vuelta, eso es todo –contestó.
–Podrías haber avisado –dijo ella–. No te encontraba.
–Simplemente he ido a dar una vuelta –dijo él.”
Se ha dicho de Askildsen que la suya es una mirada sin parpadeos, elíptica y lívida, que en verdad impresiona por su abrumadora naturalidad, literatura en blanco y negro que una vez conocida es improbable que el lector la borre de su memoria.
Esta es la tercera obra de Askildsen que publica Lengua de Trapo, ya sacó en el 2002 la colección de cuentos ‘Un vasto y desierto paisaje’, y al año siguiente ‘Ultimas noticias de Thomas F. para la humanidad’, que algunos críticos consideran su obra maestra, daba voz al monólogo de un viejo malhumorado, selvático y socialmente fóbico como, por otra parte, viene a suceder con todos los personajes de Askildsen.
Lengua de Trapo ofrece un fragmento de cada una de estas obras en: ‘lenguadetrapo.com’.
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- Babel
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- Registrado: 03 Mar 2007 23:54
- Ubicación: donde regresa siempre el fugitivo
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Son relatos curiosos: poca introspección, pocas descripciones. Es todo acción y diálogo, de pocos personajes en un reducido espacio. Y por destacar una enorme tensión, que fluye en diálogos contenidos, cortos, precisos, en situaciones límite donde apenas pasa nada y, sin embargo, se tiene la constante sensación de que está pasando, de que va a pasar algo grave, algo definitivo.
Es como la punta del iceberg: lo que se lee es sólo una muestra de lo que ocurre con los personajes, se intuye que hay mucho más de lo que parece.
El que más me ha gustado es el último: Un lugar maravilloso, donde se ve reflejada la rutina, el aburrimiento en la vida de una pareja de una manera tan cruda, sólo con diálogos, que me quedé impresionada, sobre todo por la carga de verdad, de que eso es algo que sucede, y sucede así.
Por cierto, fiordos y copas de vinos en todos los cuentos, eh?
Es como la punta del iceberg: lo que se lee es sólo una muestra de lo que ocurre con los personajes, se intuye que hay mucho más de lo que parece.
El que más me ha gustado es el último: Un lugar maravilloso, donde se ve reflejada la rutina, el aburrimiento en la vida de una pareja de una manera tan cruda, sólo con diálogos, que me quedé impresionada, sobre todo por la carga de verdad, de que eso es algo que sucede, y sucede así.
Por cierto, fiordos y copas de vinos en todos los cuentos, eh?
- Richar Elis
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- Richar Elis
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Mis preferidos son el primero, 'Los perros de Tesalonika', y el último 'Un lugar maravilloso', me vi en ellos, bien es verdad que sobre todo en una relación anterior a la actual, pero en esencia, y también en muchos significativos detalles, es como si Askildsen estuviera retratándome. En fin, soy como ese personaje desolado y un tanto antipático, tan sólo habría que cambiar algunos nombres, Túnez por Tesalónika, y algunos detalles, los vasos bajos de culo ancho por las copas de vino, aunque éstas también se usaron con frecuencia.
No sé contestar diciendo "lilo lilo, lilo lilo", y la realidad no suele ser bonita, y yo tampoco. Disculpa. Y si te parezco borde perdona. No es en absoluto mi intención.
Bueno, ¿cuál es tu preferido?
.
Mis preferidos son el primero, 'Los perros de Tesalonika', y el último 'Un lugar maravilloso', me vi en ellos, bien es verdad que sobre todo en una relación anterior a la actual, pero en esencia, y también en muchos significativos detalles, es como si Askildsen estuviera retratándome. En fin, soy como ese personaje desolado y un tanto antipático, tan sólo habría que cambiar algunos nombres, Túnez por Tesalónika, y algunos detalles, los vasos bajos de culo ancho por las copas de vino, aunque éstas también se usaron con frecuencia.
No sé contestar diciendo "lilo lilo, lilo lilo", y la realidad no suele ser bonita, y yo tampoco. Disculpa. Y si te parezco borde perdona. No es en absoluto mi intención.
Bueno, ¿cuál es tu preferido?
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Es un libro triste, desolador, frio, quizás por ser demasiado realista.
Quién no se ha sentido identificado con alguno de estos relatos?
me ha gustado el lugar maravilloso (bueno me han gustado todos) y también el grillo, por qué ne este relato él quiere hacer ver a su mujer que ha bebido mucho mas de lo que en realidad ha hecho, no entiendo por qué tira tood el vino por el fregadero.
"Se bebió dos copas de vino. Luego se llevó la botella a la cocina y tiró casi todo su contenido al fregadero.Volvió al salón con la botella y la colocó junto a la copa vacía"
"se quedó de espaldas contra ella mirando la casa y pensando: No tengo nada que hacer aquí. Justo en ese instante descubrió a Marion; estaba de pie en el salón mirándolo, algo retirada de la ventana. No puede star segura de que le haya visto, pensó, dejando vagar la mirada"
Richard mientras leía el relato de los perros me estremecía, porque a medida que pasaba las páginas me preguntaba que hacían esas dos personas juntas? dónde quedaban las fuerzas para seguir adelante ante esa situación.
No tienen ningún motivo especial para estar juntos, pero tampoco tienen fuerzas para separarse......
Quién no se ha sentido identificado con alguno de estos relatos?
me ha gustado el lugar maravilloso (bueno me han gustado todos) y también el grillo, por qué ne este relato él quiere hacer ver a su mujer que ha bebido mucho mas de lo que en realidad ha hecho, no entiendo por qué tira tood el vino por el fregadero.
"Se bebió dos copas de vino. Luego se llevó la botella a la cocina y tiró casi todo su contenido al fregadero.Volvió al salón con la botella y la colocó junto a la copa vacía"
"se quedó de espaldas contra ella mirando la casa y pensando: No tengo nada que hacer aquí. Justo en ese instante descubrió a Marion; estaba de pie en el salón mirándolo, algo retirada de la ventana. No puede star segura de que le haya visto, pensó, dejando vagar la mirada"
Richard mientras leía el relato de los perros me estremecía, porque a medida que pasaba las páginas me preguntaba que hacían esas dos personas juntas? dónde quedaban las fuerzas para seguir adelante ante esa situación.
No tienen ningún motivo especial para estar juntos, pero tampoco tienen fuerzas para separarse......
- Richar Elis
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- Registrado: 28 Feb 2007 12:38
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Re: Los perros de Tesalónica - Kjell Askildsen
He adquirido recientemente un ejemplar de Askildsen "Todo como antes" con prólogo de Julián Rodríguez y traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo, una edición de bolsillo de "Lengua de trapo".
En este volumen se recogen tres obras del autor: "Últimas notas de Thomas F. para la humanidad", "Un vasto y desierto paisaje" y "Los Perros de Tesalónica".
Son un total de 253 pg. con buena letra y a un precio módico de 7'95 eu.
k. Askildsen ha sido otro grato descubrimiento para mí, y ello sin duda se lo debo a un agradable librero de Cáceres, donde pasé unos días la semana pasada, y tras conversar sobre algunos ejemplares de historia antigua, terminamos de forma fortuita hablando de este autor, y tras leer (el librero) algunos pasajes de esta obra en cuestión, no pude evitar que la misma me acompañase a casa en el viaje de vuelta.
En este volumen se recogen tres obras del autor: "Últimas notas de Thomas F. para la humanidad", "Un vasto y desierto paisaje" y "Los Perros de Tesalónica".
Son un total de 253 pg. con buena letra y a un precio módico de 7'95 eu.
k. Askildsen ha sido otro grato descubrimiento para mí, y ello sin duda se lo debo a un agradable librero de Cáceres, donde pasé unos días la semana pasada, y tras conversar sobre algunos ejemplares de historia antigua, terminamos de forma fortuita hablando de este autor, y tras leer (el librero) algunos pasajes de esta obra en cuestión, no pude evitar que la misma me acompañase a casa en el viaje de vuelta.
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