Un buen día
- Fiorella
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Un buen día
Hoy es lunes, mi amo me ha sacado más tarde que de costumbre a pasear. Por la expresión de su rostro pareciera que no le hubiera ido muy bien en el trabajo; no obstante ha sido tierno y cariñoso, siempre procura que su mal humor no me afecte.
Qué alegría volver a casa después de un largo paseo, me encanta la hora de la cena, pero hoy.....no sé, hoy me duele la cabeza.
Tengo seis años y me conservo bastante bien, hago deporte, él suele montar en bici y yo le hago compañia. Antes nos divertíamos más. Ambos seguimos echando de menos a Laura. Hace tres meses que no viene a visitarnos, mi amo evita hablar de ella, no mencionar su nombre; sé que sufre. A mi como a él me está costando Dios y ayuda olvidarla.
Por las tardes cuando vuelve del trabajo recorremos parte del Englischer Garten, ¡qué suerte tengo de vivir cerca de un parque tan grande! No le recrimino el que me deje solo tanto tiempo, por el contrario le estoy agradecido. Me adoptó cuando tenía ocho meses. No quiero recordar los malos tratos de los que fui víctima antes de llegar a la perrera, después, en ella, la soledad, la angustia, la falta de amor. Él me redimió.
Ha estado leyendo más de dos horas, se quiere ir a dormir, yo quiero ir con él. El dormitorio está arriba, a mi no se me está permitido subir, nunca le he desobedecido, pero hoy no me apetece dormir solo, tengo miedo. El dolor de cabeza persiste, y esa sensación en el pecho, como si un gran vacío se estuviera apoderando de mi alma, como si la nada quisiera engullirme. Se levanta del sofa, yo lo sigo, subo las escaleras detrás de él, me dice que baje, yo no quiero bajar y no bajo, él me lo ordena con vehemencia, me rehuso, entonces me mira fijamente a los ojos y extrañado me dice: -¿pero qué te pasa hoy amigo?, en seis años de vivir juntos no habías hecho algo parecido. Yo lo miro, me gustaría saber hablar, decirle que siento pánico, que creo que me voy a morir.
Se sienta nuevamente en el sofa, permanezco a su lado, él me acaricia la cabeza; pareciera que me estoy quedando dormido, sin embargo tengo la certeza de que el final está cerca, pobre amo mío, te vas a quedar tan solo y yo, qué voy a hacer sin ti, ¿cómo será mi cielo? Lamo su mano, me mira con dulzura, yo trato de decirle con los ojos lo que no puedo con los labios, y a juzgar por las lágrimas que corren por sus mejillas creo que lo ha comprendido.
Ha llamado a Laura, Laura nunca nos ha olvidado.
Mùnich 13 de diciembre del 2005
Qué alegría volver a casa después de un largo paseo, me encanta la hora de la cena, pero hoy.....no sé, hoy me duele la cabeza.
Tengo seis años y me conservo bastante bien, hago deporte, él suele montar en bici y yo le hago compañia. Antes nos divertíamos más. Ambos seguimos echando de menos a Laura. Hace tres meses que no viene a visitarnos, mi amo evita hablar de ella, no mencionar su nombre; sé que sufre. A mi como a él me está costando Dios y ayuda olvidarla.
Por las tardes cuando vuelve del trabajo recorremos parte del Englischer Garten, ¡qué suerte tengo de vivir cerca de un parque tan grande! No le recrimino el que me deje solo tanto tiempo, por el contrario le estoy agradecido. Me adoptó cuando tenía ocho meses. No quiero recordar los malos tratos de los que fui víctima antes de llegar a la perrera, después, en ella, la soledad, la angustia, la falta de amor. Él me redimió.
Ha estado leyendo más de dos horas, se quiere ir a dormir, yo quiero ir con él. El dormitorio está arriba, a mi no se me está permitido subir, nunca le he desobedecido, pero hoy no me apetece dormir solo, tengo miedo. El dolor de cabeza persiste, y esa sensación en el pecho, como si un gran vacío se estuviera apoderando de mi alma, como si la nada quisiera engullirme. Se levanta del sofa, yo lo sigo, subo las escaleras detrás de él, me dice que baje, yo no quiero bajar y no bajo, él me lo ordena con vehemencia, me rehuso, entonces me mira fijamente a los ojos y extrañado me dice: -¿pero qué te pasa hoy amigo?, en seis años de vivir juntos no habías hecho algo parecido. Yo lo miro, me gustaría saber hablar, decirle que siento pánico, que creo que me voy a morir.
Se sienta nuevamente en el sofa, permanezco a su lado, él me acaricia la cabeza; pareciera que me estoy quedando dormido, sin embargo tengo la certeza de que el final está cerca, pobre amo mío, te vas a quedar tan solo y yo, qué voy a hacer sin ti, ¿cómo será mi cielo? Lamo su mano, me mira con dulzura, yo trato de decirle con los ojos lo que no puedo con los labios, y a juzgar por las lágrimas que corren por sus mejillas creo que lo ha comprendido.
Ha llamado a Laura, Laura nunca nos ha olvidado.
Mùnich 13 de diciembre del 2005
Finite to fail, but infinite to venture E. Dickinson
No se me han saltado las lágrimas, pero casi. Especialmente en el final, cuando el dueño se da cuenta de que su perro/a se está muriendo.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
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Muy lindo relato, te felicito! de verdad me llego, al principio tambien me puse en la posicion del perro, y luego del duenio..Que tristeza cuando entendio que su perro moria.. Fue muy triste, me dio escalofrios de ternura aunque no llore, talvez si hubiese sido un poquito mas largo, seguro se me salian las lagrimas! ay.. a mi tambien se me murio un perro, cuando tenia unos 7 anios.. me acorde de el, se llamaba Turco.. era un Pastor Aleman muy bravo pero dulce conmigo y mis hermanas..
De verdad me gusto mucho..
De verdad me gusto mucho..
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El relato me ha emocionado, tengo perro y aunque yo era de las que juraba que no tendría jamás un animal en casa, por una serie de ciercunstancias se lo relagaron a mi hija. Ella por aquel entonces estaba muy mal, el perro la ayudó enormente a superar su depresión y ha pasado a ser un miembro mas de la familia. Recuerdo un dia que se perdió y todos como locos buscando al perro.
- Fiorella
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Buenos días querida Madison, lo creas o no esta historia es más o menos real, le pasó a un compañero de trabajo de mi novio. A mi cuando me lo contaron es que no pude menos de llorar. Increible, el animal sabía que iba a morir.
En fin yo nunca he tenido un perro y siempre quise tener uno, mi madre es muy maniática (le dan asco) y nunca nos lo permitió. Mi novio y yo queremos coger uno de la perrera, a mi me gusta la idea, pero tengo miedo,
1 a la responsabilidad
2 a que me cause destrozos y ensucie la casa. (piso en realidad)
pero mi novio siempre ha tenido perro y le hace tantísima ilusión, qué puedo hacer sino aceptar. Ademas yo también quiero tener uno.
Buenos días!!! qué tal hoy?
En fin yo nunca he tenido un perro y siempre quise tener uno, mi madre es muy maniática (le dan asco) y nunca nos lo permitió. Mi novio y yo queremos coger uno de la perrera, a mi me gusta la idea, pero tengo miedo,
1 a la responsabilidad
2 a que me cause destrozos y ensucie la casa. (piso en realidad)
pero mi novio siempre ha tenido perro y le hace tantísima ilusión, qué puedo hacer sino aceptar. Ademas yo también quiero tener uno.
Buenos días!!! qué tal hoy?
Finite to fail, but infinite to venture E. Dickinson
Hoy bien, he empezado el dia bien hace un dia muy bonito aunque frio, el cielo está de un azul maravilloso.
Yo particularmente no tendría ningún perro, es una responsabilidad increible, una limpieza continua de la casa y además siempre quier estar con nosotros, así que aunque vivo en una casa está adentro. Pero ahora ya no puedo deshacerme de él todos le queremos además es super cariñoso, mi perro es un mastín; así que ya puedes imaginar su volumen.
Cuando llego a casa me apoyo en la pared, porque su caricia es un tanto espectacular, hay veces que con el rabo le da al interruptor de la luz y la enciende
Yo particularmente no tendría ningún perro, es una responsabilidad increible, una limpieza continua de la casa y además siempre quier estar con nosotros, así que aunque vivo en una casa está adentro. Pero ahora ya no puedo deshacerme de él todos le queremos además es super cariñoso, mi perro es un mastín; así que ya puedes imaginar su volumen.
Cuando llego a casa me apoyo en la pared, porque su caricia es un tanto espectacular, hay veces que con el rabo le da al interruptor de la luz y la enciende
Uauh, Madison, ¡vaya perraco! Eso de apoyarte en la pared es porque alguna vez habrá conseguido hacerte perder el equilibrio, ¿no?
Me alegra que tu día haya empezado con tanta luz. Aquí el cielo es otoñal, entre gris y celeste, con algunos hilos de nubes. Hace un frío moderado y el sol ilumina sin obstáculos. Vamos, un día más en Sevilla. ¿Qué tal por Munich?
Me alegra que tu día haya empezado con tanta luz. Aquí el cielo es otoñal, entre gris y celeste, con algunos hilos de nubes. Hace un frío moderado y el sol ilumina sin obstáculos. Vamos, un día más en Sevilla. ¿Qué tal por Munich?
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