John Barleycorn - Jack London
Moderador: LizzyDarcy
John Barleycorn - Jack London
Traducción de José Luis Moreno-Ruiz
Colección: El Club Diógenes / CD-172
año: 2002
ISBN: 84-7702-376-X
págs: 336
«Era el rey de los perseguidos, de los ocultos. Era el más escueto y el de la más sincera palabra. Era la compañía ideal para caminar por la senda de los dioses. Todavía ayuda al desarraigado en su lucha. Su camino estaba hecho de la más desnuda de las verdades y de muerte. Él nos proporcionó visiones de absoluta claridad y sueños de todo. Era enemigo de la vida y maestro de los deseos, más allá de cualquier anhelo de existencia. Fue el asesino de manos rojas que murió violentamente, joven». Éste es el retrato que presenta Jack London de quien fue su compañero y demonio particular a lo largo de su vida: John Barleycorn, es decir, el alcohol. Contradictorio y emotivo, como el autor, John Barleycorn (escrito poco antes de su muerte) es el relato autobiográfico de las vivencias y aventuras de London, pero desde el punto de vista de su relación con el alcohol: una relación que se estableció en los días de su juventud callejera y vagabunda alrededor de las tabernas y en compañía de los rudos hombres de Oakland, y que le acompañó a lo largo y ancho de su peregrinaje por el mundo, hasta el día de su muerte, el miércoles 22 de noviembre de 1916, a consecuencia de sus grandes excesos con John Barleycorn y con la vida...
Me gustaría recomendarles este libro en primer lugar por el hecho de ser bastante desconocido, al menos en España, y me merece la pena invertir unos cuantos minutos en hablar de él. Creo que puede gustar especialmente a las personas que les guste Joseph Conrad o el Herman Melville tanto de Moby Dick como de Bartleby.
John Barleycorn es el último libro escrito por Jack London, autor que validó, sin querer, la idea de la vida como arte que tanto deleitó a aquellos maestros de la vida, Walter Pater y Oscar Wilde. London, conocido tanto por su tortuosa y viajera, a la par que revolucionaria, vida como corresponsal, buscador de oro, marinero... (imprescindible su aparición en la obra de Hugo Pratt, Corto Maltés), como por su best-seller ecologista avant-la-letre Colmillo Blanco (donde ya podemos rastrear tanto su pasión por Nietzsche como por Bakunin), nos dejó como testamento este magnífico libro.
Con un estilo vertiginoso nos lleva desde escenas de una aspereza cruel a momentos que rozan una poética turbia, imposible evitar decir que etílica, de tan realista que roza el momento de claridad. Cuando crees que estás ante una técnica periodística, desnuda de artificio, ves como ante ti no hay más que un fragmento de pura poesía escrita con la propia sangre del autor. No puedo evitar recordar, salvando las distancias, al mejor De Quincey en tanto noveló su relación con las drogas e, incluso, al Byron tardío con toda su carga de anhelo y caída. Como Ícaro. Como Prometeo.
London nos habla de su vida de una forma descarnada y sincera, perfectamente novelada, con la palabra justa, desde su infancia hasta su postrer agonía, vital y literaria. Grito existencialista (preludio de La Náusea), confusión entre volutas de luz de gas, anhelo violento de pureza, de pureza al fin, las montañas, el mar, la batalla sin fin. (¡y allá a su frente Estambul!”) El compañero inevitable del artista es John Barleycorn, el alcohol que inunda todo, el protagonista central de la novela, más que el propio autobiografiado que a través de una vida difícil y libre acaba cayendo en las redes de su propia libertad a pesar de superar todos y cada uno de los obstáculos que un Dios cruel impuso al joven que ha nacido en la más absoluta miseria.
Merece la pena aunque no hayan leído nada de London, como mínimo echarle un ojo, de verdad.
- Turangalîla
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joder, pues yo lo leí hace un par de meses (antes de aparecer en este foro)
y la verdad es que me gustó mucho (que no quiere decir nada). hay
momentos de gran crudeza cuando se refiere a Barleycorn (sinónimo en
Ámerica de alcohol) y a como comina su vida.
recuerdo con agrado el durísimo capítulo en que habla de un trabajo
que le llevaba casi todo el día y cómo solo le restaba tiempo para dormir.
un libro recomendable, a los que gustéis de Bukowski y otros raros
de escritura sin concesiones.
p.d:- es que a mí me gusta mucho mucho Jack London
y la verdad es que me gustó mucho (que no quiere decir nada). hay
momentos de gran crudeza cuando se refiere a Barleycorn (sinónimo en
Ámerica de alcohol) y a como comina su vida.
recuerdo con agrado el durísimo capítulo en que habla de un trabajo
que le llevaba casi todo el día y cómo solo le restaba tiempo para dormir.
un libro recomendable, a los que gustéis de Bukowski y otros raros
de escritura sin concesiones.
p.d:- es que a mí me gusta mucho mucho Jack London
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