Grandes episodios de la historia
Grandes episodios de la historia
No debía de irles muy bien a mis papás cuando yo cumplí siete años. Madrugué como siempre para ir al cole y allí estaban los dos. Había mucha luz en la cocina y mis papás me recibían con unas amplias sonrisas que, pensándolo ahora, debían de ser complemento a mi regalo: Una cartera para el cole. Me mostraban entusiasmados la cantidad de cremalleras y bolsillos que tenía. Era azul marino y la atravesaban unas rayas negras y verdes haciendo cuadros. Como la tela del sofá, pero en azul. Ahora tengo una igualita, igualita, aunque de cuero, que es una maravilla. Pero, aquella cartera...
Fue distinto cuando cumplí los nueve. ¡Me regalaron un reloj de oro! Un reloj de pulsera de oro puro por todas partes. ¡Era tan dorado!... la pulsera, la corona, la ruedita de poner la hora... Recuerdo no perderlo de vista en el autobús del cole para comprobar la hora constantemente. En las largas horas de clase, verificaba una y otra vez que el segundero siguiera moviéndose e incluso, a veces, debía asegurarme acercándome el reloj al oído. ¡Qué dorado era! ¡Mis papas debían de ser millonarios por aquel entonces!
¡Lástima que se me pasó comentarle esto a mi papá hace siete años!. Espero encontrarme con él algún día para platicarle de estas cosas importantes...
Fue distinto cuando cumplí los nueve. ¡Me regalaron un reloj de oro! Un reloj de pulsera de oro puro por todas partes. ¡Era tan dorado!... la pulsera, la corona, la ruedita de poner la hora... Recuerdo no perderlo de vista en el autobús del cole para comprobar la hora constantemente. En las largas horas de clase, verificaba una y otra vez que el segundero siguiera moviéndose e incluso, a veces, debía asegurarme acercándome el reloj al oído. ¡Qué dorado era! ¡Mis papas debían de ser millonarios por aquel entonces!
¡Lástima que se me pasó comentarle esto a mi papá hace siete años!. Espero encontrarme con él algún día para platicarle de estas cosas importantes...
Me encanta la forma en que haces pensar en un valor que la niña da a algo, que luego se trasforma a su manera en algo que agradecer. El hecho de que cuide y verifique el reloj constantemente, es algo que realmente los crios hacen. Identificar un objeto que les gusta y alzarlo hasta lo más alto como si fuera casi una deidad. Todo lo contrario que con la mochila. Crea melancolía, y algo de pesadumbre al ver nuestras reacciones de niños. Yo pienso en mi padre, en lo desagradecido que era con él cuando era niño. Me refiero en cosas como el que me hiciera una casa de madera para los playmobil. Yo sólo pedía que me la terminara cuanto antes, y no veía el que él llegaba tarde por la noche agotado del trabajo, y se ponía a medir, cortar, pegar, clavar para hacerme la dichosa casita.
Vaya, era algo de lo que no me acordaba hasta leer tu texto.
Gracias por ello, nosin.
Vaya, era algo de lo que no me acordaba hasta leer tu texto.
Gracias por ello, nosin.
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Fley, me has recordado una víspera de Olentzero en la que me quedé hasta las cuatro de la mañana montándole a mi hija la granja de Pin y Pon (las piecitas en bolsas no tenían ningún encanto). A pesar de venir cansados del trabajo, los papás con vocación hacemos esas cosas con la misma dedicación que puede implicar alimentaros o arroparos a la noche; con el mismo sentido del deber. No importa el dolor de espalda Por suerte, hay otras ocasiones de dar las gracias a los padresFley escribió:(...)Yo pienso en mi padre, en lo desagradecido que era con él cuando era niño. Me refiero en cosas como el que me hiciera una casa de madera para los playmobil. Yo sólo pedía que me la terminara cuanto antes, y no veía el que él llegaba tarde por la noche agotado del trabajo, y se ponía a medir, cortar, pegar, clavar para hacerme la dichosa casita.
Fiore, querida, son esos recuerdos que le asaltan a una el rato más inesperado, y que te embargan sin entender porqué algo tan sencillo se convierte en algo valioso ("nada más querido que lo que perdí...", cantaba no sé quién) Ya sabes, Fiore: " el mantel de la mesa, el café de ayer..."
Nosiiiiiiiiin!!
Mis papás nunca me regalaron una cartera para el cole, pero ahora siempre llevo conmigo un bolsito de tela roja donde meto todas mis cosas.
El reloj me lo trajeron los Reyes Magos de Canarias, quizá con 10 años, pero era un seiko plateado y no uno de oro puro como el tuyo, pero ahora en cambio no uso reloj.
Pero claro, tu siempre fuiste mayor que yo, desde muy pequeñita y eso te daba ciertos derechos!
Me gusta el verbo platicar, me sugiere tiempo para compartir!
Gracias por lo que has escrito Nosin, guapa
Mis papás nunca me regalaron una cartera para el cole, pero ahora siempre llevo conmigo un bolsito de tela roja donde meto todas mis cosas.
El reloj me lo trajeron los Reyes Magos de Canarias, quizá con 10 años, pero era un seiko plateado y no uno de oro puro como el tuyo, pero ahora en cambio no uso reloj.
Pero claro, tu siempre fuiste mayor que yo, desde muy pequeñita y eso te daba ciertos derechos!
Me gusta el verbo platicar, me sugiere tiempo para compartir!
Gracias por lo que has escrito Nosin, guapa
De oro puro era el mío, sí.
He usado el verbo platicar porque me evoca más una conversación de darle a la alpargata descosidamente, como acostumbraba con mi papá. Eché de menos comentarle sobre mi reloj de oro y faltaban diez minutos para salir del trabajo... Gracias.
P.D. Cuando tú naciste yo no había empezado con las frutitas.
He usado el verbo platicar porque me evoca más una conversación de darle a la alpargata descosidamente, como acostumbraba con mi papá. Eché de menos comentarle sobre mi reloj de oro y faltaban diez minutos para salir del trabajo... Gracias.
P.D. Cuando tú naciste yo no había empezado con las frutitas.