Clara Janés
Moderadores: Tessia, lunallena
Clara Janés
Nacida en Barcelona en 1940, hija del editor y poeta Josep Janés, es licenciada en Filosofía y Letras y Maitre és Lettres por la universidad de la Sorbona en literatura comparada. Cultiva la poesía, la novela, la biografía y el ensayo y se distingue como traductora, particularmente de la lengua checa y de la obra poética de Vladimír Holan y Jaroslav Seifert. Ha vertido también al español a Marguerite Duras, Nathalie Sarraute, Katherine Mansfield y William Golding y, en colaboración con conocedores de sus lenguas, a poetas turcos y persas tanto modernos como místicos antiguos.
La última obra poética suya que he leído es Arcángel de sombra (Premio Ciudad de Melilla, 1998), en donde el amor y la muerte ocupan el lugar destacado con resonancias eróticas. Éste es uno de sus poemas:
Arrastró el viento
la última luz
y cayó el cielo oscuro
en el charco del alma.
Buscó la boca
la superficie amada
y un lirio rojo
alimentó su sed.
Y ya suavemente destellaban
hilos de noche,
risa plateada.
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Completo un poco tu semblanza Gaviero.Clara Janés escribió: En 1997 obtuvo el Premio Nacional de Traducción por el conjunto de su obra. Su obra poética también ha sido galardonada con importantes premios entre los que se cuentan: Premio Ciudad de Barcelona 1983 por «Vivir», Premio Ciudad de Melilla 1998 por «Arcángel de sombra» y Premio de Poesía Gil de Biedma por «Los secretos del bosque».
Parte de su obra, traducida a más de veinte idiomas, está contenida en los siguientes volúmenes: «Las estrellas vencidas» en 1964, «Límite humano» en 1974, «En busca de Cordelia» y «Poemas rumanos» en 1975, «Antología personal» en 1979, «Libro de alienaciones» en 1980, «Eros» en 1981, «Kampa» en 1986, «Fósiles» en 1987, «Rosas de fuego» y «Diván del ópalo de fuego» en 1996, «La indetenible quietud» en 1998, «El libro de los pájaros» en 1999 y «Paralajes» en el año 2002. ©
Homenaje a García Lorca
Se arranca el perro asirio de las sombras
y, a su primer aullido,
luna y estrellas hacia el sueño ascienden
mientras el sol,
aún desde su negra efigie,
inicia el gesto.
Tu viaje nocturno es ya metáfora.
Se pone en pie
la salvaje frescura de la aurora.
Llegarán los Almendros..
Llegarán los almendros en flor a tu ventana
huídos de mi pensamiento,
y el temblor del olivo
que se estremece al paso de la noche.
Pero yo, cada vez más perdida en tus palabras,
no tendré fuerza para llegar hasta tu puerta,
me quedaré vagando por las calles,
desgranando temores por la tierra de Kampa,
dialogando confusa con el aire,
bailando cortesmente con el río la danza de la muerte,
con delicados arabesques
y oscuras reverencias.
No intentaré siquiera hablarte con la lluvia,
ni cabalgar el viento
y escondida en sus crines
devolverte el perfume de las rosas
que tú de un solo gesto, de una vez para siempre,
has desenterrado para mí
con toda la encendida primavera.
Ojos
Me has acorralado
y con odio agarrado mis solapas,
me has empujado hacia un rincón
y me has golpeado
hasta dejar tinto de sangre
el aire mismo,
y así y todo,
he aquí que todavía me levanto
y mirándote te digo:
ahora mismo,
en este momento lo decido,
haré donación de mis ojos
aunque tenga que llevarlos
mi asesino.
Me has acorralado
y con odio agarrado mis solapas,
me has empujado hacia un rincón
y me has golpeado
hasta dejar tinto de sangre
el aire mismo,
y así y todo,
he aquí que todavía me levanto
y mirándote te digo:
ahora mismo,
en este momento lo decido,
haré donación de mis ojos
aunque tenga que llevarlos
mi asesino.
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Clara Janés
Luz, vuelo y amanecer, fuego.
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Re: Clara Janés
El banquete que os propongo es para el día de mi muerte...
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Re: Clara Janés
...
Mece Orfeo la serpiente
y el veneno transmuda
de letal violencia
en lasitud de uva,
melosa y apacible,
que oro solar anuncia
y rosijo encendido,
rubor de la espesura.
...
Mece Orfeo la serpiente
y el veneno transmuda
de letal violencia
en lasitud de uva,
melosa y apacible,
que oro solar anuncia
y rosijo encendido,
rubor de la espesura.
...
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Re: Clara Janés
Oyes esa música...
¿Oyes esa música
que cruza como luz la oscuridad
mientras la oscuridad gira
y yo con ella?
¡Con qué fuerza
se abre paso
y llega incluso
a mi lugar más remoto
cercado también de sombras!
Pero el latido
que brota allí
nadie lo oye.
Nadie, como yo, sabe
que existo
y creceré
y amaré
como aman estos brazos
que me sostienen
porque no sé andar aún...
Pero escucha, escucha:
todos los árboles se mecen
en la música.
Y en mi interior,
donde un secreto sol
me hace adivinar
el sol secreto
de la oscuridad.
¿Oyes esa música
que cruza como luz la oscuridad
mientras la oscuridad gira
y yo con ella?
¡Con qué fuerza
se abre paso
y llega incluso
a mi lugar más remoto
cercado también de sombras!
Pero el latido
que brota allí
nadie lo oye.
Nadie, como yo, sabe
que existo
y creceré
y amaré
como aman estos brazos
que me sostienen
porque no sé andar aún...
Pero escucha, escucha:
todos los árboles se mecen
en la música.
Y en mi interior,
donde un secreto sol
me hace adivinar
el sol secreto
de la oscuridad.
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Re: Clara Janés
De la locura
Cortejo al vacío a sabiendas de lo vano de mi gesto. En el punto más hondo de mi ser, ese vacío, veloz, se arremolina. Dejo que en su interior se genere aquel huracán, que estalla y, como el viento, arrastra todas las hojas.
Miro luego la desnudez donde no se esbozan signos. Caigo en la exterioridad sin un lamento.
Cortejo al vacío a sabiendas de lo vano de mi gesto. En el punto más hondo de mi ser, ese vacío, veloz, se arremolina. Dejo que en su interior se genere aquel huracán, que estalla y, como el viento, arrastra todas las hojas.
Miro luego la desnudez donde no se esbozan signos. Caigo en la exterioridad sin un lamento.