Moriré, pero mi memoria sobrevivirá -- Henning Mankell

[Kobayashi]

MORIRE, PERO MI MEMORIA SOBREVIVIRA: UNA REFLEXION PERSONAL SOBRE EL SIDA, de Henning Mankell (Ed.Tusquets)

Henning Mankell es conocido en el mundo entero por ser el creador del inspector Kurt Wallander, protagonista de una de las series policiacas más leídas en los últimos años. Menos conocido es, en cambio, el amor que Mankell siente por África, adonde viajó por primera vez de joven y donde pasa varios meses al año. África, afirma, le ha convertido en una persona mejor.
Moriré, pero mi memoria sobrevivirá es una muy personal reflexión sobre el devastador impacto de la epidemia del sida en ese continente. En parte crónica de viajes, en parte fábula real, Mankell nos lleva por algunos poblados de Uganda, en su mayoría habitados por niños y ancianos, los únicos que permanecen vivos. Nos habla del miedo de los occidentales al sida, pero sobre todo del terror y el dolor de los africanos afectados, faltos de recursos y fármacos. Y también nos habla de los pequeños «libros de recuerdos», escritos por enfermos de sida que quieren dejar un testimonio de sus vidas, para que sus hijos puedan recordarlos: unas palabras, una foto, una mariposa aplastada entre las páginas.
Una imagen, en particular, acecha a Mankell a lo largo de su viaje: la de una niña llamada Aida, hija de una madre afectada, que, en medio de la muerte y el sufrimiento, planta un árbol de mango y lo cuida como si fuera un fragmento de vida que crecerá y que, tal vez, resista a esa terrible pandemia.

Lo vi el viernes en la biblioteca y no pude evitar llevarmelo... es muy finito, apenas 100 páginas con letra gorda, pero tiene pinta de ser interesante... y triste

Como es de la biblio, tendré que leerlo en menos de 15 días, ya os contaré...

[Araith]

Ya nos contarás si merece la pena Kobayashi pero seguro que sí, suena muy interesante. Además el tema éste siempre se trata como un poco tabú y me llama bastante la atención.

[Kobayashi]

Terminado!!!

Pues nada, es un librito muy interesante pero para nada imprescindible. Como dice la portada se trata de una reflexión personal, en este caso de Mankell claro , sobre el sida... no hay que olvidar que este señor vive parte del año en África.

Sobretodo resulta interesante porque como dice Mankell, hace años que en Europa parece que el Sida no existe... después de unos primeros años en los que era portada en los diarios cada pocos días, actualmente apenas se habla de él. Así que el libro sirve para recordarnos que sigue ahí, y que concretamente en África es una pandemia con dificil solución.

Se echa de menos una crítica más dura contra las farmaceuticas, dice que el tiempo les juzgará... aunque eso sea un poco tarde para los millones de africanos que mueren de Sida al año.

[Caroline]

Me ha costado un mundo el encontrar este libro, que si está descatalogado, que si no hay existencias, que no podemos pedirlo a la editorial, pero al fin lo vi en la página de Amazon y el lunes o el martes lo tendré, por fin, en cuanto me llegue me pongo con él, que ganas

[Kobayashi]

Me ha costado un mundo el encontrar este libro, que si está descatalogado, que si no hay existencias, que no podemos pedirlo a la editorial, pero al fin lo vi en la página de Amazon y el lunes o el martes lo tendré, por fin, en cuanto me llegue me pongo con él, que ganas

Un Mankell que he leído antes que Caro

[Caroline]

Llevo años en busca y captura, mis Mankell son sagrados y todos en propiedad y en papel Este era imposible de localizar, ni pagando el doble pero ya viene para casita

[Caroline]

Voy por la mitad, me ha gustado mucho la carta-prólogo de Desmond Tutu explicando el compromiso de Mankell con África y su implicación con los problemas que arrastra ese continente

Por lo demás es una profunda reflexión sobre el SIDA y como va destruyendo sin remedio a los habitantes de un continente del que el primer mudo solo utiliza para sacar rendimientos y no ayuda para nada en nada. Las historias que cuenta sobre las personas enfermas de SIDA dejan el corazón en un puño, son historias reales, contadas con dolor, mezcladas con experiencias personales de Mankell.

Ya sé que no soy imparcial, que todo lo que escribe este autor me gusta y esto no es menos, es de agradecer que alguien que escribe tan bien nos transmita con tanto realísmo lo que sucede en un continente al que se puede llegar en unas horas de avión y te puede cambiar la vida.

[G.A.]

Yo lo comencé ayer por la noche, provocado por los comentarios de Caroline, y en un ratito me fulminé la mitad. No lo calificaría de ensayo, aunque desde luego tampoco como ficción. Más bien se trata de la personal reflexión sobre las vivencias de Mankell frente al sida. Una visión nada occidental del sida, centrada en las penurias y la injusticia que vive la población africana: condenada a la muerte por su imposibilidad para pagarse la medicación capaz de mantener la enfermedad a raya. Injusticias de este sistema, que muchos defienden como el mejor de los sistemas probados. Es de suponer que es el mejor para quienes gozan de sus privilegios y no para quienes padecen sus consecuencias, pero ese es otro tema.

Mankell se mete en el terreno de los sentimientos y de la vivencia personal, y llega al lector. Veremos cómo evoluciona la segunda mitad del libro

[Aben Razín]

Todo lo que ha escrito Henning Mankell sobre este tema, mejor dicho: todo lo que he leído, escrito por él sobre África, me gusta, porque se pone del lado de los que no son y nada tienen.

Así que debería pasarme, alguna vez, por estas páginas

Saludos

[G.A.]

Es el segundo libro que leo de Mankell, el primero fue un de Wallander, que me pareció entretenido. Éste es otra cosa, apela más a los sentimientos del lector y nos acerca más al lado humano del autor, a su vivencia personal, incluso a sus obsesiones. Es interesante.

[Caroline]

Gabo, imagino que ya lo has terminado, es tan corto y con esas letras tan grandes!

Me siento incapaz de decir nada malo de este autor, pero esta historia en especial a mi me llegó muy adentro, puede que hayan pasado muchos años desde que
todos nos soprendimos al ver a Rock Hudson bajando en una camilla en un avión que le llevaba a París en búsqueda de una medicación milagrosa. Que diferente es la calidad de vida si hay dinero y medios para soportarlo!

A mi personalmente me faltó una crítica mas incisiva a las multinacionales farmacéuticas, aunque no sé si las cosas han cambiado desde entonces, el SIDA no es noticia de primera página, ya el primer mundo tiene a su alcance medicamentos que hacen la vida mas larga y con mayor calidad aunque se padezca esta enfermedad.

Me siento responsable por haberte incitado a leer a Mankell

[G.A.]

Lo terminé, sí

Creo que la crítica a la industria está en el libro. Hacerla más explícita podría conllevar el riesgo de que el libro cayera en lo panfletario.

El sida nos sacudió hasta los cimientos. En mi caso fue algo muy real, palpable, con nombres y rostros. Dejó una estela de muerte y desarraigo, de pequeñas desgracias personales, ya que las tragedias, ya se sabe, quedan exclusivamente reservadas para toreros casados con tonadilleras, jóvenes futbolistas o princesas de Gales.

Las cifras de la pandemia resultan vergonzantes. También la actitud de los responsables —estos con nombres y apellidos—, colocados al frente de los gobiernos occidentales, dirigidos por ejecutivos de multinacionales. De todos es sabido que no hay negocio más rentable que el de la muerte... o el del miedo a ella.

Hay algo alarmante, vergonzoso, perverso... que el libro denuncia y que la realidad nos muestra día a día: el miedo al sida ha disminuido en occidente. Ya no mata. Y eso hace que los jóvenes, y no tan jóvenes, actúen con ligereza frente a la enfermedad: podemos permitirnos el lujo de no usar un preservativo en un momento de calentón, porque podemos pagar el tratamiento que transforma a la muerte en una simple dolencia crónica, en un fastidio de por vida. Mientras en otros lugares resulta imposible acceder a la magnífica suma de 50 € al mes para costearse el tratamiento. Hace veinte años había que ser muy imprudente, muy tonto o estar demasiado borracho para permitirnos ciertas alegrías, porque el sida era algo trágicamente real. Pero olvidamos pronto y mientras, como siempre, unos viven a costa de otros que mueren.

Me temo que vienen tiempos que nos colocarán en nuestro sitio, pero será tarde para lamentarnos.

Una buena reflexión la de Mankell, salida desde las tripas y matizada por la cabeza, así que, Caroline, no te sientas culpable por haberme traído a este libro: en él he encontrado muchos puntos de conexión. Y eso siempre resulta un lujo en cualquier lectura

[Caroline]

Gabo, yo nunca me siento culpable al aconsejar leer a Mankell es tan prolífico que siempre hay algo que gusta, no es solo novela negra y Wallander, es mucho mas y cada lector puede encontrar algo que le guste, seguro

Me sentía responsable de haberte incitado a leerlo, pero veo que ha sido para bien y me alegro

Hay algo alarmante, vergonzoso, perverso... que el libro denuncia y que la realidad nos muestra día a día: el miedo al sida ha disminuido en occidente. Ya no mata. Y eso hace que los jóvenes, y no tan jóvenes, actúen con ligereza frente a la enfermedad: podemos permitirnos el lujo de no usar un preservativo en un momento de calentón, porque podemos pagar el tratamiento que transforma a la muerte en una simple dolencia crónica, en un fastidio de por vida. Mientras en otros lugares resulta imposible acceder a la magnífica suma de 50 € al mes para costearse el tratamiento. Hace veinte años había que ser muy imprudente, muy tonto o estar demasiado borracho para permitirnos ciertas alegrías, porque el sida era algo trágicamente real. Pero olvidamos pronto y mientras, como siempre, unos viven a costa de otros que mueren.

Ahí es donde mas da el tema, como ya no es preocupante para el primer mundo, como 50 euros que además la Seguridad Social cubre gastos, pensamos que el resto del mundo está igual, solo vemos lo que tenemos delante de nuestras narices, no mas allá y así les va al resto del mundo, y esto es solo en África ¿que pasa en la India por ejemplo?

Un aldabonazo a las conciencias, un grito, una sacudida, es lo que me transmitió a mi esta historia, pero lo único que vale es el trabajo serio, callado y continuado que se va olvidando porque ya no es primera plana, ya los rokeros no mueren de SIDA, ya los actores, los escritores, todos conocidos que en su momento lo hicieron fueron un aviso, pero ahora ¿quien nos avisa?