Miguel Arteche Salinas

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... ¡eres tú!

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Aelo
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Miguel Arteche Salinas

Mensaje por Aelo »

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Miguel Arteche Salinas, (Nueva Imperial, 4 de junio de 1926) poeta y escritor chileno.
Nace en Nueva Imperial, Chile, en 1926. Cursó la carrera de derecho en la Universidad de Chile, que abandonó en el segundo .año. Estudios de literatura en la Universidad de Madrid (1951-1953). Participó en el I Congreso Internacional de Poesía, Segovia, España (1952); en el II Congreso Internacional de Poesía, Salamanca (1953); en el Primer Encuentro de Escritores chilenos, Concepción, Chile (1958); en el Primer Encuentro de Escritores Americanos, auspiciado por la Universidad de Concepción (1960). Entre 1951 y 1953 viajo por Francia, Bélgica, Italia y el norte de Africa. En 1958 fue invitado por el gobierno alemán. Ha trabajado, entre 1954 y 1989, en diversos órganos de comunicación. Agregado cultural de la embajada de Chile en Madrid (1965-1970). Director de talleres de poesía en la Universidad de Chile, Universidad Católica y Biblioteca Nacional. Fundador del Taller Nueve (1979-1989). Miembro del Colegio de Periodistas y de la, Sociedad de Escritores de Chile. Profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica. Fue subdirector de Bibliotecas, Archivos y Museos. Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, miembro correspondiente de la Real Academia Española y del. Instituto de Chile. En 1980 se estrenó su Cantata del Pan y la Sangre con música de Wilfried Junge. En 1990 asistió al Primer Encuentro de Escritores chilenos y argentinos, realizado en Buenos Aires; y ese mismo año al Primer Encuentro de Poetas Hispanoamericanos, efectuado en Santiago.
Gana el Premio nacional de literatura en 1996.
Fuente: Universidad de Chile.

RELACIÓN DE MEDIANOCHE

Si entras a esa casa, a medianoche,
si entras en ese mundo,
y sigiloso y en puntillas dejas
quietas las manos, con cuidado
no respiras, y si los ojos fijas
en una hoja de papel en blanco
por algunas semanas, y luego te desprendes,
aunque es difícil, de tu cuerpo,
o si lo dejas en los años que te quedan
por vivir, y nadie hay en la casa,
y nadie hay en el mundo de la casa:

Verás que el cigarrillo enciende al fumador,
y el vino se bebe al embriagado,
y el libro lee a su lector,
y la chaqueta se viste de su dueño,
y el pan engulle a sus hambrientos, y el espejo
se mira en el azogue de la dama,
y de improviso se enciende una pared,
y asoma una cabeza, y la saludas,
o muy de súbito sale de tus hombros
el niño que serías, y lo besas,
o una mano en el aire arroja de improviso
abejas de oro sobre tu cabeza,
o ves llegar la madrugada
y te duermes
en otra casa, y en el sueño tratas
de buscar lo que has perdido:
ese mundo real que ya no tienes,
porque entraste en el mundo de los ojos irreales.

Salvo que entraras de nuevo en esa casa...


RETRATO DE UNA ESTUDIANTE

Todas las cosas del tiempo, todas las cosas del viento,
vibran entre las suaves calles en el crepúsculo.
Nombres derramados, habitaciones solas,
viejas conversaciones derramadas un día,
voces de mis parientes, una tarde que sale
desde el mar sumergido, la soledad de la arena
a mediodía bajo la luz del sol ardiente:
sobre el caudal lejano de mi memoria irrumpen,
mientras escucho ahora las campanadas hondas
surgir desde muy lejos y el tiempo que se lleva
sobre el río las cosas del hombre y su trabajo.
Fluyen, caen, se escapan
las vidas silenciosas, y sólo el río se oye
rodar bajo la noche sin detenerse, oscuro,
en dirección al mar, al mar que muere un poco.

¿Es el viento el que aúlla sobre la mar delgada
de las caras marchitas? ¿Es el viento el que escapa
sobre las hojas muertas que arrastran sus tormentos,
en el oscuro y triste mes de abril que presencia
las cosas desvanecidas, la caediza estela
de la niebla moribunda? No hay presencia en su cuerpo;
no hay ríos, ni tierras, ni barcos, ni crepúsculos;
sólo hay un tiempo amargo que miro aquí en la tarde
bajo la luz eléctrica mientras allá en la esquina
dos estudiantes pasan cantando suavemente.

Y ahora irrumpe, irrumpe la cansada vida
de mi memoria, y ahora pienso, leo, y mientras canto,
o me miro al espejo, o rezo, o cuchicheo
grises palabrerías con una vieja amiga,
escucho ya los sonidos silenciosos
del pueblo de mi infancia, oigo las notas, miro
los rostros y los gestos de mi familia, y vuelve
su rostro joven; su mirada
regresa entre los ecos de la calle, penetra
mis ojos que le vieron partir oscuramente.

Quisiera recordar tantas cosas: el amor desolado
que yo entregara un día; cómo quisiera darle
la ternura, entregarle palabras
como las que él mismo un día me dejara,
y no esta cansada lejanía que escucho
rodar desde la noche, ahora que contemplo
las construcciones rojas de ladrillos que esperan
una vez que el día ha terminado. Y recuerdo un tranvía
que rodaba, metálico, con su carga cansada
-a las tres de la tarde, un día de verano
ardiente y doloroso-, y en la calle quedaba
el silencio, la siesta del sometido asfalto.

¡Escucho las alas del tiempo que desciende
en mi pobre cabeza! Una, dos, tres veces siento
el batir de sus alas:

¡Una vez en la noche!
(Hasta que el tiempo vuelva.)
¡Dos veces en la noche!
(Hasta que el tiempo escape.)
¡Tres veces en la noche!
(Hasta que el tiempo muera.)

Y ahora veo a mi madre, los vestidos usados,
las canciones de una tarde en la sombra
para el tiempo angustioso; miro los escenarios
que un día frecuentaba, el telón, las butacas,
esperando, esperando, las clases interrumpidas,
las gloriosas mañanas, la música querida;
y todo se aleja cabalgando
de mi memoria ausente, y todo vuelve
lentamente a traerme un poco de nostalgia
y de alegría efímera.

¿Es el viento el que pregunta en la noche?
¿Es el viento, es el viento el que interroga
sobre mi triste y débil cabeza de muchacha,
es el viento el que reúne estas cosas lejanas
en mi cama pequeña? ¿Es el viento el que escapa
cerca del patio viejo? ¿Es el viento el que vuelve?

No. Nada vuelve. Nada ocurre. Pero todo sucede
a veces en la noche. Y si regresa el tiempo
una vez, dos veces, tres veces, en la noche:

¡Una vez en la noche!
(Hasta que el tiempo vuelva.)
¡Dos veces en la noche!
(Hasta que el tiempo escape.)
¡Tres veces en la noche!
Último: Verity. La sombra de un engaño_ Hoover, Colleen

:101: La primera ley _ Abercrombie, Joe

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Mensaje por 1452 »

Dama

Esta dama sin cara ni camisa,
alta de cuello, suave de cintura,
tiene todo el temblor de la hermosura
que el tiempo oculta y el amor desliza.
Esta dama que viene de la brisa
y el rango lleva de su propia altura,
tiene ese no sé qué de la ternura
de una dama sin fin, bella y precisa.
Aunque esta dama nunca duerma en cama
parece dama sin que sea dama
y domina desnuda el mundo entero.
Esta dama perdona y no perdona.
Y para eso luce una corona
esta dama que reina en el tablero.
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Mensaje por 1452 »

La niña de la oscuridad

A mi hermana muerta

La niña de la oscuridad,
la niña que tiene el rostro en la oscuridad
de los jardines sombríos:
en donde llueve y nadie sabe
o solo sabe que la niña lleva
la mitad de su rostro,
la mitad de sus ojos:
.........la niña
de la oscuridad,
volado el rostro,
el rostro en sangre que derrama
sobre las flores: la niña que me llama
sobre la lluvia que no cae,
en su mitad perdida,
en los jardines sombríos de la tierra.
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