Pégate un tiro para sobrevivir - Chuck Klosterman
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Pégate un tiro para sobrevivir - Chuck Klosterman
Pégate un tiro para sobrevivir. Un viaje personal por la América de los mitos de Chuck Klosterman
Tiene buena pinta, me han entrado ganas de leerlo.
Chuck Klosterman cogió su coche un buen día, decidido a escribir una historia sobre las estrellas del rock desaparecidas, que en EE.UU. son legión. Más de veinte mil kilómetros se echó Klosterman a las espaldas pero logró una crónica inclasificable, divertida, profunda, que mezcla relato de viajes con nuevo periodismo y crítica musical, a la vez que aparece, en paralelo, un diario íntimo del autor.
“Esta es una historia sobre el amor, la muerte, la conducción, Estados Unidos, la errónea exhibición del hecho de consumir drogas, la no práctica del sexo, los palitos de pan en un restaurante de la cadena Olive Garden, las conversaciones con desconocidos, la nostalgia por el pasado más reciente, las películas que no has visto, Kiss, Radiohead, Rod Stewart y –en menor medida- los mastodontes de las llanuras del Medio Oeste. Si estos asuntos no te interesan, no leas este libro”. Mejor presentación de este libro, por parte del autor, no cabe. Atractivo, ¿verdad?
Klosterman no se corta un pelo y lanza sus diatribas contra aquellos que detesta. Por ejemplo, tacha de “extraordinariamente imbécil” a Sid Vicious, el bajista de los Sex Pistols, presunto asesino de una mujer. Considera que la sexualidad de los norteamericanos, tan cacareada, está compuesta por un diez por ciento de realidad y un noventa por ciento de ilusión. O su opinión respecto al calor en Manhattan, diez por ciento real y noventa por ciento percepción, lugar que desmitifica con cuatro palabras: “El suelo está caliente, los edificios de obra vista están calientes, el cielo es bajo, la gente está cabreada, y todo huele a sudor y vómito y basura podrida”. ¿A que nunca se te hubiera ocurrido una descripción semejante del corazón del mundo occidental?
Klosterman se lanza a su aventura tras convencer a la editora de la revista Spin, para la que trabaja, que va a investigar sobre la tragedia del club en que tocaron los Great White, en Rhode Island, aunque en realidad se dirige a otro lugar con una chica de la que está enamorado. Con un coche de alquiler prosigue luego viaje hasta llegar a Seattle, pasando por Rhode Island, Georgia, Mississippi, Iowa, Minneapolis y Fargo.
En Seattle, descubre una impresionantes lista de cadáveres de músicos de rock. El vocalista de los Elefant, Diego García, asesinado en lo alto del Space Needle. Mia Zapata, rockera punk que fue raptada, violada y estrangulada. Kristen Pfaff, la bajista de Hole, adicta a la heroína, que murió en la bañera de su apartamento. Scott Jernigan, Laune Staley... En fin, una visión de América, y del mundo del rock, muy particular y que dista mucho de la que nos muestra la mayoría de las películas...
Tiene buena pinta, me han entrado ganas de leerlo.
Chuck Klosterman cogió su coche un buen día, decidido a escribir una historia sobre las estrellas del rock desaparecidas, que en EE.UU. son legión. Más de veinte mil kilómetros se echó Klosterman a las espaldas pero logró una crónica inclasificable, divertida, profunda, que mezcla relato de viajes con nuevo periodismo y crítica musical, a la vez que aparece, en paralelo, un diario íntimo del autor.
“Esta es una historia sobre el amor, la muerte, la conducción, Estados Unidos, la errónea exhibición del hecho de consumir drogas, la no práctica del sexo, los palitos de pan en un restaurante de la cadena Olive Garden, las conversaciones con desconocidos, la nostalgia por el pasado más reciente, las películas que no has visto, Kiss, Radiohead, Rod Stewart y –en menor medida- los mastodontes de las llanuras del Medio Oeste. Si estos asuntos no te interesan, no leas este libro”. Mejor presentación de este libro, por parte del autor, no cabe. Atractivo, ¿verdad?
Klosterman no se corta un pelo y lanza sus diatribas contra aquellos que detesta. Por ejemplo, tacha de “extraordinariamente imbécil” a Sid Vicious, el bajista de los Sex Pistols, presunto asesino de una mujer. Considera que la sexualidad de los norteamericanos, tan cacareada, está compuesta por un diez por ciento de realidad y un noventa por ciento de ilusión. O su opinión respecto al calor en Manhattan, diez por ciento real y noventa por ciento percepción, lugar que desmitifica con cuatro palabras: “El suelo está caliente, los edificios de obra vista están calientes, el cielo es bajo, la gente está cabreada, y todo huele a sudor y vómito y basura podrida”. ¿A que nunca se te hubiera ocurrido una descripción semejante del corazón del mundo occidental?
Klosterman se lanza a su aventura tras convencer a la editora de la revista Spin, para la que trabaja, que va a investigar sobre la tragedia del club en que tocaron los Great White, en Rhode Island, aunque en realidad se dirige a otro lugar con una chica de la que está enamorado. Con un coche de alquiler prosigue luego viaje hasta llegar a Seattle, pasando por Rhode Island, Georgia, Mississippi, Iowa, Minneapolis y Fargo.
En Seattle, descubre una impresionantes lista de cadáveres de músicos de rock. El vocalista de los Elefant, Diego García, asesinado en lo alto del Space Needle. Mia Zapata, rockera punk que fue raptada, violada y estrangulada. Kristen Pfaff, la bajista de Hole, adicta a la heroína, que murió en la bañera de su apartamento. Scott Jernigan, Laune Staley... En fin, una visión de América, y del mundo del rock, muy particular y que dista mucho de la que nos muestra la mayoría de las películas...
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Me estoy descojonando con el libro!! Cuenta la cultura americana, entonces hay programas de tv o radio, o grupos q no conozco y no me puedo reir más pero capto la esencia.
Os voy a poner un trocito con el q me he reido un montón:
En la revista que trabajo existen dos sectores bien diferenciados: el contingente Porros/Creedence y el contingente Cocaína/Interpol. La gente afiliada al binomio Porros/Creedence va de bares que no están de moda, a eso de las 6:15, beben cerveza, fuman porros y pasan horas charlando sobre por qué la canción de Creedence Clearwater Revival .......... Semejante discusión acaba más o menos a las 11:20, momento en que los integrants del contigente Cocaína/Interpol salen de sus apartamentos y empiezan a esnifar cocaína en los lavabos de clubes de baile de ambiente semiguay. Hora y media después, intentarán encontrarse con los miembros de la apestosa banda Interpol con la esperanza de q esos estúpidos bien vestidos sean capaces de localizar cocaína de más calidad y lavabos más lujosos.
El inconveniente del contigente Porros es que tienes q ser intelectual, mostrarte indignado y completamente alienado respecto a todas aquellas personas con las que te gustaría hacer el amor. El inconveniente del contingente Cocaína es que te sientes genial y que tienes q bailar y que pasas solo la mayor parte del tiempo
Me parto!! ¿De q contingente soy si me gusta Interpol y no me meto cocaína????
Os voy a poner un trocito con el q me he reido un montón:
En la revista que trabajo existen dos sectores bien diferenciados: el contingente Porros/Creedence y el contingente Cocaína/Interpol. La gente afiliada al binomio Porros/Creedence va de bares que no están de moda, a eso de las 6:15, beben cerveza, fuman porros y pasan horas charlando sobre por qué la canción de Creedence Clearwater Revival .......... Semejante discusión acaba más o menos a las 11:20, momento en que los integrants del contigente Cocaína/Interpol salen de sus apartamentos y empiezan a esnifar cocaína en los lavabos de clubes de baile de ambiente semiguay. Hora y media después, intentarán encontrarse con los miembros de la apestosa banda Interpol con la esperanza de q esos estúpidos bien vestidos sean capaces de localizar cocaína de más calidad y lavabos más lujosos.
El inconveniente del contigente Porros es que tienes q ser intelectual, mostrarte indignado y completamente alienado respecto a todas aquellas personas con las que te gustaría hacer el amor. El inconveniente del contingente Cocaína es que te sientes genial y que tienes q bailar y que pasas solo la mayor parte del tiempo
Me parto!! ¿De q contingente soy si me gusta Interpol y no me meto cocaína????
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- The drummer
- Me estoy empezando a viciar
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Es un libro estupendo. Directa competencia con el Alta Fidelidad de Hornby que el miso autor se encarga de comentar. Brillante análisis de la vida amorosa y musical del autor a través de un viaje motivado por la realización de un reportaje de la revista Spin sobre los lugare donde se produjeron muertes importantes del mundo del Rock, desde el Hotel donde Sid Vicious se alojaba en NY hasta el Seattle de Kurk Cobain. Paradójicamente la muerte se convierte en un estudio sobre la vida del autor, reflejándose situaciones muy curiosas como comparar su vida sentimental con la discografía de Kiss. También hay una impagable analogía entre el KID-A de Radiohead y los atentados del 11-S, convirtiendo el disco en una especie de profecía visionaria de Thom Yorke. Un libro cargado de ironía y a pesar de no compartir con el autor el mismo gusto musical, sí que puedo recomendarlo como una lectura muy entretenida.
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- capitanmosca
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- capitanmosca
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Como era de esperar, sí me ha gustado mucho. Es muy ameno de leer y se aprenden historias interesantes sobre estrellas de rock. Me gustó cómo escribe el autor.
Por poner pegas: personalmente no soy fan de los grupos de los que más habla, seguro que los que sí lo sean disfrutarán más con los análisis que hace sobre
Ah, y que no es por ir de conservador rancio (no es lo mío), pero la novela tiene bastante de apología a las drogas. A mí me da bastante igual a estas alturas
En resumen, mi nota es un notable.
Por poner pegas: personalmente no soy fan de los grupos de los que más habla, seguro que los que sí lo sean disfrutarán más con los análisis que hace sobre
Led Zeppelin, KISS o Radiohead. |
, pero a un chaval de 17 años seguro que después de leerlo le apetece probar a colocarse con el encendedor de un coche xd |
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- Brian Bennington
- Foroadicto
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- Registrado: 29 Jun 2006 14:22
Re: Pégate un tiro para sobrevivir - Chuck Klosterman
Este libro me divirtió muchísimo. No sabía cómo se llamaba en español, lo leí en inglés, pero queda bien la traducción, creo. No me parece que le haga competencia a High Fidelity, pero sí es un poco del tipo. Igual en otros libros de Klosterman se hacen referencias a Hornby e incluso a John Cusack, protagonista de la peli de Alta Fidelidad. Chuck es buenísimo para contar todo lo que ya hemos pensado pero no sabíamos cómo decir. Es como leer un blog, pero aunque te deje la sensación de que cualquiera puede escribir algo así, después caes en la cuenta de que nadie lo diría de una forma tan ácida y simpática como lo hace Klosterman.
Hay una parte que me parece genial:
“We all have the potential to fall in love a thousand times in our lifetime. It's easy. The first girl I ever loved was someone I knew in sixth grade. Her name was Missy; we talked about horses. The last girl I love will be someone I haven't even met yet, probably. They all count. But there are certain people you love who do something else; they define how you classify what love is supposed to feel like. These are the most important people in your life, and you’ll meet maybe four or five of these people over the span of 80 years. But there’s still one more tier to all this; there is always one person you love who becomes that definition. It usually happens retrospectively, but it happens eventually. This is the person who unknowingly sets the template for what you will always love about other people, even if some of these loveable qualities are self-destructive and unreasonable. The person who defines your understanding of love is not inherently different than anyone else, and they’re often just the person you happen to meet the first time you really, really, want to love someone. But that person still wins. They win, and you lose. Because for the rest of your life, they will control how you feel about everyone else.”
No entra en mis favoritos del autor porque esta vez no me identifiqué mucho con las referencias musicales. Kiss es too much para mí, pero reconozco que está muy bien y me reí demasiado. Le puse tres estrellitas en Goodreads y esta fue mi reseña:
Hay una parte que me parece genial:
“We all have the potential to fall in love a thousand times in our lifetime. It's easy. The first girl I ever loved was someone I knew in sixth grade. Her name was Missy; we talked about horses. The last girl I love will be someone I haven't even met yet, probably. They all count. But there are certain people you love who do something else; they define how you classify what love is supposed to feel like. These are the most important people in your life, and you’ll meet maybe four or five of these people over the span of 80 years. But there’s still one more tier to all this; there is always one person you love who becomes that definition. It usually happens retrospectively, but it happens eventually. This is the person who unknowingly sets the template for what you will always love about other people, even if some of these loveable qualities are self-destructive and unreasonable. The person who defines your understanding of love is not inherently different than anyone else, and they’re often just the person you happen to meet the first time you really, really, want to love someone. But that person still wins. They win, and you lose. Because for the rest of your life, they will control how you feel about everyone else.”
No entra en mis favoritos del autor porque esta vez no me identifiqué mucho con las referencias musicales. Kiss es too much para mí, pero reconozco que está muy bien y me reí demasiado. Le puse tres estrellitas en Goodreads y esta fue mi reseña:
"Este tipo es lo máximo. Creo que el libro no es lo mejor que tiene, pero es divertido y al leerlo te sientes como si estuvieras en un On The Road "rockerísimo" o en alguna novela de Nick Hornby ¡que sí sucedió! Muchas de las cosas que escribe sobre música son muy cuestionables pero la forma en la que las dice te hace pensar "sí, sí, he's fuckin' right!". Y su opinión sobre las relaciones y todo eso es increíble. Quiero despeinarlo y darle una palmadita en la espalda."
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