Después y antes

[JANGEL]

Después
Paco, con su mono de la construcción y su casco protector, sostenía la señal de la flecha con desgana. Alzaba la mano derecha para indicar a los conductores que podían circular y hacía aspavientos con la izquierda para reforzar sus instrucciones. Tenía tanta experiencia en esta monótona tarea que ya la ejecutaba mecánicamente. Por eso, sus manos siguieron instando a los vehículos a que cruzaran el pasaje, estrechado por las obras, aun cuando su mirada apuntaba a otro sitio.

Aquella morena, de graciosos y hábiles movimientos de cadera, volvía a aparecer en su vida, como cada mañana, paseándose por la acera, camino del trabajo, de la universidad o de donde fuera. Paco no podía evitar que se le fueran los ojos detrás. La observaba con auténtica fascinación. Cualquier otro de sus compañeros ya le habría soltado un silbido de admiración, pero él se deleitaba contemplándola, soñando con caminar a su lado.

Esa mañana, sin embargo, un coche frenó de repente y se detuvo junto a él, interrumpiendo su minuto de placer. El conductor bajó la ventanilla y se asomó para hablarle. Era un hombre maduro, de unos cuarenta años, con el semblante grave e impasible.

-Joven, si me permite decírselo, debería colocarse un poco más atrás. Ahí está arriesgando la vida.

Tenía razón. Paco se encontraba demasiado adelantado con respecto a las vallas que rodeaban el solar en obras y estaba exponiendo el cuerpo a un posible golpe. Retrocedió dos pasos y saludó con una inclinación de cabeza a aquel buen hombre antes de que reemprendiera la marcha.

-Gracias, amigo.


Antes
Llegaba tarde. La reunión comenzaría en veinte minutos y ya era muy difícil que Nacho pudiera estar en la oficina para entonces. Volvió a consultar el reloj del panel de mandos de su coche, como si quisiera que se detuviera el tiempo, que no marcara el siguiente minuto. El semáforo, en rojo.

Había tramos de la avenida colapsados. Las retenciones parecían deberse a unas obras, algo más adelante. Había varios camiones aparcados uno detrás de otro, esperando para descargar sus cubas. Los podía ver mientras sorteaba el cruce, con la luz en verde por fin.

La furgoneta que le precedía encendió el intermitente para estacionar a la derecha, en segunda fila. Nervioso, Nacho movió el volante y rebasó a la furgoneta, apretando el acelerador al tiempo que vigilaba por el retrovisor la comitiva que le seguía. Siguió pisando el pedal para ganar metros en la calzada, antes de que el siguiente semáforo cambiara de color. Estaba empezando a rebasar los camiones cuando se distrajo un instante conectando la radio, para matar la preocupación con las noticias de la mañana.

Cuando volvió a mirar al frente, pensó que no iba a poder frenar a tiempo para evitar la colisión. Delante, a escasos metros, vio a un operario que hacía señales, mirando para otro lado. Durante los dos segundos que había empleado en poner la radio, se le había desviado la dirección del volante y, a tanta velocidad, se encontró de pronto a punto de atropellar a aquel muchacho y agotar su vida bruscamente.

Afortunadamente, los frenos respondieron perfectamente y pudo maniobrar hasta detenerse junto al operario. Al oír el chirrido sobre el asfalto, éste giró la cabeza y le miró tranquilamente. Nacho bajó la ventanilla.

-Joven...

[fl_fernando]

Me gusta cuando se observa una misma historia desde diferentes puntos de vista, aunque más bien en este caso en un antes y en un después que viene a ser lo mismo.

[takeo]

Antes
Siguió pisando para ganar metros

Una cosita: ¿Qué tal: siguió pisando el pedal para ganar metros?

Insisto, aunque no sé si ya lo dije por aquí o por allá: la importancia del 'montaje' (término tan cinematográfico pero que sirve para todas las artes). Estudié cine un año y las prácticas de montaje me hicieron ver el cine, desde ese momento, de otra manera. Fue un descubrimiento que me permitió llevar esta experiencia al campo de la literatura, algo que muchas veces se hace de forma inconsciente, sin saber que estamos haciendo, al escribir, 'el montaje de la obra'. (Tampoco se podían desdeñar las clases de guión del gran Pedro Beltrán)
Ejemplo excepcional de montaje en cine, para comprender su importancia: Crash, ganadora del Oscar. Imprescindible para entender cómo este 'arte' nos permite desarrollar las historias de muchas maneras diferentes pero, la que elige el autor es aquella con la que él quiere que nosotros nos enteremos de los datos, la historia, los hechos. No es lo mismo conocer el asesino en la primera línea de una obra o la primera escena de una película y averiguar cómo lo van a detener (o no), que no saber quién es el asesino y jugar con varios posibles candidatos (Agatha Cristhie).
A lo que vamos JANGEL, que me enrollo una jartá.
Al leer el 'antes' nos dejas con la duda de qué pasa en el otro lado de la historia (llegué a pensar que el conductor era la pareja de la chica, o que también iba distraído mirándola a ella etc). En el 'después' descubrimos que cada uno tiene su propia historia, que la chica no les une en absoluto. Las coincidencias en la vida surgen; la vida o la muerte pende de un segundo pero, esta vez tocaba final feliz
Y entonces me queda la duda de cómo podrías haber enunciado cada capítulo pues, realmente no existen un 'antes' y un 'después': son hechos coincidentes en el tiempo, no hay flash-back.
Pero me ha gustado la historia; como siempre, me seguirá maravillando que se consiga, en unas líneas, transmitir tantas cosas.

[JANGEL]

Una cosita: ¿Qué tal: siguió pisando el pedal para ganar metros?

Completamente de acuerdo y modificado.

Y entonces me queda la duda de cómo podrías haber enunciado cada capítulo pues, realmente no existen un 'antes' y un 'después': son hechos coincidentes en el tiempo, no hay flash-back.

Tal vez los títulos no son acertados, pero no es exactamente un "antes y después" temporal. Es un antes y después de una actitud. Lo que se cuenta del operario ocurre mientras el conductor se distrae con la radio. El después empieza cuando el operario piensa que aquel tipo es muy amable por preocuparse por su integridad, pero no sabe que antes ha estado a punto de atropellarle.

[takeo]

Tal vez los títulos no son acertados, pero no es exactamente un "antes y después" temporal.

O.Ka. Entendido
Y ánimo con esas ideas que no acaban de fluir (como has escrito por ahí), yo llevo unos meses con mi última novela parada y ahora que tendría tiempo para escribir... sigo con las musas de vacaciones.

[JANGEL]

Gracias, Takeo. Ánimo para ti también. Al menos ya estás casi recuperado de esa pierna, ¿no?

En mi cabeza empieza a prevalecer una idea para elaborar una novela juvenil, pero no estoy convencido de que deba tirar por ese camino. Sin embargo, parece que a mi mente es lo que más me apetece... y si es lo que más te apetece, debes seguir el instinto, ¿verdad? Escribir otra cosa sería un suicidio narrativo.

[takeo]

En mi cabeza empieza a prevalecer una idea para elaborar una novela juvenil, pero no estoy convencido de que deba tirar por ese camino. Sin embargo, parece que a mi mente es lo que más me apetece... y si es lo que más te apetece, debes seguir el instinto, ¿verdad? Escribir otra cosa sería un suicidio narrativo.

De la pierna, la médica me ha dado otras dos semanas de baja, yo le he dicho que espero estar bien en una pero ha sonreído maléficamente.
¿Por qué tienes que convencerte de lo que NO tienes que hacer?
¿Vas a censurar a tu mente?
El instinto (animal) te puede llevar a un éxito de ventas o a la papelera de reciclaje ¿quién lo sabe?
Se puede empezar creyendo que es una novela juvenil y acabar... en La Dama de las Camelias (por decir algo)

¿Cómo escribir otra cosa que no sean las ideas que surgen por tu mente?
¿Te reconozco en lo que dices? Anda, ponte a escribir que ya tardas...

[lucia]

¿Cómo escribir otra cosa que no sean las ideas que surgen por tu mente?
¿Te reconozco en lo que dices? Anda, ponte a escribir que ya tardas...

Házle caso, que sabe de lo que habla

[takeo]

Pues ahora sí que me la has jugado buena JANGEL. Tú venga a decirme que tienes ideas, yo a decirte que mis musas están de vacaciones desde... ya ni me acuerdo y ayer, después de escribirte el mensaje, no sé por qué mis dedos me condujeron al archivo-novelas- y me puse a impirmir las hojas que me faltaban de la novela que tengo en barbecho.
Por la noche, la releí, corregí lo que quise hasta pasadas la una de la madrugá y hoy... ¡las musas han dado por finalizadas sus vacaciones!
He vuelto a escribir varias páginas de esta novela que me resulta muy difícil, que quiero tratar con un cierto, no sé cómo decirlo, cuidado quizá.
En fin, tengo que declararte culpable de lesa literaturalidad y te condeno a que tus propias musas (y tu trabajo) te iluminen.
¿Será todo tan fácil como sentarse delante del ordenador y dejar que los dedos elijan las teclas que deben pulsar en cada momento?

[JANGEL]

A veces, sí. Al menos ése es mi caso.

En realidad, afortunadamente, no conozco eso de los bloqueos mentales. Lo que sí me pasa es que tengo muchas ideas bullendo y tengo elegir alguna.

¿Qué me impide centrarme? Pues que estoy terminando mis dos últimos proyectos para dejarlos listos con objeto de enviarlos a concurso en cuanto haya una oportunidad (una obra de teatro y un relato de ciencia ficción). En cuanto lo termine, empiezo a anotar ideas para la siguiente obra, a la que quiero dedicar este verano (es una suerte tener jornada intensiva en julio y agosto, con las tardes para mí y mis circunstancias).

Ayer estuve comentando mis nuevas ideas con mi mujer y con unos amigos (por separado) y parece que les resultó interesante que eligiera ese camino. Así que ya sólo me queda empezar a poner baldosas.

Una vez más, como decía William Forrester (Sean Connery en la película), basta con seguir las tres reglas básicas: ¡escribir, escribir y escribir!