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una evocacion llena de soledad y reivindicacion del derecho a vivir en paz. Incapaz de distinguir la vida y la muerte en una inmortalidad que le convierte mas en prisionero que en otra cosa.
Es muy curiosa la secuencia temporal.
Hay evocacion de la novela que origina el mito cuando habla de su pasado, pero
esta ambientada en una epoca contemporanea y se le acusa de crimenes a lo largo de varios siglos.
Muy poetico en algunos trozos.
Lo que menos me ha gustado
es esa contextualizacion del personaje colocandolo en la actualidad y la trama que trazan para apresarlo.
hubiera preferido que
ese marco no fuera tan obvio
Lo mejor sin duda
la toma de conciencia del lector del estado de la esposa. Despues de todo lo que ha hablado de ella a lo largo de la narracion es un golpe impactate, como un latigazo que te reafirma en esa sensacion de que el protagonista no distingue o que para el esa diferencia entre vida y muerte no existe
me angustian. Durante todo el relato pensé que Elisbeth estaba viva; el diálogo entre marido y mujer que el protagonista sugiere es muy vívido, incluso esperaba alguna descripción de ella (y vaya descripción )
La parte de la chica que sirvió de "cebo" no me estaba convenciendo porque su actitud (al permanecer ahí y querer conocer a la esposa) no era lógica, pero obviamente el final -para mí sorpresivo- lo explica todo.
El asunto de la soledad y del hijo anhelado resulta desgastante, mientras no deja una de pensar en esto que dice Gabo:
Gabo escribió:
Hasta cierto punto, claro, que bien quería hacerle un estropicio a la chavala
Sin duda se trataba de un ser cuya
peligrosidad estaba debilitada por la falta de experiencia; en su ingenuidad no alcanzó a extrañarse por la inusual disposición que la mujer mostró hacia él, y sus sospechas se centraron más en la aversión que pudiera provocar en ella.
Pero sí que quería "desayunársela" (uso esta expresión que Gabo tuvo a bien aclararme).
Julia escribió:Lo mejor sin duda
la toma de conciencia del lector del estado de la esposa. Despues de todo lo que ha hablado de ella a lo largo de la narracion es un golpe impactate, como un latigazo que te reafirma en esa sensacion de que el protagonista no distingue o que para el esa diferencia entre vida y muerte no existe.
Así es Julia, me impactó.
Pero mira que la esposa
lo estará esperando "sin quejarse": el deseo de todo hombre.
es esa contextualizacion del personaje colocandolo en la actualidad y la trama que trazan para apresarlo.
hubiera preferido que
ese marco no fuera tan obvio
Lo mejor sin duda
la toma de conciencia del lector del estado de la esposa. Despues de todo lo que ha hablado de ella a lo largo de la narracion es un golpe impactate, como un latigazo que te reafirma en esa sensacion de que el protagonista no distingue o que para el esa diferencia entre vida y muerte no existe
Totalmente de acuerdo. Aunque a mí, el relato, me ha dejado fría.
Tuve la impresión de que el Monstruo sí sabía que
Elsbeth estaba fiambre. Humm, como decirlo.... creo que su soledad ha sido y es tan inhumana, tan implacable, tan bestial, que "juega" a hacer que ella está viva, y sea su mujer con todo lo qeu eso conlleva. Necrofilia incluída. El juego fue tan lejos que acabó creyéndoselo, y chocando de bruces con la realidad cuando Vicky le espeta que si lleva mucho tiempo ya muerta..., porque llora. No lo niega ni monta un pollo: llora.
Me ha parecido muy astuto lo de "no me preguntó mi nombre ni yo se lo dije". El Monstruo no tiene nombre propio, le llaman Frankenstein porque hace suyo el nombre de su creador. ¿No era eso una metonimia?
Y algunas expresiones, como "soy un cementerio viviente, un hospital de carne"... Uff.
Hypathia escribió:Tuve la impresión de que el Monstruo sí sabía que
Elsbeth estaba fiambre. Humm, como decirlo.... creo que su soledad ha sido y es tan inhumana, tan implacable, tan bestial, que "juega" a hacer que ella está viva, y sea su mujer con todo lo qeu eso conlleva. Necrofilia incluída. El juego fue tan lejos que acabó creyéndoselo, y chocando de bruces con la realidad cuando Vicky le espeta que si lleva mucho tiempo ya muerta..., porque llora. No lo niega ni monta un pollo: llora.
Hypathia escribió: Tuve la impresión de que el Monstruo sí sabía que
Elsbeth estaba fiambre. Humm, como decirlo.... creo que su soledad ha sido y es tan inhumana, tan implacable, tan bestial, que "juega" a hacer que ella está viva, y sea su mujer con todo lo qeu eso conlleva. Necrofilia incluída. El juego fue tan lejos que acabó creyéndoselo, y chocando de bruces con la realidad cuando Vicky le espeta que si lleva mucho tiempo ya muerta..., porque llora. No lo niega ni monta un pollo: llora.
Cierto
que llora, Hyp, cuando alguien lo saca de su mundo (a través de una sencilla expresión). Es impresionante que estos relatos tan cortos conlleven tal cantidad de elementos que complementan a los personajes.
Me ha parecido muy astuto lo de "no me preguntó mi nombre ni yo se lo dije". El Monstruo no tiene nombre propio, le llaman Frankenstein porque hace suyo el nombre de su creador. ¿No era eso una metonimia?
Buen punto. El autor resuelve el asunto con una salida muy ingeniosa, evitando dar el nombre implícito y, con esto, estableciendo cierta distancia entre su relato y el personaje que evoca, no porque sean distintos, sino porque de ese modo lo hace independiente.