En los últimos días de su vida, Saladino, aún político y militar en activo, encarga a un joven instruido que escriba su biografía y se ocupe de redactar su crónica. Pero el joven elegido Isaac Ibn Yakub, no se limitará a transcribir lo que se le dicte, sino que además de preocupará por conocer detalles de la juventud y la vida personal de Saladino que el sultán pretende mantener ocultos, y, además, será testigo de importantes acontecimientos políticos. Combinando una narración "externa", la crónica de Ibn Yakub y las cartas que éste cruza con sus familiares, Tariq Alí añade a la historia de Saladino la del propio Yakub, enamorado sin futuro de una cortesana. La vida de las mujeres en la corte de Saladino -uno de los aspectos menos conocidos y menos presentes en las crónicas de la época- es otro de los asuntos que contribuyen a hacer de El libro de Saladino una obra original e interesante. Al igual que en A la sombra del granado, y tal vez con una forma literaria más acabada, Tariq Alí vuelve a plantear un tema de gran vigencia: la intolerancia religiosa como origen de conflictos bélicos absurdos.
El autor mezcla personajes reales junto a otros inventados: Ibn Yakub y su familia, protagonista de la otra trama de la novela, Halima y Jamila, esposas de Saladino, con las que refleja la vida de las mujeres en la corte, Shadhi un anciano soldado que ha estado siempre junto al sultán, etc.
Ralentiza los hechos históricos con las páginas que dedica a las relaciones de las esposas, que aprovecha para hablar sobre filosofía o cultura. El resto del libro trata sobre la vida de Saladino hasta su muerte: la influencia de su padre o de su tío, las trabas que encuentra en el camino, sus otros consejeros, la conquista de Jerusalén, etc.
Recomendable.