Año de publicación: 1966
- Creen que somos ladrones.
- Diablos, ¿qué otra cosa van a pensar de dos tipos como nosotros que se pasean por un barrio blanco a medianoche? - dijo Sepulturero Jones cínicamente-. Si yo me cruzase en Harlem con dos blancos a esta hora, supondría que están buscando putas.
- Y tendrías razón.
Como no he encontrado una sinopsis del argumento por parte de ninguna editorial, la hago yo mismo:
Pues ésta es la séptima novela que Chester Himes dedicó a Sepulturero Jones y Ataúd Jones, dos policías negros de la comisaría de Harlem. Un par de tipos duros, inseparables y casi indistinguibles, honrados a carta cabal e infatigables en su lucha contra el crimen. Me ha gustado muchísimo y si no fuera por el último tramo le daría un sobresaliente.Nueva York. En la madrugada de una noche de bochorno, un gigante muy preocupado por la seguridad de su padre pregunta insistemente a un enano si es su amigo. Se oye un ulular de sirenas y la calle se llena de bomberos y policías en busca de un fuego que no existe. El enano empieza a sacarse cosas del bolsillo y a tragárselas. Entre los coches y los camiones se reparten primero gritos y más tarde golpes. El gigante y el enano echan a correr. En ese momento llegan Sepulturero Jones y Ataúd Johnson, detectives negros de la comisaría de Harlem... Será el comienzo de una sangrienta historia en la que los dos policías se encontrarán con personajes tan variopintos y extraños como un negro albino que suda tinta azul, una mujer con ojos de gata, un africano que lleva un turbante blanco, una sanadora de almas, un servidor yonqui y ventrílocuo, una perra que parece una leona, un conejo macho asustado y una cabra aficionada a los manteles. Todos afanados en la búsqueda de un tesoro o del mapa de un tesoro y todos moviéndose por las más peligrosas calles de Nueva York; ésas por donde conviene ir siempre con los dos ojos muy abiertos porque "si parpadeas una vez estás muerto; si parpadeas dos veces, estás enterrado"
Chester Himes escribe con una prosa vigorosa, seca y rotunda, con preferencia por la frase simple y por el párrafo breve (abundan los párrafos de una sola frase). El resultado es soberbio y en muchos momentos magistral. Por ejemplo, al principio del capítulo 3 hay una descripción antológica del panorama que ofrece Harlem en una noche de calor insoportable.
Por otro lado, la historia es ciertamente dura y violenta, sin concesiones, con un aire de irrealidad y pesadilla. Aparecen yonquis, camellos, mafiosos, policías corruptos, prostitutas, marginados de todo tipo... Todo ello tratado con un lenguaje realista en el que no faltan rasgos de humor macabro ni referencias al problema racial ("Si eres blanco, puedes pasar; si ers marrón, espera por ahí; si eres negro, márchate").
Y Chester Himes me ha parecido un escritor muy dotado. El defecto que le veo a la historia es que al final se vuelve demasiado explicativa y, por otro lado, el autor se saca algunos ases de la manga cuando no le hacía ninguna falta teniendo como tenía cartas tan magníficas.
Lo malo es que las novelas de Himes están pendientes de reeditar y hay muy pocas en circulación . Esta misma creo que sólo se podría conseguir ahora mismo en librerías de viejo. Es de esperar que algún editor avispado se embarque en la empresa de sacar a la luz la serie de Sepulturero y Ataúd. Estoy seguro de que no se equivocaría.