Sinópsis:Mientras el marqués de Sade redactaba Los 120 días de Sodoma en la Bastilla, otro marqués no menos libertino escribía en una celda próxima una novela igualmente escandalosa, un relato también rebosante de sexo e improperios, aunque mucho más revelador con respecto a la situación de los escritores y la escritura misma. Pero ese vecino de Sade, el marqués de Pelleport, es hoy un perfecto desconocido, y su novela, Los bohemios, se ha diluido en la memoria: sólo media docena de copias sobreviven en bibliotecas de varios países. Con esta edición sale, pues, a luz una obra fundamental del libertinismo dieciochesco olvidada desde 1790 y se abre una ventana al mundo de los poetas miserables, los aventureros literarios, los filosofastros y los plumíferos de Grub Street. Estamos ante un relato que muestra a los primeros bohemios más de un siglo antes de La bohème. [...]
Mi librero me ha recomendado efusivamente este libro,según el ,espectacular,una maravilla.La imagén de la portada es otra maravilla.Ya comentaré sobre el.Los bohemios aquí retratados son una tropa de escribidores filosofantes que recorren los campos de Champaña escoltados por sus barraganas y un asno cargado de manuscritos inéditos. Viven de la tierra (robando gallinas, básicamente), propinan interminables arengas filosóficas (a cada cual más insensata), riñen y berrean como chiquillos, fornican en católica promiscuidad (sin excluir al clero de sus calenturas) y sólo se detienen para engullir lo que van afanando por el camino. Como el descubridor del texto afirma en la introducción, Los bohemios se mueve entre varios géneros, de modo que puede leerse al mismo tiempo como un relato de aventuras, una novela picaresca, un roman à clef, una colección de ensayos filosóficos, un panfleto anticlerical, una autobiografía y un opúsculo libertino. Estamos, pues, ante una muestra tan magnífica como olvidada del mejor relato dieciochesco anclado en los magisterios convergentes de Rabelais y Cervantes.