¡¡¡Espectacular!!!
Muy moderna, avanzadísima para la época. No me imagino la respuesta del público, debían salir despavoridos. Como en Casa de muñecas nada es lo que parece, y los personajes femeninos son fuertes e independientes, o terminan siéndolos.
Partiendo de una situación convencional, la muerte hace un tiempo de un personaje principal de la ciudad, un ciudadano modelo, hace que su viuda en su memoria erija un asilo, y el Párroco acude a la inauguración del mismo, el hijo ha vuelto de su vida en París donde es pintor y va a pasar el invierno. Hasta ahí todo perfecto.
Pero claro,
resulta que la criada es hija del difunto, que este era un crápula, que la mujer lo abandonó, en pleno siglo XIX, para fugarse a casa del párroco, estando los dos enamorados, pero este consiguió vencer a la tentación y convenció a la mujer para que volviese, porque estamos en un valle de lágrimas y el deber es sufrir y estar al lado del marido. Y la madre envió al hijo lejos para que no viera cómo era su padre. Dotó a la embarazada, que se casó con un carpintero, y acogió a la hija como criada. Y todo va a salir a la luz, porque están los espectros, la verdad, rondando, Regina digna hija de su padre lo que quiere es salir de allí, cree merecer algo más, tiene esa alegría de vivir de la que habla su hermanastro, y de la que habla la señora cuando se refiere a su esposo, y para ello quiere utilizar al hijo de la familia, que ella no sabe hermano. |
Los dos primeros actos son absolutamente una obra maestra. Quizás la solución dada al tercer acto es la más floja.
El incendio, provocado por el pastor, ¿involuntariamente o inconscientemente? para que no se erija en memoria de alguien que era un degenerado a su entender, el sacrificio del carpintero, nuevamente, que cargará con las culpas, la huída de Regina porque lo que quiere es salir de allí, y la enfermedad del hijo, con la petición de asistencia al suicidio en referencia a su madre, una especie de eutanasia. |
Son tantos los temas que se tocan en esta obra. La hipocresía, el deber social, la infelicidad provocada por las normas sociales, el feminismo
avant la lettre la eutanasia,...
Estoy entusiasmado con este autor, que espero que aún siga dando más de sí.