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Editorial: Lumen Título original: The Old Devils Páginas: 400
Sir Kingsley Amis, padre del también escritor Martin Amis, es uno de los grandes novelistas ingleses del siglo XX. Los viejos demonios, que en 1986 mereció el Booker Prize, cuenta la historia de un grupo de amigos galeses cuyas vidas se verán profundamente alteradas por el inesperado regreso a Gales del matrimonio Weaver tras muchos años de exitosa carrera en Londres. Todos los amigos se enfrentarán a su pasado, a sus obsesiones, a sus viejos rencores, todos a solas con la edad y la decadencia.
Al final de su carrera, Amis dio lo mejor de sí mismo en esta desternillante sátira sobre la amistad, el alcohol, la vejez y la destrucción. Una obra maestra de la literatura inglesa contemporánea.
Pues con todo el bombo que se está dando al hijo, dicen los entendidos que el padre es mucho mejor, asi que a mi me ha dado la vena esta mañana y ya lo tengo en casita
amontonado con el resto de "pendientes" de la libreria, claro
Amigos del instituto que se reencuentran cerca de la jubilación, en las grises playas de Gales del sur, en donde se enamoraron y de donde huyeron, huyeron de hijos no deseados, de complejos pueblerinos y borracheras.
Cuarenta años no son suficientes para evitar volver a enamorarse ni para escapar de cuernos, miedos y cogorzas.
Amigos que se divierten poniendo a prueba quien dice las mayores atrocidades del vecino o de los laboristas ingleses, porque Gales no es Inglaterra, una exaltación de lo "no british" al más puro estilo "british".
Mejor aún me pareció "La suerte de Jim" y a esperar que traduzcan Lucky Jim.
Me ha gustado, lo recomiendo. No tanto como La suerte de Jim, por ejemplo, pero también tiene esos característicos ramalazos de Kingsley Amis para explicar de forma cómica una situación en apariencia insulsa.
Ninguno de los viejos (cada uno con su respectivo achaque) es un verdadero nostálgico de la antigua Gales. Alun, el que vuelve a su tierra y sirve como desencadenante de la novela, es un impostor cuya auténtica motivación no es regresar a Gales sino a sus antiguas amantes, sin despreciar conseguir otras nuevas.
Las infidelidades son casi siempre tomadas con total naturalidad, y es que en un matrimonio como el de Garth y Angharad Pumphrey, a los que todos aseguran no haber visto juntos jamás, y gracias a Dios ("la única ventaja de ver llegar a Garth es saber que entonces no verás a Angharad"), el de Muriel y Peter Thomas ("despides inutilidad, rencor, aburrimiento y muerte. No me extraña que todo el mundo te rehúya", son palabras comunes de ella a él) o el de Charlie y Sophie ("él había renunciado a gran parte del derecho a tener voz y voto en esa esfera d ela vida de Sophie") no pueden esperarse muchas exigencias de lealtad.
Me ha gustado también la referencia que hace uno de los personajes al escritor John O'Hara y su novela Cita en Samarra, que me recuerda mucho al propio K. Amis (alcohol, viejas rencillas ahogadas con alcohol durante años...), aunque el libro de O'Hara es mucho más trágico.
Como último apunte, el dueño del bar donde se reúne la cuadrilla de protagonistas compara a los jóvenes de la época con "demonios salidos del infierno", y de ahí podría venir el título de la novela, porque los únicos diablos que vemos en todo el libro son aquellos que saben más por viejos que por otra cosa.