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Shun’ichi es programador informático y aficionado a fotografiar gatos, y Saeko, su mujer, se encarga de la reposición y el mantenimiento de tres máquinas expendedoras. Se conocieron hace cinco años, cuando eran vecinos, y él se enamoró de su llanto. Desde entonces llevan una vida apacible, hasta que una petición de la hermana de Saeko trastocará su mundo cotidiano.
En El año de Saeko, Katayama habla del difícil anclaje de dos seres en el mundo. De su vida diaria, con sus tristezas y alegrías, con sus angustias, con su amor. En definitiva, con su «pequeña felicidad». Y, frente a la vida cotidiana, el autor contrapone la Vida en mayúscula. El ciclo de la vida plasmado en el paso de las estaciones. El hombre como un elemento más de la naturaleza. La concepción que muestra Katayama sobre la vida y la muerte, sobre el paso del tiempo, sobre el simbolismo de las estaciones del año, sus citas al budismo, su alusión constante a los lazos con la espiritualidad y cultura chinas no sólo beben de la estética y espiritualidad japonesas sino que señalan un camino posible para encontrarle un nuevo sentido a la vida.
Me lo regalé ayer, que fue La Noche de los Libros en Madrid y aproveché el 10% de descuento.
A ver si consigo acabar "El tiempo entre costuras", y me pongo con él... aunque lo mismo me leo antes "El hombre del corazón negro", de Ángela Vallvey, que tb lo compré hace poco...
Pues sólo comentar que podría haberme regalado cualquier otro libro!!! Estuve muy poco acertada!!!
Cuando en la sinopsis dice: "... llevan una vida apacible, hasta que una petición de la hermana de Saeko trastocará su mundo cotidiano", se refiere a que ya voy por la mitad del libro, y hasta ahora sólo se ha descrito la "vida apacible" y la hermana acaba de aparecer con su petición!!! Me va a dar algo, es soporífero!!!! Hay páginas de las que sólo me leo una frase por avanzar y aún así no se pierde el hilo, porque no hay hilo...
nmunoz escribió:Pues sólo comentar que podría haberme regalado cualquier otro libro!!! Estuve muy poco acertada!!!
Cuando en la sinopsis dice: "... llevan una vida apacible, hasta que una petición de la hermana de Saeko trastocará su mundo cotidiano", se refiere a que ya voy por la mitad del libro, y hasta ahora sólo se ha descrito la "vida apacible" y la hermana acaba de aparecer con su petición!!! Me va a dar algo, es soporífero!!!! Hay páginas de las que sólo me leo una frase por avanzar y aún así no se pierde el hilo, porque no hay hilo...
A mí "Un grito..." me gustó muchísimo, cuando ví este libro no lo dudé, lo compré de inmediato... no lo pude terminar, y mira que es corto eh... ufff que chasco.
Yo me lo terminé este fin de semana, pero sólo por cabezonería, ya que iba leyendo un par de frases de cada hoja sólo por ver si al final se animaba.... Pero no, decepción total, vamos, más que decepción me quedo con la sensación de que no he entendido nada...
Si alguien lo ha leído y le ha gustado, me encantaría que me explique cuál es la "chicha" del libro....
A mi también me dejo frio. Yo lo enmarco dentro de la forma de ser de los japoneses. Falta de comunicación, soledad, temor a contrariar al prójimo y fidelidad total del marido.
A nosotros nos parece absurdo todo ello, pero es la única explicación que he encontrado al libro.
A pesar de lo plano del libro me ha encantado como describe el enamoramiento a través de la pared y al forma en que nos explica el origen del embarazo.
Desde luego no es como el grito de amor desde.....pero es una forma de aproximarse a la idiosincrasia japonesa.
Folegandros escribió:A mi también me dejo frio. Yo lo enmarco dentro de la forma de ser de los japoneses. Falta de comunicación, soledad, temor a contrariar al prójimo y fidelidad total del marido.
A nosotros nos parece absurdo todo ello, pero es la única explicación que he encontrado al libro.
A pesar de lo plano del libro me ha encantado como describe el enamoramiento a través de la pared y al forma en que nos explica el origen del embarazo.
Desde luego no es como el grito de amor desde.....pero es una forma de aproximarse a la idiosincrasia japonesa.