Una afición peligrosa - Patricia Highsmith

Foro para comentar acerca de los últimos cuentos que hayas leído o hablar de leyendas y mitos.

Moderadores: Giada, Sue_Storm

Avatar de Usuario
Runita
La Fletcher
Mensajes: 46557
Registrado: 08 Nov 2007 00:47
Ubicación: Galicia

Una afición peligrosa - Patricia Highsmith

Mensaje por Runita »

Imagen

Una afición peligrosa
Patricia Highsmith

Segunda parte de Nothing That Meets the Eye: The Uncollected Stories, 2002, reúne relatos escritos entre 1950 y 1970, publicada póstumamente.

  • Con "Una afición peligrosa", después de "Pájaros a punto de volar", se completa la edición de los cuentos inéditos o no recogidos en libros de la gran autora Patricia Highsmith, fallecida en 1995. Ambos volúmenes abarcan casi cincuenta años de producción literaria, y nos permiten ver la evolución de Patricia Highsmith, desde sus años como escritora free-lance en Nueva York, en la década de 1940, hasta su exilio en Suiza.

    Estos relatos escritos cuando la autora ya comenzaba a labrarse en Europa su fama como escritora de suspense, muestran todo el espectro de su escritura, desde las narraciones psicológicas hasta lo grotesco. Encontramos algunos personajes frecuentes en sus novelas, como el psicópata gigoló de "Una afición peligrosa", que seduce a mujeres triunfadoras pero insatisfechas, o el excéntrico cartero de "Música que mata", que fantasea sobre los supuestos crímenes de sus compañeros de trabajo. Otras narraciones, sin embargo, se apartan de lo que se considera «Highsmith pura y dura», como el registro cómico de "Dos palomas muy desagradables", que muestra la identificación de la autora con el mundo de los animales, o "Nacido para el fracaso", donde la historia de un insignificante tendero de Nueva Inglaterra que hereda cien mil dólares de su tío llega a adquirir la dimensión de una insólita, implacable lección de moral. Quizá uno de los textos más originales e inesperados dentro de la obra de Patricia Highsmith es "El problema de la señora Blynn", el problema del mundo, un relato publicado después de su muerte por The New Yorker en la primavera de 2002.
Responder