Mad world - Paula Byrne

En principio incluye biografías, autoayuda, libros de viajes, arte y otros que no sean ensayos o de divulgación.

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Sue_Storm
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Mad world - Paula Byrne

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MAD WORLD (EVELYN WAUGH AND THE SECRETS OF BRIDESHEAD)
Paula Byrne
Editorial Harper Press, 2009
225 páginas
ISBN: 9780007243778

Lamentablemente aún no está traducido al español. Oí hablar de él en la radio, y me hizo tanta ilusión que lo he pedido por iberlibro; lo comentaré aquí en cuanto lo haya leído.

Resumo una reseña de Patricia Tubella que he encontrado en El País:

"El universo recreado por Evelyn Waugh en su novela Retorno a Brideshead retrata la nostalgia de un tiempo, pero sobre todo de la amistad y cariño que él mismo compartió con una familia a la que veneraba, que marcó su biografía y acabó inspirándole la historia y los personajes. La familia Flyte de la ficción, tal como sostiene la escritora Paula Byrne en el recién publicado Mad World (Evelyn Waugh and the secrets of Brideshead), son la réplica de los Lygon de Madresfield, poderoso clan de terratenientes que abrió las puertas de su mundo privilegiado y decadente al joven Waugh. También asistió a su ocaso, propiciado por un escándalo que protagonizó el patriarca familiar en la corte de Jorge V.

Arthur Evelyn St. John Waugh conoció en Oxford a Hugh Lygon, el segundo hijo del conde de Beauchamp, compañero de juergas etílicas y homosexuales, que eran toleradas por los responsables de la universidad como fiebre pasajera de la juventud. El Waugh que tuvo tres amantes entre sus colegas masculinos -según sostiene el libro de Byrne- acabó casándose dos veces y se convirtió en padre de seis hijos, previa conversión al catolicismo. Su amigo Hugh, incapaz de asumir su homosexualidad, se entregaría a la bebida propiciando su muerte prematura unos años más tarde. La fascinación del escritor por esa personalidad trágica quedó plasmada en el personaje de Sebastian, con su mata de pelo rubio y su belleza de rasgos femeninos. Ambos compartieron temporadas en el castillo de Madresfield, la morada de los Lygon y un calco del Brideshead del libro, con su lujo inimaginable y su propia estación de tren, que enlazaba las propiedades de la familia. Allí conoció a las hermanas de Hugh, habitantes de un mundo caprichoso y casi irreal a ojos de ese hijo de la clase media -aunque acomodada- que era Waugh. Quizá no resulte tan obvio identificar en ellas a un compendio de la Julia de Retorno a Brideshead, la hermana de Sebastian, aunque sí se sabe que inspiraron uno de los capítulos más deliciosos de la segunda obra de Waugh, Cuerpos viles (1930), recreación de un episodio real: a su regreso de una fiesta nocturna, las chicas Lygon no encontraban las llaves de su mansión londinense y decidieron buscar cobijo en la casa de "unos amigos", que resultó ser el número 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro, por aquel entonces Stanley Baldwin.

Evelyn Waugh nunca dio la espalda a esta familia, y permaneció fiel a ellos hasta su movilización tras el estallido de la II Guerra Mundial. Pero Madresfield ya nunca fue lo mismo, como tampoco lo es en el libro ese Brideshead nostálgico al que acaba regresando su protagonista."

(Fuente:http://www.elpais.com/articulo/revista/ ... irdv_4/Tes)
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Versalles
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Versalles »

Sue, me ha encantado este descubrimiento :D lástima que aún no esté traducido al español, pero en cuanto lo encuentre traducido me haré con él

Ya que me gustó mucho la novela de "Retorno a Brideshead" , asi como la serie basada en el libro, esta obra nos puede desvelar muchas pinceladas biográficas del autor con respecto a la historia, así como conocer mejor una sociedad tan peculiar y una forma de vida privilegiada a la vez que decadente, y llena de sentimientos

Mientras espero a que nos llegue traducido, leeré tus comentarios... :lol:
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Arden
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Arden »

¡Qué rabia que no esté en español! :noooo:

Ya nos contarás a ver qué tal está.
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Sue_Storm
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

¡¡Ya es mío!! :128: :128: :128:

Tres hurras por la librería inglesa que me lo ha enviado (Totnes Books, en Totnes, Devon.) El libro es de segunda mano, pero está total y absolutamente nuevo; ni siquiera tiene las esquinas rozadas, ni las típicas arrugas en el lomo que suelen hacérsele a los libros en rústica cuando se han leído. Efectivamente han cumplido lo que ofrecían :mrgreen: :mrgreen:

Son veintidós capítulos, precedidos de un prólogo que por ahora no pienso leerme por si los destripes, y seguidos de un post scriptum bastante atractivo sobre la autora.

Y tiene unas ilustraciones MA-RA-VI-LLO-SAS... :grupo:

Estoy impaciente por empezarlo.
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Sue_Storm
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

Me está encantando. Es el resultado de una labor de documentación sin duda exhaustiva, pero al mismo tiempo está redactado de forma muy amena, y engancha como una novela.

No he leído ni el prólogo ni los agradecimientos del principio, por si acaso; he preferido dejarlos para el final :mrgreen:

El primer capítulo, Historia de dos infancias, parafrasea en su título la Historia de dos ciudades de Dickens, y no es esta la única referencia dickensiana que incluye. Arthur Waugh, el padre de Evelyn, conectado con el mundo editorial por su trabajo en la agencia literaria Chapman and Hall, es una figura tan de Dickens, que la actriz Ellen Terry solía llamarle "el pequeño y querido Mr Pickwick" :lol: Y el colegio de Lancing donde Evelyn cursa sus primeros estudios, a mí me ha recordado horrores, en muchos detalles, el que se nos describe en David Copperfield. En éste y en el segundo capítulo, Lancing contra Eton, la autora va contraponiendo dos infancias muy distintas, la de un niño de clase media (Evelyn Waugh) y otro de la más alta aristocracia (Hugh Lygon), que asiste, cómo no, al colegio de Eton.

El tercer capítulo, Oxford... "el secreto que nadie puede decir" hace referencia en su título al primer verso de un poema de Arthur Quiller-Coach, titulado Alma mater, que alude a la verdadera esencia de la Universidad de Oxford, aquella que muy pocos elegidos pueden llegar a disfrutar. Sin embargo, el contexto permite también interpretarlo como una velada alusión al "amor que no se atreve a decir su nombre" de Wilde. Los escarceos homosexuales entre los estudiantes, que ya se habían iniciado en los años del colegio, ahora se multiplican y son abiertamente tolerados por la comunidad académica, siempre que se respeten ciertos límites, ya que aún está reciente en la memoria colectiva el juicio y condena de Oscar Wilde. Tales experiencias se contemplan como una fase de transición, por la que es necesario atravesar antes de que los chicos, ya graduados, salgan al mundo y traben relaciones con mujeres. Pero además, está omnipresente el alcohol, en unas cantidades y en unas condiciones que dejan a los denostados "botellones" de hoy a la altura de un inocente juego de parvulario. No me extraña que la autora comente que la mayoría de aquella juventud dorada acabaron alcoholizados por completo, o incluso suicidándose... aunque eso sí, con mucho estilo :)

Las habitaciones de Evelyn Waugh en su college oxoniense son exactamente las de Charles Ryder, y también su sentimiento de exclusión de unos círculos en los que sólo puede introducirse a duras penas, y en los que nunca deja de sentirse como un extraño, un déclassé que mira cómo se divierten los demás. Waugh nos contará en Retorno a Bridesheadlo que le hubiera gustado que sucediera: trabar amistad con Hugh Lyon (el modelo de Sebastian) durante su estancia en la universidad, y que éste le hubiera presentado a su familia e introducido en su vida precisamente entonces, no años más tarde, como realmente sucedió.

El capítulo cuarto, La mujer escarlata, me ha gustado menos. Nos cuenta las experiencias bohemias de Evelyn Waugh inmediatamente después de su fracaso académico en Oxford: con tanta juerga seguida, y puesto que la Universidad no se veía obligada a tratarle con indulgencia al no ser aristócrata, no llegó a graduarse. Se dedicó entonces a hacer elegantemente el vago con sus amistades, participando en el rodaje de una película que da título al capítulo. Pero cuando se vio con los bolsillos vacíos, tuvo que aceptar la única forma de poder ganarse la vida que estaba a su alcance: emplearse como maestro en un colegio, que además estaba muy lejos de su querido Oxford, nada menos que al norte del País de Gales.

Estoy empezando el capítulo quinto, In the Balance, donde parece que Waugh languidecerá una temporada en ese trabajo tan poco estimulante, aunque no se le dé mal la enseñanza después de todo y sus alumnos lleguen a estimarlo. Se trasladará luego a otro colegio más cerca de Oxford que le permitirá pasar allí fines de semana... y volver a sus juergas alcohólicas con sus amigos aristocráticos, entre los cuales, por fin, aparecerá Hugh Lygon.
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Versalles
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Re: Mad world - Paula Byrne

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Sue, me está gustando tus comentarios :D

te seguiré leyendo...
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Sue_Storm
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

Versalles :hola:

En el capítulo sexto, El patrimonio de los Lygon, se nos hace una primera semblanza del patriarca, el conde de Beauchamp: toda una personalidad en su época, impulsor de reformas en favor de las clases trabajadoras, político hábil y brillante, amante de todo tipo de artes, buen marido, padre cariñoso... y, también, muy aficionado a las aventuras sexuales con lacayos, mayordomos y demás miembros masculinos del servicio. Una afición que el conde no se preocupa demasiado de esconder, y que al ser descubierta, terminará causando su ruina social.

El capítulo séptimo, Incidentes adversos, se sitúa en 1926 y nos muestra a un Evelyn Waugh dando sus primeros pasos como escritor. Continúa su íntima amistad con "el amigo de su corazón", su antiguo compañero de Oxford Alastair Graham. Aprovechando que éste ha sido nombrado para un cargo diplomático en Atenas, va a visitarle durante unas vacaciones de navidad: verá que su amigo lleva allí una vida disipada, sin freno, típica del homosexual inglés expatriado, y más tarde la retratará en Retorno a Brideshead, hablando de la decadencia de Sebastian en Argel. Poco después, cuando sus primeros libros empiezan a conocer el éxito, Evelyn Waugh se casa con Evelyn Gardner (sus amistades los llamaban Evelyn-Él y Evelyn-Ella), hija de aristócratas a los que no hizo ninguna gracia la boda con un chico de clase media. Ella es una mujer moderna y alegre, cuya influencia le servirá a su marido para despegar definitivamente en su carrera de escritor.

El capítulo octavo, Brillante juventud, es un paseo por la era del jazz. "1929 fue el verano de las fiestas", como escribió Nancy Mitford:"Apenas veíamos la luz del día, excepto al amanecer; había un baile de disfraces cada noche: la fiesta de blanco, la fiesta del circo, la fiesta de a bordo..." Fiestas temáticas llenas de excesos de todo tipo, en las que Waugh se inspirará para escribir su primer gran éxito, Cuerpos viles. Ésta es la gran novela inglesa de la era del jazz, como la muy diferente El gran Gatsby es la gran novela americana de la misma época. Waugh se convierte en el escritor de moda, aprende a autopromocionarse y a crearse una imagen pública. Pero al mismo tiempo, su matrimonio se rompe de la forma, para él, más inesperada: Evelyn-Ella, después de apenas un año de casados, le abandona por un amigo común y solicita el divorcio. Para Waugh, que estaba convencido de que su matrimonio era "serenamente feliz", esta ruptura fue todo un trauma del que tardó mucho tiempo en recuperarse.

Se refugió en amistades como la de Diana y Bryan Guinness. Diana, hermana de la escritora Nancy Mitford, más tarde abandonaría a su marido Bryan (dueño de las cervezas Guinness) por Oswald Mosley, el líder fascista, con quien terminaría casándose en el despacho de Goebbels y en presencia de Hitler. Pero eso sería mucho más tarde. Ahora Diana y Bryan son un joven matrimonio de la alta sociedad que espera su primer hijo, y Evelyn Waugh disfruta de su compañía y de su sincera amistad, sobre todo la de Diana, con la que le gusta hacer el papel de hermano solícito.

En septiembre de 1930, Evelyn Waugh se bautiza en la Iglesia Católica. La suya es una conversión de tipo intelectual más que sentimental, de la que ofrecerá luego un retrato burlón en Retorno a Brideshead cuando hable de la catequesis y bautizo de Rex Mottram. Está convencido de que la fe católica es la verdadera y como tal la abraza, aunque para él, como hombre divorciado, signifique tener que renunciar a la posibilidad de volver a casarse y tener hijos. Un tema que será fundamental también en su futura novela, marcando el fin de las relaciones entre Charles Ryder y Julia Flyte.

Y ahora estoy terminando el capítulo noveno, El estallido de Boom. "Boom" era el apodo familiar con el que, en secreto, los hijos del conde de Beauchamp llamaban a su padre, por su voz sonora. El "estallido" no es sino el tremendo escándalo en que se ve envuelto, ya cumplidos los sesenta años, cuando sus prácticas homosexuales, que ha llevado a cabo durante toda su vida, cada vez con menos discreción amenazan con ser descubiertas. Quien tira de la manta es su cuñado, que siempre le ha envidiado, y que no ha podido soportar que el Rey nombrara a Beauchamp caballero de la Orden de la Jarretera. Le denuncia, aporta testigos, amenaza con un juicio público que sólo deja de producirse por la intervención personal del Rey: Jorge V decide que no puede tolerar tal humillación a Beauchamp, en atención a los muchos servicios que éste le ha prestado. Pero eso sí, debe abandonar inmediatamente el país y no volver nunca, bajo la amenaza de que, si alguna vez regresara, sería inmediatamente detenido. Sus hijos, que lo adoran, se turnarán para acompañarle en los primeros tiempos de su exilio en Venecia y alejarán así de su mente las tentaciones de suicidio. Su esposa solicitará, y obtendrá, el divorcio.

Un padre ausente, una madre siempre presente, y siete hijos. Esta es la familia de la que Waugh se enamorará y que será la inspiración directa de su futura novela, entrando en ella de la mano de su antiguo compañero de Oxford, Hugh Lygon, y también de la mano de sus hermanas.
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Arden
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Arden »

Envidia cochina es lo que tengo ahora en este momento, pero sana eh? :D
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Sue_Storm
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

¡Arden! :lol: No sabes lo bien que me lo estoy pasando :D

Los capítulos 10 a 12 se centran en la extraordinaria experiencia que supone para Waugh revivir su amistad con Hugh Lygon y conocer a sus encantadoras hermanas, en los momentos inmediatamente posteriores al escándalo relacionado con su padre. Es una época en que las chicas Lygon viven a su aire en la gran "countryhouse" familiar, Madresfield, con la única compañía de su antigua niñera, ya que lord Beauchamp no puede entrar en Inglaterra, y lady Beauchamp, resentida por el apoyo que los hijos han prestado al padre, se ha establecido en Cheshire y por el momento, no piensa volver.
Vista de Madresfield, llamada familiarmente Mad por la familia Lygon:
Imagen
Es una casa impresionante, pero el estilo gótico-victoriano en que está construida es muy diferente de la exuberancia barroca a que nos tiene acostumbrados la versión televisiva de Retorno a Brideshead, ¿verdad?
Los títulos de estos capítulos son muy evocadores: Visita a Madresfield, Las bellas Beauchamp y Navidades en Mad Waugh se convierte, ahora sí, en uno más de la familia, el alegre confidente de las chicas, que comparte de todo corazón la preocupación de éstas por la espiral de alcoholismo en que está cayendo sin remedio su hermano Hugh.
Foto familiar de los Lygon poco antes del "estallido de Boom":
Beauchamp family.jpg
La primera por la izquierda es Dorothy (Coote), la menos agraciada físicamente de las hermanas, y también la que más quiere y mejor comprende a su desgraciado hermano Hugh. De ella tomará Waugh muchos rasgos para el personaje de Cordelia Flyte.
La sigue Mary (Maimie), la que será la gran amiga de Waugh, cuya belleza del quattrocento florentino le inspirará el personaje de Julia Flyte.
A continuación vemos a Sibell, con quien Waugh tendrá algunos desencuentros, propiciados por el amor no correspondido que el autor sentirá hacia una amiga de Sibell, Baby Jungman.
Tras Sibell aparece Lettice, la mayor de las hermanas Lygon, que cuando Waugh "entra en la familia" ya está casada y vive de forma independiente.
En el centro de la foto, los padres, lady y lord Beauchamp.
A continuación, Elmley, el hijo mayor: el Bridey de la novela de Waugh.
Tras él Hugh, el modelo de Sebastian.
Y por último, el hermano pequeño, Dickie.
No tiene los permisos requeridos para ver los archivos adjuntos a este mensaje.
Última edición por Sue_Storm el 10 May 2011 14:01, editado 1 vez en total.
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Versalles
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Re: Mad world - Paula Byrne

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Arden escribió:Envidia cochina es lo que tengo ahora en este momento, pero sana eh? :D
ainss, igual que yo :P

jo, que pasada Sue. oye, Madresfield no está mal eh!, pero me gusta más la mansión de Brideshead

cuando va a salir este libro en español.... Imagen
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

Sí, Versalles, a mí también me gusta más Brideshead :D Hay que decir que la capilla de Madresfield es exactamente como la que describe Waugh en su novela, una manifestación del art nouveau bastante sorprendente para su época, que como dice Charles Ryder, resulta mucho más valiosa pasadas varias décadas.

El capítulo 13, Un encuentro en Roma, es fascinante y de los que dan mucha, mucha envidia. En 1932 Waugh acaba de terminar su novela Merienda de negros, una visión sarcástica del África colonial, que el autor había tenido ocasión de conocer en su viaje a Abisinia, donde asistió a la coronación del emperador Haile Selassie. Recibido el cheque de su editor, decide pasar unas vacaciones en Roma y Venecia, acompañando a las chicas Lygon, que van a visitar a su padre. No está muy claro si el escurridizo Hugh les acompaña o no.

Lord Beauchamp había alquilado en Roma "un pequeño apartamento", dice el libro (aunque dudo que fuera tan "pequeño", porque a la hora de la verdad cabía bastante gente) propiedad del excéntrico compositor y escritor Lord Berners. La dirección era "Foro Romano, nº 3" y daba directamente sobre las ruinas del foro. Estaba exquisitamente amueblado y, sobre todo, tenía una maravillosa terraza con vistas únicas: el templo de Saturno, las ruinas de la basílica Julia... y a la vuelta de la esquina, la Piazza della Consolazione.

Lord Berners había contratado a un hombre llamado Tito Mannini para que cuidara del apartamento durante sus ausencias. Éste resultó ser un gran cocinero, se hizo el imprescindible y terminó comportándose como si la casa fuera suya. Algunos de los invitados de Berners chocaban con él; otros lo adoraban. Era una inveterada costumbre en Foro Romano nº 3 tomar el desayuno preparado por Tito (croissants con mantequilla y café con leche, seguidos de higos y melocotones) en la terraza, mirando al Foro. Para los invitados, el Foro era como su jardín, donde solían sentarse al sol y pasear. Roma era un lugar tranquilo en aquellos días, aún sin demasiado tráfico ni ruidos.

Allí se alojó Evelyn Waugh con sus nuevos amigos. Conoció a Lord Beauchamp, a quien vio rodeado de un halo byroniano, un noble paria injustamente aislado de la sociedad en que nació; se inspiraría en él para crear al lord Marchmain de su futura novela. "Boom", por su parte, le tomó enseguida aprecio a Waugh, y ambos se llevaron muy bien. Como las chicas no eran muy amantes del arte ni de los museos, él le acompañó a visitar las iglesias, las galerías de pintura, el Vaticano... Para lord Beauchamp, Waugh era una grata compañía, aunque a veces le irritaba un poco su torpeza física. Sibell recordaba que, en una ocasión, su padre le dijo que "preferiría que Mr. Waugh no hiciera la genuflexión (en la iglesia), porque la hace con tan poca gracia..."

A mediados del verano, Evelyn Waugh dejó Roma para acompañar a su amiga Mamie Lygon a Venecia. Allí se alojaron ambos en el Palazzo Brandolini, sobre el Gran Canal, el mismo lugar donde se había alojado un día Richard Wagner. Waugh salió de allí totalmente enamorado de la ciudad y de su ambiente, y siempre defendería Venecia como un destino turístico mucho mejor que la Riviera francesa, entonces tan en boga (incluso escribió un artículo para la revista Harper's Bazaar en este sentido). Adoraba las horas de la tarde, cuando la ciudad "recobraba su verdadero ser" y "podemos deslizarnos en silencio, salvo por los gritos de los gondoleros en las esquinas, sobre el agua negra". Le encantaba quedarse bebiendo hasta tarde en el Café Florian, donde admiraba la natural elegancia de los venecianos. Como informó a sus lectores de Harper's Bazaar, "si los extranjeros quieren sentarse en el Florian por la noche, deberían vestir de la forma que los venecianos juzgan apropiada". Despreciaba a los turistas que vestían de manera informal: "Esos jóvenes ingleses que parecen niños del colegio creciditos, en pantalones cortos y camisa, ofrecen un espectáculo muy vulgar, según los ven los ojos de los venecianos".

El círculo de Waugh organizaba constantemente excursiones y fiestas. Hubo una "plácida fiesta inglesa de cumpleaños, en la que gondoleros y camareros se unieron a los invitados y bailaron con ellos", en la isla de Murano, que acabó en una pelea legendaria. Todo empezó cuando Doris Duke, la hija del magnate norteamericano dueño de la fábrica de cigarrillos "Lucky Strike", acusó a Sir Richard Sykes de haberse propasado con ella en el coche, camino de la fiesta, y se enfadó tanto que le hizo bajar. Después, durante la fiesta, Sir Richard quemó deliberadamente el dorso de la mano de Doris con un cigarrillo. Otros asistentes salieron en defensa de Doris... Diana Cooper, la anfitriona, resumió lo que sucedió después de la forma siguiente: "Todo el mundo había estado bebiendo como peces durante horas. Y ahora, todas las mujeres sujetaban a sus maridos para que no se metieran en la pelea... Oliver Messel y Cecil Beaton luchaban como osos, y ¡qué bien lo hacían! Al día siguiente me cubrieron de nardos, que es lo que siempre se envía para pedir perdón, cuando te has portado de una manera atroz." Evelyn Waugh escribió: "Nunca podré volver a oler los nardos sin visualizar una cola de jóvenes arrepentidos, pidiendo perdón después de una fiesta". :lol:
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Sue_Storm
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

En el capítulo 14, Remontando el Amazonas, se nos narra un viaje en solitario que emprende Waugh a Brasil y a la entonces Guayana británica, para huir del tedio que le invade en casa de sus padres tras regresar de Venecia, y de la desilusión que supuso para él el rechazo de Baby Jungman. Acompañado tan sólo de un guía, se adentrará en el corazón de la selva, atravesando situaciones de peligro y sufriendo dificultades físicas de todo tipo. Allí conocerá a un extravagante compatriota, Mr Christie; su siniestra figura, junto al acontecimiento que supuso para Waugh encontrar varios volúmenes de Dickens (que tanto le recordaban su infancia y a su propio padre) en la modesta vivenda de un párroco local, le inspirarán el personaje de Mr Todd, que primero desarrollará en un relato corto y después será la clave de su futura novela Un puñado de polvo. También Charles Ryder en Retorno a Brideshead viajará por las selvas de América y encontrará en ellas inspiración para su pintura.

El capítulo 15, Un hombre del gótico se abre con el regreso de Waugh a Inglaterra, en mayo de 1933. Diana Guinness acaba de escandalizar al país abandonando a su marido para irse a vivir con el líder fascista, Mosley. Las chicas Lygon siguen viviendo solas entre Madresfield y la casa de Londres, pues su madre se niega a regresar a su lado, aunque se intercambian cartas. Así que Waugh pasa en Madresfield con ellas gran parte del verano, y esta vez sí que coincide con Hugh. Éste ya no es el joven amable y brillante que era en Oxford; el alcohol ha hecho estragos tanto en su físico como en su carácter, que se ha vuelto irascible y violento. Waugh se siente incapaz de hacer nada por él, pero el haber presenciado su desgracia le impulsa a intentar ayudar a otro viejo amigo de Oxford que también es alcohólico: Alfred Duggan. Con él y con un grupo de amistades, Waugh se embarca en un crucero de otoño por el Adriático y el Egeo; la idea es intentar, entre todos, que Alfie Duggan deje de beber y que abrace de nuevo la fe católica, que en su día abandonó y que ahora puede ayudarle a perserverar en su intento de mantenerse sobrio.

Al finalizar el crucero, Waugh y Duggan aceptaron la invitación de otro de los pasajeros, Gabriel Herbert, y pasaron unos días en la casa familiar de éste en Portofino. Allí Waugh conoció a la que habría de ser su segunda esposa: Laura Herbert, la hermana menor de Gabriel, a la que describiría como "un ratoncito blanco": rubia y de aspecto frágil. Le impresiona tanto, que no duda en solicitar a su regreso a Inglaterra la anulación de su primer matrimonio, alegando falta de verdadero consentimiento matrimonial. Sería un larguísimo proceso, en el que contó con la colaboración de Evelyn-Ella, pero aun así, no se resolvió favorablemente hasta julio de 1936.

Al regresar de Portofino, Waugh se encontró apurado económicamente, y su agente literario se negó a adelantarle fondos. Diana Cooper, la amiga con la que coincidió en Venecia, le prestó su casa de Sussex, donde escribió un libro de viajes sobre su experiencia en la selva amazónica, titulado Noventa y dos días. Tras pasar la navidad en Madresfield, y saber que Hugh estaba viajando incesantemente (había pasado unos meses con su padre en Australia, y ahora se encontraba en Estados Unidos con un amigo), Waugh volvió a casa de sus padres y les comunicó que salía inmediatamente para Fez (Marruecos), donde esperaba poder terminar su próxima novela. Ésta sería Un puñado de polvo, que él llamará siempre "mi libro de buen gusto".

Como su trabajo sólo se veía interrumpido por las cariñosas cartas de las hermanas Lygon, la novela progresó rápidamente y fue publicada en septiembre de 1934. El título estaba tomado del poema de T.S. Eliot, La tierra baldía, que en los días de Oxford solía recitar Harold Acton en el balcón, a través de un megáfono: esta anécdota la incorporará más tarde Waugh a Retorno a Brideshead. El mensaje de Un puñado de polvo es que los auténticos salvajes no son los de la jungla amazónica, sino los bellos monstruos egoístas de la Brillante Juventud británica. Superficialmente (aunque Waugh siempre lo negará en público) la pareja protagonista, Tony y Brenda Last, debe mucho a un matrimonio de la alta sociedad muy conocido en la época, Lord y Lady Bronlow; así lo admitió el propio Waugh en una carta que escribió a Mamie Lygon desde Fez. Y Hetton Abbey, la casa solariega de los Last, es evidentemente Madresfield Court.

Pero sobre todo, cuando Waugh creó la figura de Tony Last, estaba pensando en Lord Beauchamp, que creyendo haber vivido para servir a Dios, a su país y al patrimonio familiar, cayó entre los salvajes (el primero de ellos su cuñado, Bendor, Duque de Westminster) y fue sacrificado en el altar de la hipocresía sexual y luego condenado a vagar por el mundo, en perpetua añoranza de las imágenes y los perfumes del Madresfield perdido.
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

El capítulo 16, Fiasco en el Ártico, es el relato de lo que hoy llamaríamos un "viaje de aventura" al Polo Norte, que el autor emprende junto a Hugh Lygon y a otro explorador más experimentado, Alexander Glen. Waugh y Lygon, nada acostumbrados a las condiciones extremas, no lo pasaron nada bien y escaparon por los pelos de la tragedia en más de una ocasión. El legado literario de la experiencia, al menos desde el punto de vista estético, quedará en el pasaje de Retorno a Brideshead en que Charles, después de que Cordelia le haya contado lo próximo que está el fin de Sebastian, yace despierto, pensando en su amigo: "Me asaltó otra imagen: una cabaña ártica y un trampero solitario, con sus pieles, su lámpara de aceite y su fuego de leña, todo seco, ordenado y caliente adentro, y afuera el rugido de la última ventisca del invierno, y la nieve que se amontona contra la puerta. En completo silencio, un gran peso se va acumulando contra los maderos; el pestillo se deforma en su agujero; minuto a minuto, en la oscuridad del exterior, la pila blanca va sellando la puerta (...) hasta que muy pronto, cuando se calma el viento, sale el sol sobre las pendientes heladas y llega el deshielo, un bloque se mueve en lo alto, resbala, titubea y cobra fuerzas, hasta que la falda entera de la colina parece estar desmoronándose y el pequeño refugio iluminado se abre, partido en mil pedazos, y rueda cuesta abajo en el alud para ir a parar al fondo del barranco."

En el capítulo 17, Señoras y perros falderos, Waugh tras su regreso del Ártico queda muy satisfecho con la buena acogida que ha tenido su novela Un puñado de polvo y se aloja una temporada en casa de sus padres, donde recibe a sus amigos y les cuenta sus recientes aventuras. En su diario, su padre se queja de que Evelyn vuelve a casa muy tarde, cuando todos se han acostado ya, dejándose las luces encendidas y las puertas abiertas. En esa época escribe un relato cómico para Harper's Bazaar, titulado On guard, cuya protagonista es una hermosa rubia, dueña de un pequinés malhumorado que la desfigura, arruinando su futuro. Como Waugh le guardaba mucho rencor a Baby Jungman por haberle rechazado, no cabe duda de que la burla iba dirigida contra ella. Nunca habría imaginado que sería su querida amiga Mamie la que acabaría sus días como una vieja borracha y solitaria, sentada en silencio con la única compañía de su pequinés.

Durante el invierno de aquel año, Waugh siguió tratando a Laura Herbert, que también pertenecía a una familia grande y caótica, dueños de Pixon, su casa solariega de estilo georgiano. Cada vez se sentía más enamorado de la jovencísima Laura: físicamente era su tipo, rubia, de aspecto frágil y tímido, pero espiritualmente era una mujer fuerte, capaz de hacerle frente; a diferencia de las chicas frívolas que había tratado hasta entonces, Laura era estable y segura de sí misma, aunque no le faltaba el sentido del humor, que él tanto apreciaba.

En febrero de 1935 un descuido de Evelyn Waugh provoca un incendio en casa de sus padres. Muchos de los libros que su padre atesoraba, primeras ediciones dedicadas por todos los grandes escritores de la época, fueron pasto de las llamas. Esto llenó al autor de remordimientos para el resto de su vida, y fue la causa de que más tarde, durante la guerra, haciendo gala de su hiriente sentido del humor, pidiera a su mujer que procurara salvar sus libros antes que a sus hijos, "porque los niños pueden reemplazarse fácilmente, mientras que los libros no".

En abril del mismo año, Mamie Lygon le escribe que su hermano mayor anda muy encaprichado de una viuda danesa, a la que Waugh llamará en broma "la danesa melancólica": "Supongo que será como Ofelia, y andará por ahí con guirnaldas de flores siilvestres y se ahogará en algún estanque." En realidad, era la hija de un actor y viuda de un constructor, le llamaban familiarmente Mona y era muy hermosa, elegante y viajada, hablaba muchos idiomas y le gustaba hacer teatro de aficionados, aunque prefería hablar de que su abuelo había sido almirante de la Armada danesa. Le llevaba a su prometido ocho años, y tenía una hija de diecinueve, de su anterior matrimonio. Evelyn Waugh hará una cruel caricatura de Mona en Retorno a Brideshead, en el personaje de la tardía esposa de Bridey, el heredero.

De camino hacia Abisinia, donde pasará unos meses como corresponsal de prensa para informar de la invasión del país por las tropas de Mussolini, Waugh hará escala en Roma, para intentar agilizar su proceso de nulidad matrimonial. Desde Addis Abbeba, le escribirá cartas de amor a Laura. Los miembros de la legación británica no fueron muy amables con él, porque se habían sentido profundamente ofendidos por el retrato sarcástico que Waugh hizo de ellos en su novela Merienda de negros. Las navidades de 1935 las pasó en Tierra Santa, visitando Jerusalén y Belén.
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Sue_Storm
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Sue_Storm »

El capítulo 18, Un año de despedidas, hace referencia a 1936 y es bastante triste.

El 16 de junio de 1936 se casaron el heredero de Madresfield, Elmley, y "la danesa melancólica". Era imposible que Lord Beauchamp asistiera a la boda, que fue todo un acontecimiento social, así que tuvo que conformarse con las cartas que Coote le escribió al Palazzo Morosini, su nuevo alojamiento en Venecia.

El 7 de julio por fin Evelyn recibió la noticia de la anulación de su primer matrimonio, y pudo empezar a preparar su boda con Laura. Se sentía muy feliz; pero no sucedía lo mismo con sus amigos los Lygon, a los que 1936 trajo una desgracia tras otra.

La primera fue la repentina muerte de la Condesa Beauchamp, víctima de un inesperado ataque al corazón en su residencia de Chester. En el mismo momento en que supo la noticia, lord Beauchamp se puso en contacto con su abogado, Richard Elwes, que casualmente estaba de vacaciones en Venecia, y le dijo que estaba decidido a regresar a Inglaterra enseguida, para asistir al funeral de su esposa. Emprendió viaje acompañado de su hija Coote, mientras el abogado Elwes corría a Londres para intentar que la orden de arresto vigente contra Lord Beauchamp fuera dejada temporalmente sin efecto, de modo que pudiera asistir al funeral. Pero el Duque de Westminster se opuso a que Lord Beauchamp "profanara con su odiosa presencia el entierro de mi adorada hermana". Así que, cuando el ferry que traía a Coote y a Lord Beauchamp estaba a punto de atracar en Dover, ambos vieron desde la cubierta a un hombre que, en el muelle, agitaba frenéticamente los brazos hacia ellos. Era Richard Elwes, que se apresuró a subir a bordo y a urgir a Lord Beauchamp para que no desembarcara, si no quería verse expuesto al arresto y a la humillación pública. Coote regresó a Venecia con su padre y no asistió al funeral de su madre; tampoco lo hizo Mamie, que puso la excusa de encontrarse enferma.

Para Hugh fue causa de gran angustia la muerte de su madre, a la que siguió cinco días después la muerte de una prima, Lady Allington, una mujer joven y deportista a la que llevó a la tumba un ataque de apendicitis a los treinta y tres años. Para animarse, Hugh decidió hacer un tour en moto por Baviera, en compañía de su amigo Henry Winch. Partieron el 14 de agosto; era el mes de los Juegos Olímpicos en el Berlín de Hitler, y toda Alemania hervía de fiebre nazi. El domingo 16, el día de la final de las pruebas hípicas en Berlín, los dos amigos pasaron muchas horas circulando al sol en un coche abierto, sin cubrirse la cabeza. Hugh cogió una insolación. Puede que hubiera bebido, además. Hacia el final de la tarde, bajó del coche para preguntar una dirección a los viandantes, se cayó y se golpeó con el bordillo de la acera, fracturándose el cráneo. Inmediatamente lo llevaron al hospital, pero, a pesar de recibir la mejor atención médica, Hugh Lygon murió al amanecer del 19 de agosto. Tenía treinta y un años.

Esta vez, nada iba a impedir a "Boom" regresar a Inglaterra. Insistió en que quería acompañar el cadáver de su hijo a casa; a pesar de la gran indignación del Duque de Westminster, las autoridades británicas tuvieron al fin piedad de él, pensando que ya había sufrido bastante. El 24 de agosto tuvo lugar el entierro en Madresfield, y Lord Beauchamp estuvo allí, si bien con la precaución de tener una avioneta preparada, por si necesitaba emprender la huida.

Después del funeral, Lord Beauchamp volvió a Venecia. Todos los que querían a Hugh estaban impresionados por su prematuro fin y por cómo había desperdiciado su vida. Era un joven que parecía tenerlo todo: riqueza, contactos, una educación de primera clase, además de un formidable encanto personal. Para quienes lo conocían mejor, había además una tragedia añadida: en los últimos tiempos, Hugh parecía haber superado al fin sus demonios. Tras su vergonzosa bancarrota, se había establecido en Clevelode y allí llevaba una explotación agrícola, que iba bien; se había convertido en toda una figura en la localidad, donde la gente le quería.

Evelyn Waugh estaba en Abisinia cuando todo esto sucedió, y a su regreso, en diciembre de 1936, se sintió desolado por tan malas noticias, lamentando el fin de Hugh, precisamente cuando ya había enderezado sus pasos.
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Arden
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Re: Mad world - Paula Byrne

Mensaje por Arden »

Es una especie de culebrón, ¿qué no me animaré a leerlo en inglés? Ay me da una pereza, pero creo que valdría la pena intentarlo ¿es muy difícil el lenguaje? :?:
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