Abelardo Linares
Moderadores: Tessia, lunallena
Abelardo Linares
Los rostros de la noche
No fue verdad la noche ni tus besos.
En la sombra mentía aquel jardín,
la anaranjada luna entre los árboles,
fríos bancos de mármol, hondos pájaros
desvelados cantando en altas ramas.
No fue verdad tu mano entre las mías,
el olor de tu pelo a hierba fresca,
su abrasado perfume, su perfume.
No fue verdad tu voz, ni tus palabras
que temblaban lo mismo que mi pecho.
Mentía la ternura en tu mirada
como mienten los sueños, como sólo
pueden mentir los sueños, otorgándonos
una felicidad que es de otro mundo
y que en su exacta perfección nos hiere
pues desvela posibles e imposibles
y nos dice un vivir que no es la vida.
no pudo ser verdad, y tú, alma mía,
que viviste esa noche, bien conoces
qué precio ha de pagar tanta cordura.
De "Espejos" 1986 –1991
Pre-Textos,1991
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Re: Abelardo Linares
La Sombra
La calle estaba oscura, había llovido
y brillaba la luna en el asfalto.
Una sombra sin sombra me detuvo
impidiéndome el paso. Oí su voz,
de un helado metal que no era humano,
preguntarme ¿qué buscas, di, qué buscas?
Permanecí ante ella silencioso.
¿Qué buscas, di, qué buscas?, repetía,
la angustia y la mentira son la clave,
apréndelo (me dijo), aún no es tarde.
¿Por qué quieres pasar?, ¿dime qué buscas?
Pero no respondí. Sin decir nada,
abrí las negras puertas de mi pecho
y fue mi cuerpo uno con el mundo.
Sombra sin bulto era aquella sombra
y le tuve piedad como a algo vivo.
En la abrasada luz que eran sus ojos
detuve mi mirada un solo instante.
¿Qué buscas, di, qué buscas? Me decían
aún sus ojos ciegos. Nada busco,
le contesté por fin. Se hundió en la noche
de mis ojos aquella extraña sombra
de la que nada supe. Me aguardaba
una infinita calle toda a oscuras.
Oí mis pasos y descansé en mi sueño.
De “Espejos” 1986 – 1991
Pre-Textos, 1991 Valencia-España
La calle estaba oscura, había llovido
y brillaba la luna en el asfalto.
Una sombra sin sombra me detuvo
impidiéndome el paso. Oí su voz,
de un helado metal que no era humano,
preguntarme ¿qué buscas, di, qué buscas?
Permanecí ante ella silencioso.
¿Qué buscas, di, qué buscas?, repetía,
la angustia y la mentira son la clave,
apréndelo (me dijo), aún no es tarde.
¿Por qué quieres pasar?, ¿dime qué buscas?
Pero no respondí. Sin decir nada,
abrí las negras puertas de mi pecho
y fue mi cuerpo uno con el mundo.
Sombra sin bulto era aquella sombra
y le tuve piedad como a algo vivo.
En la abrasada luz que eran sus ojos
detuve mi mirada un solo instante.
¿Qué buscas, di, qué buscas? Me decían
aún sus ojos ciegos. Nada busco,
le contesté por fin. Se hundió en la noche
de mis ojos aquella extraña sombra
de la que nada supe. Me aguardaba
una infinita calle toda a oscuras.
Oí mis pasos y descansé en mi sueño.
De “Espejos” 1986 – 1991
Pre-Textos, 1991 Valencia-España
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