Título: El pedigree
Autor: Ricardo Baroja
Editorial: Caro Raggio
Año edición: 1988
Publicación: 1924
ISBN: 84-7035-088-9
Formato: rústica
Páginas: 168
Sinopsis:
Fuente¿Teatro de ciencia ficción? Sorprendentemente, sí. A veces uno piensa que algo no existe, pero si busca… Además, no sólo es teatro, sino que pertenence al ingenio de Ricardo Baroja, pintor, grabador y escritor, Premio Nacional de Literatura en 1935, amén de hermano del archiconocido novelista Pío Baroja. Con portada de Julio Caro Baroja cuando tenía doce años y prólogo de Ramón María del Valle-Inclán, nos encontramos ante una pequeña joya casi olvidada.
El Pedigree fue publicado primero, por partes, en la Revista de Occidente, en 1924; y dos años después, en 1926, por Caro Raggio. Ni se estrenó ni se escribió para ello; pero tuvo cierta repercusión por el interés que despertó en Pirandello, que quiso representarla, y, quizá, en Aldous Huxley, que pudo tenerla en cuenta para su Brave new world, que es posterior.
Escenifica una fantasía futurista, en la que unos seres humanos (procreadoras y colaboradores), dirigidos por una Superioridad con voluntad científica, se afanan, a través de cruces estudiados, por lograr un producto superior y perfecto, el Zoroastro. Los progresos han sido evidentes: individuos de gran belleza y elevada capacidad craneana, a quienes se han extirpado, por selección natural, determinadas imperfecciones, como el aparato digestivo, responsable de la producción de toxinas y, por tanto, del envejecimiento (en las nuevas generaciones es capaz de convertir la celulosa consumida en azúcar); o la capacidad para reproducirse en cualquier época del año. Sin embargo, el propósito final no ha sido alcanzado. En este mundo irrumpe Medoro, un joven madrileño con todos los rasgos propios de la cultura del siglo XX: intenta sacar un provecho personal, defendiendo un amor, interesado, hacia la joven Eva. Finalmente, ha de someterse, renunciando a su amor, pero no al dinero: como su tipo humano es claramente inferior y regresivo, sólo puede aspirar a cruzarse con Sahara, una mona, viuda del gorila Burman, que murió al inyectársele hormonas humanas. Ambos contribuyen así, decisivamente, a lograr el fruto deseado: generaciones posteriores de su estirpe producen el superhombre. Él y la mona contenían el germen de la imperfección, imprescindible para alcanzar la perfección a través de las cualidades perdidas por la raza humana y que se conservaban en los pitecántropos.
Artículo sobre El pedigree.
Vuelvo a poner la imagen