Julia Constancia Burgos García, nació en Carolina, Puerto Rico, en 1914.
Se inició en la poesía desde muy temprana edad mientras ejercía como maestra y luego como periodista.
En sus primeras publicaciones reflejó la influencia de otros poetas como Alfonsina Storni, Clara Lair y Luis Lloréns.
A esta etapa pertenece su obra «Veinte surcos».
Posteriormente volcó toda su sensibilidad artística en un canto sensual al amor y a la naturaleza, mostrando
ciertos rasgos semejantes a Vicente Huidobro y Rafael Alberti. De esta etapa se destacan «Canción de la verdad sencilla»
y «El mar y tú».
Es considerada como una de las grandes poetas de su patria.
Vivió sus últimos años auto-desterrada en Cuba y Nueva York, donde falleció en 1953
http://amediavoz.com/burgos.htm
POEMA CON LA TONADA ÚLTIMA
¿Que adónde voy con esas caras tristes
y un borbotón de venas heridas en mi frente?
Voy a despedir rosas al mar,
a deshacerme en olas más altas que los pájaros,
a quitarme caminos que ya andaban en mi corazón como raíces...
Voy a perder estrellas,
y rocíos,
y riachuelitos breves donde amé la agonía que arruinó
mis montañas
y un rumor de palomas
especial,
y palabras...
Voy a quedarme sola,
sin canciones, ni piel,
como un túnel por dentro, donde el mismo silencio
se enloquece y se mata.
Julia de Burgos
Moderadores: Tessia, lunallena
Re: Julia de Burgos
En ti me he silenciado...
El corazón del mundo
está en tus ojos, que se vuelan
mirándome.
No quiero levantarme de tu frente fecunda
en donde acuesto el sueño de seguirme en tu alma.
Casi me siento niña de amor que llega hasta los pájaros.
Me voy muriendo en mis años de angustia
para quedar en ti
como corola recién en brote al sol...
No hay una sola brisa que no sepa mi sombra
ni camino que no alargue mi canción hasta el cielo.
¡Canción silenciada de plenitud!
En ti me he silenciado...
La hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba.
El corazón del mundo
está en tus ojos, que se vuelan
mirándome.
No quiero levantarme de tu frente fecunda
en donde acuesto el sueño de seguirme en tu alma.
Casi me siento niña de amor que llega hasta los pájaros.
Me voy muriendo en mis años de angustia
para quedar en ti
como corola recién en brote al sol...
No hay una sola brisa que no sepa mi sombra
ni camino que no alargue mi canción hasta el cielo.
¡Canción silenciada de plenitud!
En ti me he silenciado...
La hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba.
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