Memorias del señor de Schnabelewopski - Heinrich Heine

Grandes clásicos de la literatura mundial.

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Eyre
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Memorias del señor de Schnabelewopski - Heinrich Heine

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Memorias del señor de Schnabelewopski (Aus den Memoiren des Herren von Schnabelewopski) - 1833

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Editorial: Berenice
Páginas: 120
ISBN: 978-84-96756-70-0
14 €
Memorias del señor de Schnabelewopski. Epicúreo y sibarita, atrapado por el "encanto del infierno", es decir, en la vida disipada del París de la época; así es como Heine escribió entre 1831 y 1833 este pequeño gran libro. En estas pequeñas memorias, con tintes autobiográficos, se nos presenta el Heine más divertido y humorista, que destroza todas las efusiones mediante una obscenidad o una coda irónica. "Cuando esperamos la broma sale la moraleja, y, si escribe en serio, al final termina con una gracia inesperada ...Las más ingeniosas ocurrencias, los encontronazos más bruscos entre lo ideal y lo prosaico, se expresan con esa facilidad genial que es el verdadero don del escritor Heine." Con mucho de sus Cuadros de viaje, Heine nos presenta escenas costumbristas, polémicas religiosas o su fascinación por el mito del holandés errante. Y todo ello sometido a la crítica de un espíritu moderno y descreído que da lugar a una crítica feroz sobre Alemania. El propio Heine recordará: «En el Schnabelewopski había algunos pasajes colmados de una impiedad tan cruel, que luego sentí verdaderos remordimientos…» Lo cierto es que poco después de publicarse el Schnabelewopski, la Dieta Germánica "le acusa de tener intereses de sinagoga y de traicionar Alemania en favor de Francia" y decide prohibir toda la obra de Heine.
En las Memorias del Señor de Schnabelewopski también se nos presenta el mejor Heine prosista. Su claridad, la frase corta, la rapidez y concisión expresiva y la diafanidad de sus ideas revolucionan el alemán de la literatura moderna y son hoy un atractivo principal para el lector moderno. Años después, en 1888, Federico Nietszche lo reconocerá: «¡Y cómo domina el alemán! Se diría que Heine y yo hemos sido con mucho los primeros artistas en lengua alemana, a incalculable distancia de todo lo que han hecho con ella los alemanes comunes.»
Fuente: Berenice
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