Gorexxx: El sexotron

Espacio en el que encontrar los relatos de los foreros, y pistas para quien quiera publicar.

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PAZUZU
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Gorexxx: El sexotron

Mensaje por PAZUZU »

El piloto de envíos se encendió y Atticus se dio cuenta desde la cama y se levanto rápidamente. Hacia horas que esperaba el “sexotrón” , ojala que fuese eso y no los paquetes de promoción que últimamente enviaban a todas horas. Cuando abrió la trampilla había en la bandeja una caja forrada de papel rojo, sin ningún tipo de indicación de lo que contenía, por lo menos habían cumplido con la clausula de privacidad y no se enteraría nadie de lo que había comprado, y menos el portero del edificio, chismoso oficial de los apartamentos.

Cogió la caja y la dejo en la mesa y su cuerpo empezó a notar síntomas de nerviosismo… ¡al fin lo tengo, como me lo voy a pasar! , pensó. Con las prisas, rompió el papel arrancándolo a trozos, sin ningún tipo de cuidado y delante de él apareció una caja con una tapa de plástico transparente que dejaba ver el contenido. Abrió torpemente la caja, sacó una bandeja que contenía un cilindro extensible para introducir el pene, un casco de realidad virtual estandarizado según norma DAE 12, unos cables con ventosas para los pezones que se conectaban a una caja que, según leyó en el libro de instrucciones, se conectaba al terminal de la red pública vía inalámbrica con unos pulsadores, en la parte delantera, señalados como: MUJER, HOMBRE, GRUPO, DIVERSOS.

Se puso tres dedos de whisky y intento leer el libro de instrucciones con detenimiento. Al tercer sorbo de whisky y viendo que las instrucciones eran un compendio de datos técnicos y recomendaciones lo dejo y se puso manos a la obra. Entre el whisky y las expectativas de una noche de sexo desenfrenado no tenía la mente para leer instrucciones o recomendaciones. Estaba ansioso de probar las maravillas del aparato que anunciaban en el canal de sexo de la Red. Una chica con una voz sugerente te decía: no te defraudara.

Se desnudo y metió el pene en el cilindro. Humedeció un poco las ventosas con la lengua y , el mal gusto de boca, le hizo recordar, que antes las había mojado con lubricante adhesivo, una de las pocas cosas que había leído en las instrucciones, y se las puso en los pezones apretándolas fuertemente contra la carne hasta que se engancharon. Se sentó y conecto los cables a la caja negra y esta al terminal. Pulso el botón de encendido. Los pilotos de las opciones se iluminaron y, después de apretar el que ponía MUJER, cerró los ojos y se coloco el casco de realidad virtual en la cabeza acomodándose en el sillón ergonómico exclusivo que se había comprado en Tear´s Shoping.

Empezaron a desfilar, como si de un mercado de la carne se tratase, cuerpos de jóvenes que se presentan en diversos idiomas y con distintos tonos de voz: Ingles, alemán, español, francés, catalán, mandarín, japonés…etc., hasta que superpuesto apareció un menú indicando que pensase en el idioma que quería la relación. Después de intentar recordar si había hecho el amor con alguien que hablase alguna lengua de las indicadas, y viendo que sus escasas relaciones siempre habían sido con nativas, pensó que estaría bien hacerlo en mandarín, desconocía donde se hablaba ese idioma pero el nombre le traía reminiscencias frutícolas, por tanto cogió esta opción.

Seguidamente, en un fondo verde pistacho, las chicas que desfilaban eran de todas las razas y cuando se cruzaban hablaban entre ellas , cosa que a Atticus , le molestaba por que no entendía lo que decían, sólo notaba que se reían y parecía que se lo estaban pasando bien, eso sí… en mandarín . El menú esta vez era un rotulo que ponía: Elija usted la raza de la chica y cuatro opciones posibles: caucásica, oriental, india y africana. Pensó que una blanca hablando mandarín no era muy lógico y que ya tendría tiempo para las excentricidades y por eso eligió la oriental.

En un fondo de color rojo pálido con detalles en blanco las chicas que fueron apareciendo eran japonesas, chinas, tailandesas, coreanas…etc. Llevaban vestidos tradicionales o bien vestían de modo occidental, con trajes de noche, de calle, de sport, informales…etc. El menú le invito a que eligiese la nacionalidad de la chica y Atticus, no tuvo ninguna duda: japonesa. Era un asiduo de las redes porno y siempre le había gustado la entrega y la sumisión que demostraban las chicas niponas.

La siguiente opción calentó a Atticus de forma alarmante, noto que el pene se la agrandaba y que se le aceleraba el corazón. Las japonesas que empezaron a desfilar iban vestidas, con ropa interior o completamente desnudas. Toda una alegría para la vista, tanto que empezó a extender la mano para ver si l podía tocarlas, sobre todo las que iban como Dios las trajo al mundo, hasta que desaparecieron en un fundido en negro y apareció un menú de color rojo que ponía: elija como prefiere que la chica vaya para su relación: vestida, con ropa interior o desnuda. Siempre le había fascinado los ligeros, los corpiños, las bragas y los sujetadores de las señoras, por tanto, eligió con ropa interior.

Fue pensar en ropa interior femenina cuando sonó una música sexi y aparecieron chicas llevando lencería de todo tipo: bragas minúsculas con sujetadores blancos, corpiños de látex rojos con lacitos violetas, tangas masticables con sujetadores de fantasía, algunas llevaban medias, otras ligeros, iban con corsé, con bodys, camisones…etc. La vista de aquella opulencia carnal envuelta en sedas, gasas, tules, blondas, le estaba poniendo enfermo y el estado de excitación que tenía empezaba a ser alarmante. Esta vez en el menú no había opciones; tenía que pensar, si podía, lo que prefería. Después de calmarse pensó en tangas y sujetador de fantasía.

No le dio tiempo de pasar a la siguiente elección. Cuando empezaban a desfilar chicas con tangas minúsculos de todo tipo: brasileños, de hilo dental, de falda y sujetadores de colores, con puntillas, blondas, sin tirantes, con tirantes…., salió un mensaje en tres dimensiones: Su sesión ha concluido con éxito, esperemos que haya disfrutado.
Atticus se saco el casco de realidad virtual de un modo brusco. Se levanto y tiró del cilindro del pene que todavía conservaba algo de su esplendor y los cables tiraron de las ventosas despegándolas de los pezones, arrojándolo todo encima de la mesa mientras pensaba que el “sexotrón” era una estafa, era lo más parecido a una polución nocturna o masturbarse viendo una revista porno…, con lo que había costado.

Cogió el libro de instrucciones para buscar la dirección del fabricante para poner una reclamación y, pasando las páginas para ir al índice, le llamo la atención la antepenúltima página en que encontró, en letra pequeña, un mensaje que ponía: Para eyaculadores precoces se recomienda la opción de “Random”, que se puede configurar en el menú de inicio.
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PAZUZU
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Re: GOREXXX: El sexotron

Mensaje por PAZUZU »

Atticus estuvo todo el día pensando en el “orgasmatron” y haciéndose preguntas: ¿le habían tomado el pelo?, ¿podría recuperar el dinero?, ¿qué razones argumentaría para devolverlo? Al final pensó que lo mejor era darle otra oportunidad al artilugio… no podía ser que con la fama de que iba precedido, con lo que decía la campaña de publicidad, no funcionase.
Cuando llego a casa se preparo una cena fría y, sin acabarla, se dispuso a probar otra vez el aparato.

Apareció un menú que la noche anterior no vio porque seguramente había pulsado la opción de MUJER antes de ponerse el casco virtual y se lo había perdido.
MODO ALEATORIO. (RANDOM). Elegimos por ti.
MODO NORMAL. Tú eliges.
Pensó, sin cuestionárselo para nada, en el modo ALEATORIO y al instante apareció, en un fondo negro, un texto de letras blancas que ponía:
<< En la opción random, el software del orgasmatron le elige de una base de datos de mujeres programadas y en situaciones diferentes, la chica que siempre estará dispuesta a concederle sus más íntimos deseos para que usted interactué con ella. Esperemos que disfrute de esta experiencia única que sólo le ofrece Industrias del entretenimiento “Comiendo Fresas S.L “>>.

Después de unos instantes que se le hicieron eternos, las letras desaparecieron y se ilumino el ambiente hasta que, como en una cámara fotográfica, se enfoco el entorno y vio que estaba como en una especie de celda sólo iluminada por la luz mortecina que dejaba pasar un ventanuco situado en lo más alto de la estancia. Era una celda con una decoración espartana en que sólo había un catre con un jergón y una manta raída y al lado un taburete que hacia funciones de mesita de noche, con un mendrugo de pan mordisqueado y una jarra de barro con agua. En la pared de enfrente, llena de desconchones y con manchas de humedad, habían colgados cilicios, esposas, látigos, cinturones de púas, palas para azotar…etc. Estaba Atticus viendo todo este decorado que parecía extraído de una película sobre la Inquisición cuando la puerta se abrió y, en el umbral, apareció una mujer descomunal de color vestida con un hábito de monja liviano que, al contraluz, se le dibujaba toda la silueta, resaltando el blanco de la ropa con el color de su piel. Le pregunto si quería que entrase a hacerle compañía a lo que Atticus se asusto, aquello no era lo que él entendía como una situación morbosa…una situación ideal para hacer el amor. Antes que la falsa monja entrase pensó que no quería esta situación y todo desapareció.

Esta vez apareció en una especie de sala de paredes de metal que parecían de una nave espacial en que la visión que tenia del habitáculo era extraña. No era capaz de saber dónde estaba el techo o el suelo. Estaba flotando en el espacio y sólo se podía orientar por los ojos de buey que había en algunas paredes en que se veía la negrura del espacio sideral sólo roto por estrellas lejanas. Le pareció incomodo la sensación de ingravidez, no podía llegar hasta las ventanas para ver algo y de esta forma orientarse. Se estaba empezando a marear, cada vez que intentaba acercarse hasta algún sitio daba una vuelta sobre si mismo y su estomago se revolvía más. Había desistido de moverse, se quedo en una posición estática un rato hasta que, por el rabillo del ojo, vio que se abría una escotilla y entraba una rubia parecida a Jane Fonda en Barbarella , con poca ropa, que le sonreía y le dijo:
-Cariño, llevamos muchos días solos en esta nave y me gustaría mucho hacer el amor contigo en gravedad cero. ¿Quieres?
Fue decir esto y Atticus se imagino desnudo intentando follar en esta situación. Además, cada vez, que se movía un poco el estomago se le revolvía más y para nada quería ver su cena fría flotando al lado de Jane Fonda.
- Esto es frustrante –, pensó Atticus.
- ¡ Sólo quiero una relación normal, con una chica normal y en una situación normal!. Me lo deben


Estaba en una habitación de paredes tapizadas con una tela de flores amarillas y fucsias. Había una gran cama de matrimonio con un edredón estampado con margaritas que hacían juego con el amarillo de las paredes. Unas mesitas de noche lacadas en blanco, con los tiradores dorados, hacían juego con una coqueta situada debajo de una ventana que dejaba ver un paisaje de una ciudad cualquiera. De una puerta abierta se oyó una voz que decía:
-Cariño, ¿ya has llegado?, ¿cómo ha ido el día? Antes que Atticus respondiese, aun se oyó:
-Ya salgo y puedes entrar tú, que estarás cansado.
La primera reacción que tuvo al oír la voz de la chica es que quien fuese esta vez había acertado. Al fin, haría el amor como hacen el amor una pareja felizmente casada, y con la tranquilidad que da un lecho conyugal, y, si me apuras, pensó Atticus, con una sonrisa en los labios, hasta prefería la tranquilidad que da la postura del misionero a la incertidumbre de follar en gravedad cero.
Cuando salió la chica, Atticus vio una morena de mediana edad que vestía una bata de guatiné, tenía la cabeza llena de rulos de todos los colores y calzaba zapatillas de cuña de felpa rosa.
No daba crédito a lo que veía, esto era una estafa, se estaban riendo de él. Esto no le podía estar pasando…

Se saco el casco de realidad virtual, se arrancó el cilindro del pene, y tiro de los cables de las ventosas de los pezones y estos se soltaron haciendo un ruidito igual que hace un bebe cuando succiona con avidez el pecho de su madre.
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lucia
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Re: GOREXXX: El sexotron

Mensaje por lucia »

No creo que lo de los rulos y la bata de boatiné sea muy normal, pero bueno :lol: :lol:
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
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PAZUZU
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Re: Gorexxx: El sexotron

Mensaje por PAZUZU »

Yo he visto mujeres con bata de guatiné y rulos en la cabeza… más allá del portal de mi casa.

Mis ojos han visto grandes cantidades de zapatillas de felpa en el mercadillo de mi pueblo.

Y todo eso no se perderá nunca….
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