Howard Phillips Lovecraft
Moderadores: Tessia, lunallena
Howard Phillips Lovecraft
De "Hongos de Yuggoth":
I. El libro
El lugar era oscuro y polvoriento, un rincón perdido
En un laberinto de viejas callejuelas junto a los muelles,
Que olían a cosas extrañas traídas de ultramar,
Entre curiosos jirones de niebla que el viento del Oeste dispersaba.
Unos cristales romboidales, velados por el humo y la escarcha,
Dejaban apenas ver los montones de libros, como árboles retorcidos
Pudriéndose del suelo al techo... ventisqueros
De un saber antiguo que se desmoronaba a precio de saldo.
Entré, hechizado, y de un montón cubierto de telarañas
Cogí el volumen más a mano y lo hojeé al azar,
Temblando al leer raras palabras que parecían guardar
Algún secreto, monstruoso para quien lo descubriera.
Después, buscando algún viejo vendedor taimado,
Sólo encontré el eco de una risa.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
1
Re: Howard Phillips Lovecraft
II. Persecución
Llevaba el libro apretado bajo el abrigo,
Escondiéndolo como podía en semejante lugar,
Mientras apretaba el paso por las viejas calles del puerto
Volviendo con recelo la cabeza a cada instante.
Ventanas sombrías y furtivas de tambaleantes casas de ladrillo
Espiaban extrañamente mi paso apresurado,
Y al pensar en la que cobijaban ansié violentamente
Una visión redentora de puro cielo azul.
Nadie me había visto cogerlo... y sin embargo
Una risa hueca seguía resonando en mi aturdida cabeza,
Dejándome adivinar qué mundos nocturnos de maldad
Acechaban en aquel volumen que había codiciado.
El camino se me hacía extraño, los muros demenciales...
Y a mi espalda, en la distancia, se oían pasos invisibles.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
Llevaba el libro apretado bajo el abrigo,
Escondiéndolo como podía en semejante lugar,
Mientras apretaba el paso por las viejas calles del puerto
Volviendo con recelo la cabeza a cada instante.
Ventanas sombrías y furtivas de tambaleantes casas de ladrillo
Espiaban extrañamente mi paso apresurado,
Y al pensar en la que cobijaban ansié violentamente
Una visión redentora de puro cielo azul.
Nadie me había visto cogerlo... y sin embargo
Una risa hueca seguía resonando en mi aturdida cabeza,
Dejándome adivinar qué mundos nocturnos de maldad
Acechaban en aquel volumen que había codiciado.
El camino se me hacía extraño, los muros demenciales...
Y a mi espalda, en la distancia, se oían pasos invisibles.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
1
Re: Howard Phillips Lovecraft
Espejismo
No sé si existió alguna vez
Ese mundo perdido que flota oscuramente en el río del Tiempo,
Pero lo he visto a menudo, envuelto en una bruma violeta
y brillando débilmente al fondo de un sueño borroso.
Había extrañas torres y ríos con curiosos meandros,
Laberintos de maravillas y bóvedas llenas de luz,
y cielos llameantes cruzados por ramas, como los que tiemblan
Ansiosamente momentos antes de una noche invernal.
Grandes marismas llevaban a costas desiertas con juncales
Donde revoloteaban aves inmensas, y en una colina ventosa
Había un pueblo antiguo con un blanco campanario
Cuyos repiques vespertinos resuenan aún en mis oídos.
No sé qué tierra es ésa... ni me atrevo a preguntar
Cuándo o por qué estuve, o estaré allí.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
No sé si existió alguna vez
Ese mundo perdido que flota oscuramente en el río del Tiempo,
Pero lo he visto a menudo, envuelto en una bruma violeta
y brillando débilmente al fondo de un sueño borroso.
Había extrañas torres y ríos con curiosos meandros,
Laberintos de maravillas y bóvedas llenas de luz,
y cielos llameantes cruzados por ramas, como los que tiemblan
Ansiosamente momentos antes de una noche invernal.
Grandes marismas llevaban a costas desiertas con juncales
Donde revoloteaban aves inmensas, y en una colina ventosa
Había un pueblo antiguo con un blanco campanario
Cuyos repiques vespertinos resuenan aún en mis oídos.
No sé qué tierra es ésa... ni me atrevo a preguntar
Cuándo o por qué estuve, o estaré allí.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
1
Re: Howard Phillips Lovecraft
Oceanus
A veces me detengo en la orilla
Donde las penas vierten sus flujos,
Y las aguas turbulentas suspiran y se quejan
De secretos que no se atreven a contar.
Desde las simas profundas de valles sin nombres,
Y desde colinas y llanuras que ningún mortal conoce,
La mística marejada y el hosco oleaje
Sugieren como taumaturgos malditos
Un millar de horrores, henchidos por el temor
Que ya contemplaron épocas hace tiempo olvidadas.
¡Oh vientos salados que tristemente barréis
Las desnudas regiones abisales;
Oh pálidas olas salvajes, que recordáis
El caos que la Tierra ha dejado tras de sí;
Una sola cosa os pido:
Guardad por siempre oculto vuestro antiguo saber!
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
A veces me detengo en la orilla
Donde las penas vierten sus flujos,
Y las aguas turbulentas suspiran y se quejan
De secretos que no se atreven a contar.
Desde las simas profundas de valles sin nombres,
Y desde colinas y llanuras que ningún mortal conoce,
La mística marejada y el hosco oleaje
Sugieren como taumaturgos malditos
Un millar de horrores, henchidos por el temor
Que ya contemplaron épocas hace tiempo olvidadas.
¡Oh vientos salados que tristemente barréis
Las desnudas regiones abisales;
Oh pálidas olas salvajes, que recordáis
El caos que la Tierra ha dejado tras de sí;
Una sola cosa os pido:
Guardad por siempre oculto vuestro antiguo saber!
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
1
Re: Howard Phillips Lovecraft
Por donde un día paseó Poe
Divagan eternamente las sombras en esta tierra,
Soñando con siglos que se fueron para siempre;
Grandes olmos se alzan solemnes entre lápidas y túmulos
Desplegando su alta bóveda sobre un mundo oculto de otro tiempo.
Una luz del recuerdo ilumina todo el escenario,
Y las hojas muertas hablan en susurros de los días idos,
Añorando imágenes y sonidos que ya no volverán.
Triste y solitario, un espectro se desliza a lo largo
De los paseos por donde sus pasos le llevaban en vida;
Pero no es visible a los ojos de cualquiera, a pesar de que su canto
Resuena a través del tiempo con una extraña fascinación.
Sólo los pocos que conocen el secreto de su magia
Pueden encontrar entre estas tumbas la sombra de Poe.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
Divagan eternamente las sombras en esta tierra,
Soñando con siglos que se fueron para siempre;
Grandes olmos se alzan solemnes entre lápidas y túmulos
Desplegando su alta bóveda sobre un mundo oculto de otro tiempo.
Una luz del recuerdo ilumina todo el escenario,
Y las hojas muertas hablan en susurros de los días idos,
Añorando imágenes y sonidos que ya no volverán.
Triste y solitario, un espectro se desliza a lo largo
De los paseos por donde sus pasos le llevaban en vida;
Pero no es visible a los ojos de cualquiera, a pesar de que su canto
Resuena a través del tiempo con una extraña fascinación.
Sólo los pocos que conocen el secreto de su magia
Pueden encontrar entre estas tumbas la sombra de Poe.
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt
1