Lina Kostenko (Ucraniano: Ліна Василівна Костенко, 19 de marzo de 1930, Rzhyshchiv) es una poeta ucraniana. Es la principal representante de los poetas ucranianos de los sesenta conocidos como Shestydesiantnyky. Este grupo empezó a publicar durante los años 50 y alcanzó su clímax a principios de los sesenta. Considerada la referencia femenina más importante de su generación debido a su cultura universalista y a un estilo profundamente renovador, por lo cual la crítica soviética le acusó de alejarse de los valores del realismo socialista y practicar un "formalismo decadente". Es autora de los libros de poemas Prominnia zemli, 1957 (Iluminaciones de la tierra), Vytrela, 1958 (El velamen), Mandrivke cercha, 1961 (Extravíos del corazón), Nad berehame vichnoi rike, 1977 (En las orillas del río inmortal), Nepovtornist, 1980 (Lo irrepetible), Sad netanuchej skulptur, 1987 (El jardín de las esculturas indisolubles), Vebrane, 1989 (Selección). En 1979 publica Mariusia Churay, una novela en verso por la cual recibe en 1987 el Premio Nacional de las Letras Ucranianas Taras Shevchenko.
Lina Kostenko
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Lina Kostenko
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Re: Lina Kostenko
Afecto, fidelidad:
realidades inalterables.
Las crearon para nosotros, hace tiempo.
Pero nosotros...
¿Qué somos?
Más allá de encuentros accidentales.
¡Cuán amargo,
cuán amargo es este vino!
Sin embargo, debemos beberlo. Es una bella costumbre.
A él también lo crearon para nosotros, hace tiempo
¡Por nuestro encuentro!
¡Por nuestra despedida!
¡Cuán amargo,
cuán amargo es este vino!
* * * * * * *
La poesía -es mi radiografía
sobre los pulsos, ritmos y sonoridades.
Presentará nebulosidades, rarezas y manchas-
si es que se la contempla en las oscuridades.
La radiografía se estudia a contraluz-
a la luz del sol y de la conciencia.
Luego hasta su corazón se descifra con nitidez,
así como los campos de la transparencia visceral.
realidades inalterables.
Las crearon para nosotros, hace tiempo.
Pero nosotros...
¿Qué somos?
Más allá de encuentros accidentales.
¡Cuán amargo,
cuán amargo es este vino!
Sin embargo, debemos beberlo. Es una bella costumbre.
A él también lo crearon para nosotros, hace tiempo
¡Por nuestro encuentro!
¡Por nuestra despedida!
¡Cuán amargo,
cuán amargo es este vino!
* * * * * * *
La poesía -es mi radiografía
sobre los pulsos, ritmos y sonoridades.
Presentará nebulosidades, rarezas y manchas-
si es que se la contempla en las oscuridades.
La radiografía se estudia a contraluz-
a la luz del sol y de la conciencia.
Luego hasta su corazón se descifra con nitidez,
así como los campos de la transparencia visceral.
Última edición por Bizarro el 01 Dic 2012 14:21, editado 1 vez en total.
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Re: Lina Kostenko
La alternativa de las barricadas
Durante las históricas rebeliones,
sin prisas ni delirios,
con frecuencia
la gente
en las barricadas,
no discierne su significado.
Barricadas de adoquines - contra el desamparo.
Barricadas de poesía - contra la imprudencia.
Barricadas de conciencia - contra la ligereza.
En las barricadas -
no se está por la vanagloria.
Ni por capricho, ni por venganza.
Brincar - es oficio de chimpancés.
La hombría no se deja deshonrar.
Nada mundano hay en el barroco de las barricadas.
¡Lanzan la sífilis los cupidos,
cuando rehila la bala junto al oído!
Así que demoraos en el nicho,
peces atolondrados y resbaladizos,
primeramente los más excitables,
aquellos, en particular, que padecen escalofríos.
Y, en segundo lugar, que se aleje, por favor,
quien, como si fuera un bolo, teme ser derribado.
La muerte - no es una derrota.
En las batallas victoriosas
también existen los caídos.
Bajad de las barricadas, héroes hasta la primera carga,
y detened las maniobras de los filisteos.
En las barricadas tienen derecho a estar
los rebeldes,
enemigos
y enfermeros.
* * * * * * * *
Pasaje de la tormenta
Tan lejano
y de pronto -amenazante,
un enjambre de nubes ahogará el horizonte,
la tierra suspirará profundamente y con ardor
impregnando los cerezos de ozono.
Me siento destemplada,
oprimida,
amenazada,
vapores liláceos tiñen a los arbustos,
zumban los bosques,
rechinan los somorgujos del robledar,
en el firmamento se tejía un lluvia brocada.
Posó la tormenta una palpitante mano
sobre la dorada cabeza de la ira,
a mí, en cambio, nunca se me permitirá soñar
con el ciego estallido del puro apasionamiento.
La tormenta me intimida con sus truenos,
un dolor encadenado se cierne sobre zancos,
que degusten su sensación las multitudes,
mientras tú, fuerza de los elementos, -¡amas, si ama!
Amo
al extraño,
de repente -amenazante,
añoro la delgada languidez de las subscripciones,
en el telégrafo de la tempestad por encima del vacío
envío a través de la noche telegramas-relámpago.
Durante las históricas rebeliones,
sin prisas ni delirios,
con frecuencia
la gente
en las barricadas,
no discierne su significado.
Barricadas de adoquines - contra el desamparo.
Barricadas de poesía - contra la imprudencia.
Barricadas de conciencia - contra la ligereza.
En las barricadas -
no se está por la vanagloria.
Ni por capricho, ni por venganza.
Brincar - es oficio de chimpancés.
La hombría no se deja deshonrar.
Nada mundano hay en el barroco de las barricadas.
¡Lanzan la sífilis los cupidos,
cuando rehila la bala junto al oído!
Así que demoraos en el nicho,
peces atolondrados y resbaladizos,
primeramente los más excitables,
aquellos, en particular, que padecen escalofríos.
Y, en segundo lugar, que se aleje, por favor,
quien, como si fuera un bolo, teme ser derribado.
La muerte - no es una derrota.
En las batallas victoriosas
también existen los caídos.
Bajad de las barricadas, héroes hasta la primera carga,
y detened las maniobras de los filisteos.
En las barricadas tienen derecho a estar
los rebeldes,
enemigos
y enfermeros.
* * * * * * * *
Pasaje de la tormenta
Tan lejano
y de pronto -amenazante,
un enjambre de nubes ahogará el horizonte,
la tierra suspirará profundamente y con ardor
impregnando los cerezos de ozono.
Me siento destemplada,
oprimida,
amenazada,
vapores liláceos tiñen a los arbustos,
zumban los bosques,
rechinan los somorgujos del robledar,
en el firmamento se tejía un lluvia brocada.
Posó la tormenta una palpitante mano
sobre la dorada cabeza de la ira,
a mí, en cambio, nunca se me permitirá soñar
con el ciego estallido del puro apasionamiento.
La tormenta me intimida con sus truenos,
un dolor encadenado se cierne sobre zancos,
que degusten su sensación las multitudes,
mientras tú, fuerza de los elementos, -¡amas, si ama!
Amo
al extraño,
de repente -amenazante,
añoro la delgada languidez de las subscripciones,
en el telégrafo de la tempestad por encima del vacío
envío a través de la noche telegramas-relámpago.
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Re: Lina Kostenko
Muchas gracias por la información y los versos, Bizarro, conocía a la autora, pero solo de nombre, y no había leído nada. Preciosos los poemas que nos has dejado.
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