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Edward Powell era un joven de gustos exquisitos y mente elevada.
Pero su absurda tía no lo comprendía. No sólo le obligaba a quedarse en el poblacho galés donde ambos habían vivido siempre, con la amenaza de cortarle el suministro de dinero, si emprendía el vuelo hacia regiones dignas de su persona, sino que le consideraba holgazán, bajo, gordo y tonto.
La solución , por lo tanto, no podía ser más obvia: si liquidaba a su incómoda e impertinente tía, heredaría el dinero y habrían terminado sus humillaciones.
Te puedes quedar sin conversación, pero nunca te quedarás sin canciones Lemmy
Lo estoy leyendo y tiene un tono muy divertido, de momento al menos. Las divagaciones del prota sobre el pueblo de nombre impronunciable son geniales.
Por cierto ¿os acordáis de esta colección mítica de Brugera? Mi madre tenía algunos, y hace unos años sacaron esta colección de nuevo con estas mismas portadas en un coleccionable con el periódico o algo así.
Me acuerdo siempre de uno en concreto que tenía mi madre, Por amor a Imabelle de Chester Himes, supongo que por el pelo de la chica
Te puedes quedar sin conversación, pero nunca te quedarás sin canciones Lemmy
Título original: The murder of my aunt
Traductores: Ismael Attrache Sánchez y Carmen Francí Ventosa
Tapa blanda: 256 páginas
Editor: Alba; Edición: 1 (17 de enero de 2018)
Colección: Rara Avis
Idioma: Español
ISBN-10: 8490653801
Edward Powell es un solterón sin remedio, con un alto concepto de sí mismo, encantado de su sensibilidad, proclive a sentirse humillado y dudosamente perspicaz. Vive en Gales, que aborrece, en una población de nombre impronunciable, Llwll, en el caserón familiar, con la detestable tía Mildred, usufructuaria de su herencia –Edward recibe una parca asignación– y recelosa de sus sueños de independencia. Oprimido por esa hostil convivencia con una pariente caprichosa y autoritaria, y harto de la irritación que le producen tanto las chicas del servicio como los vecinos de la zona, se propone liberarse de tantos lastres maquinando accidentes para matar a su tía, cuidándose mucho de no dejar rastro.
Lo retomo, que con el mc de clásicos lo había dejado aparcado.
La tía es una puñetara de cuidado. El sobrino no es un dechado de virtudes pero ella tiene una mala leche que asusta.
No me extraña que esté pensando en liquidarla
Sigo.
Terminado y tengo que decir que la tía Mildred al final me ha caído bien mira tú.
Edward
ha resultado ser una persona pusilánime, caprichosa, malcriada e incluso algo enferma mentalmente hablando.
Los intentos por asesinar a su tía, que él nos va contando y plasmando en su diario, hacen gracia por su torpeza, y como sólo tenemos su punto de vista, pues simpatizamos con el pobre chico y nos ponemos de su lado.
Pero, ¡ay! Cuando llegamos al epílogo y es la tía la que nos cuente su versión de la historia la cosa cambia y vemos a Edward desde un nuevo prisma. Ya no lo compadecemos sino que entendemos los motivos de por qué su tía se comportaba con él de esa manera.
El final, sorprende por el giro de los acontecimientos.
Confiesa la tía que ha hecho todo lo posible por evitar la vergüenza de la familia y que el sobrino acabe en la horca así que es mejor que muera en un “accidente”.