Marsten escribió:Yo lo leí en 1991 cuando era un adolescente y me gustó.
Con todo, Richard Laymon me sigue gustando si no le pides más que historias extremas, tipo serie B, y divertimento.
Eso es lo que buscaba en un libro como éste pero no lo he encontrado, por lo que no me ha acabado de gustar
Para comenzar, la sinopsis es algo engañosa. A lo largo de la novela tenemos dos historias paralelas en un principio casi independientes por completo (salvo algún mínimo detalle) y que ya casi hacia el final del libro se acaban relacionando. Una de ellas son las películas estilo snuff que proyectan en el cine entre película y película; y la otra, la estrambótica relación de pareja de los dos protagonistas, Connie y Dal, cada uno con su respectivo amante. Y, al contrario de lo que pueda parecer por la sinopsis, es esta segunda historia la que tiene más peso a lo largo de la novela.
La parte más "terrorífica", la de las películas que proyectan (protagonizadas por un tal Schreck, no confundir con el ogro verde de Dreamworks
), me esperaba que fueran algo más extremas, más gore. Sí que hay alguna escena de sangre y vísceras, pero encuentro que son muy "lights". Además, son muy breves, están narradas demasiado rápido, sin llegar a desarrollarlas lo que debería.
Le dan de comer sopa a una de las "protagonistas" de una de las películas, oh, descubre que está hecha a partir de carne humana, se atranganta y muere. Pim, pam. |
Y tras leer algunos comentarios por la red, en cuanto a las escenas de sexo, iba con el temor de que fueran muy desagradables, pero no me lo han parecido. Creo que son bastante normalillas y, como en las de gore, Laymon no se entretiene mucho en ellas y las ventila rápido.
Quizá es que me he acostumbrado a escenas más duras, pero en general no me ha parecido un libro tan extremo como pensaba que poder ser por lo que había leído por ahí.
A su favor, he de decir que es entretenido y que se lee rápido y siendo tan corto, en un par de días te lo ventilas
De todas formas, tengo entendido que Laymon tiene obras mejores. Si consigo alguna de ellas, le daré una segunda oportunidad.