He leído el primer acto.
Lo que más me ha llamado la atención no es el argumento en sí, una pareja que sufrió la desgracia de
la muerte de su hija, pero de la que no encontraron el cuerpo, lo que hace que la madre siga esperando el retorno de su hija, y la amistad con un viejo cojo que también tiene un sueño, aunque más prosaico, que lo quiera una mujer. |
Lo que realmente me ha sorprendido es la actualidad del entorno en que se desarrolla, pero en vez del tono cómico de ¡Aquí no paga nadie! de Darío Fo, encontramos un tono realmente trágico, y si nos fijamos algunos pasajes concretos parece que fueron escritos ayer y no hace más de 30 años.
Rufina le pide a Rosa que le escriba algo en un retal, y le pregunta que qué quiere que ponga, y le dice:
- Rufina.- Pues...que tengo tres hijos, que mi marido está parado desde hace dos años, que por favor nos socorran..., y cualquiera otra cosa que sea de más lástima.
(...)
- Rosa.- ¿Lo sabe su marido?.
- Rufina.- Se lo dije anoche y la tuvimos. Pero no me lo puede prohibir porque él no trae dinero. Y esta mañana se ha largado como siempre a buscar chapuzas, echando culebrones por la boca.¡Y yo tengo que ver lo que pongo en el puchero!(...).
- Dionisio.- ¿Qué oficio tiene su marido?
- Rufina.- De la construcción.
- Dionisio.- ¿No cobra el subsidio de desempleo?
- Rufina.- Dieciocho meses lo cobró. Después lo quitan, y sin él llevamos cuatro meses a base de acelgas y arenques.
No sé si os suena...
Y así hay varios pasajes más, en que retrata una situación que no ha cambiado demasiado en España por desgracia.