Leopoldo Alas

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... ¡eres tú!

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madison
La dama misteriosa
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Leopoldo Alas

Mensaje por madison »

Edito foto y biografia Julia
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Leopoldo heredó su nombre de su tío abuelo, Clarín, autor de La Regenta. En la sangre llevaba la inquietud por las letras, y ya desde muy joven, en los agitados años ochenta madrileños, comenzó a publicar libros de poemas y cuentos. Ha dejado títulos como Africa entera tocando el tam tam, Descuentos, La condición y el tiempo, La posesión del miedo, Concierto del desorden, El extraño caso de Gaspar Ganijosa, La orgía de los cultos, Hablar desde el trapecio u Ojo de loca no se equivoca.

Colaborador y articulista en diferentes medios, también dirigió entre 1987 y 1992 la revista de poesía Signos, informa Efe. Entre sus obras de teatro se encuentran Ultima toma o La pasión de madame Artú, además de libretos de ópera como Sin demonio no hay fortuna y Estamos en el aire.


MI OLOR A TI

Toda mi ropa huele a cuando estabas
sería al abrazarte-no lo entiendo-
o que estuviste cerca y se quedó prendido.
si arrimo mi nariz al hombro o a la manga,
te respiro.
Al ponerme la chaqueta, en la solapa,
y en el cuello de un jersey que no abriga.
aroma de placer, de feromonas,
de recostarme en ti mientras dormías.
Por mucho que la lave, mi ropa lo conserva:
es un perfume dulce que me alivia
como vestir mi carne con tu piel.
Y está durando mas que mi recuerdo.
Tu rostro en mi memoria se disipa,
casi puedo decir que he olvidado tu cuerpo
y sigo respirandote en las prendas
que, al tiempo que me visten, te desnudan.
Pero la ropa es mía.
De tanto olerte en mí, tu olor es mío
fue siempre de mi cuerpo, no del tuyo,
de un cuerpo que lo tengo a todas horas
para quererlo entero como jamás te quise
y olerlo de los pies a la cabeza.
Es el olor de todas mis edades,
del niño absorto y puro
del claro adolescente eléctrico y espeso,
de un joven con insomnio que soñaba
fantasmas del amor, y es también el olor
que al transpirar mis sueños
dejaron en las sábanas.

Quién sabe tú a qué aspiras sin este efluvio mío,
si mi esencial fragancia.
Estando en compañía, serás siempre la ausente
igual que si te fueras o no hubieras llegado.
Pues no olerás a nada, no dejarás recuerdo
ni podrás despertar auténtico deseo
ni embalsamar las yemas de los dedos
que un día te acaricien
con un perfume físico y concreto.
Serás para el olfato de los otros
como un espejo para los vampiros.
Y yo te atesoraré con más fe que codicia
este perfume dulce de mi cuerpo
que descubrí contigo
Si quieres, respiralo de nuevo.
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julia
La mamma
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Re: Leopoldo Alas

Mensaje por julia »

APOCALIPSIS

Sociedad de náufragos que exhiben sus naufragios.
Enjambres de pequeños egos
o máquinas de reclamar afecto.
Con una sed obscena de protagonismo
el hombre masa proclama
a la desesperada su individualismo.
Demasiados mensajes
como para leer ni tan sólo uno de ellos.
No existe el receptor de tantos emisores.
Al menos las plegarias se las hacían a un Dios.
Pero no hay público para tanto artista
ni penitencia posible para tantas confesiones.

¡Si nos dejaran descansar a los unos de los otros!
Cuánta paz encuentro en recogerme y en aislarme
de esa red de intromisiones constantes: por la calle,
en las pantallas, al teléfono.
Bajo a buscar provisiones y enseguida vuelvo a casa.
Fuera hay demasiadas vanidades,
un exceso de sujetos sin objeto.
Dentro puedo no hacer, no pensar,
no preguntar ni responder,
ni mostrarme ni ocultarme.
Entre estas paredes, que son más de cuatro,
puedo no explicarme nada ni explicárselo a nadie.
Puedo descansar de los sentimientos y del deseo.

Me agotan las agonías
de tantas personas insustanciales
y me rompe la dolorosa manía
que tienen nuestros mejores amigos
de morir de uno en uno.
Ahora sabemos que nadie vendrá a rescatarnos.


Leopoldo Alas (inédito)
12 de febrero de 2008



DEL MIEDO


El miedo es una potencia cómica.
Me hace temblar en un pasillo
por el que voy dichosamente a tientas
para no despertarle,
con gracioso patetismo,
abismado en mi cuerpo.

El miedo es el humor de la carne.
Por dentro es una fiebre
de pesadillas sin cuento,
un terror a la vida.
Por fuera es una broma.
Y es un prodigio haberlo perdido:
por la gracia de sentir
que soy ajeno a mí mismo.

Del poemario PRIMER CONCIERTO DEL DESORDEN,
Ediciones del 4 de agosto. Colección Planeta
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