Fecha de publicación: 19/06/2012
304 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-233-2781-2
Código: 10008593
Formato: 14,5 x 22,7 cm.
Lomo 229
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Imago Mundi
Traductor: Lorena Silos Ribas
Divulgación periodística en la que se echa de menos un prólogo en que se explique el funcionamiento de los genes y cómo funcionan para dar algo de sentido a todo lo que viene detrás, ya que queda como un conjunto de estudios deslavazados cuyo único punto de unión es que algún científico intentó explicar una enfermedad mediante genes y otro demostró que no era así y que lo que tenía mas influencia era el ambiente.Planeatdelibros escribió:Cada vez está más extendida la opinión de que nuestra biología determina lo que somos. Que tener el gen de la diabetes, o del cáncer, o de la obesidad nos hace más propensos a padecer cada una de esas patologías. Los medios de comunicación, ávidos de titulares, favorecen esa tendencia. Al fin y al cabo, si los genes son culpables de la adicción al tabaco, de la torpeza al volante o de la alopecia eso hace inevitable que fumemos, abollemos más nuestro coche o seamos calvos, y no hay nada que podamos hacer al respecto, ¿verdad?
En realidad, sí que lo hay. Tal como demuestra Jörg Blech, los últimos descubrimientos científicos ponen de manifiesto precisamente lo contrario: somos responsables de nuestros genes. Nosotros, y lo que nos ocurre a lo largo de la vida. El afecto recibido durante la infancia, lo que comemos, si hacemos ejercicio o cultivamos el intelecto son cuestiones que determinan lo que somos, afirma Blech, en mayor grado que la herencia genética.
Las sustancias adictivas y la contaminación, pero también las experiencias, los sentimientos y las relaciones, dejan huellas biológicas en las neuronas y determinan cómo se encuentran nuestras psiques. Del mismo modo, las personas que realizan ejercicio, comen fruta y verdura en abundancia, no fuman y consumen alcohol con moderación prolongan su vida una media de catorce años.
Tiene el problema añadido de una traducción así-así, hasta que caí en la cuenta que por impresión genética probablemente se refiriese a expresión genética, salpicada de errores como el de coeficiente intelectual por cociente u olvidarse que los gemelos dicigóticos en español son mellizos.
Lo mejor del libro es la promoción del tratamiento holístico de la enfermedad, escuchando al paciente y dándole lo que pide, aunque sea mediante efecto placebo. Lo peor es empezar hablando de epigénetica sin nombrarla y luego pasar a nombrarla sin haberla llegado a explicar en qué consiste.
Y como agrónomo, siempre me sorprende cómo los científicos han olvidado las diferencias entre fenotipo y genotipo que, oh, sorpresa, vienen marcadas no solo por la dominancia o no de un gen, sino por el ambiente.