Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedetto

Narrativa española e hispanoamericana

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guille
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Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedetto

Mensaje por guille »

Zama; El silenciero; Los suicidas
Antonio Di Benedetto

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Nº de páginas: 496 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editoral: EL ALEPH. 2011
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788476699843
El Aleph Editores reúne por primera vez en un único volumen Zama, Los suicidas y El silenciero, las tres novelas de Antonio Di Benedetto (1922-1986), que juntas forman una trilogía sorprendente (Trilogía de la espera).

Antonio Di Benedetto es el último gran escritor argentino del siglo XX que queda por descubrir en España. De él dijo Jorge Luis Borges: «Ha escrito páginas esenciales que me han emocionado y que siguen emocionándome».

El escritor Ricardo Piglia abunda en la grandeza de Di Benedetto cuando afirma: «La prosa de Antonio Di Benedetto está a la altura de la prosa de Borges: los dos estilos son antagónicos pero también son perfectos. La publicación en un único volumen de la trilogía de Di Benetto debe ser recibida como una fiesta y una celebración: leídas como una sola novela, las tres obras reafirman la unidad del proyecto narrativo de un escritor excepcional».

Juan José Saer, uno de los primeros en detectar la afinidad entre estos tres libros, afirma en el prólogo del volumen que Zama (1956), El silenciero (1964) y Los suicidas (1969: «constituyen uno de los momentos culminantes de la narrativa en lengua castellana del siglo xx. Di Benedetto es uno de los pocos escritores argentinos que ha sabido elaborar un estilo propio, fundado en la exactitud y en la economía».

«Admirado por Bolaño, Saer, Cortázar, su prosa parecía venir de ninguna parte y estar escrita para nadie. Fue un escritor radicalmente singular, único. Un genio del lenguaje. Quien lo lee nunca se olvida del cadáver de un mono que va y viene en Zama. En esa novela construyó una obra maestra sobre el tema de la espera». Enrique Vila-Matas

«La obra de Di Benedetto tiene la belleza y la contundencia de un clásico, pero también los atributos de un libro secreto». Sergio Chejfec
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guille
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Re: Zama - El silenciero - Los suicidas. Antonio Di Benedet

Mensaje por guille »

Encontré una reseña de este libro por pura casualidad. No tenía ni la menor idea de la existencia de este autor, pero como me pasa con algunos libros, ha sido un amor a primera vista que, lamentablemente, tardaré algo en consumar (la lista de pendientes es demasiado larga).

La reseña es la siguiente:
Zama es otra novela sobre la espera. Digo otra porque de gente que espera y mientras espera no hace otra cosa que criar su propio cadáver está la literatura llena. Diego de Zama se hilvana a su sino absurdo tan inhábilmente como K., el de El castillo de Kafka. Ustedes me disculparán el atrevimiento, pero castillo en checo es Zamak, y yo no creo en las casualidades, menos cuando Zama anda tan enredado y sin poder acceder a los poderes que lo saquen de su estancamiento como el otro. Pero la de K. es otra historia y otro libro y otro personaje enamorado del muro contra el que se da chocazos en vez de darse media vuelta y dedicarse a otra cosa mariposa, y ahora somos Diego de Zama y estamos en el Paraguay, en el siglo XVIII, esperando barcos que no llegan, nombramientos que se retrasan, sueldos que no se pagan, mujeres hermosas que no se dejan amar o mejor dicho toquetear, esperando que nos nazcan unas ganas de vivir o de embarcarnos y cruzar el territorio que nos separa de alguna cosecución.

Zama es la historia de un señor al que le gusta quedarse a la deriva, que espera que lo vengan a sacar de su ensimismamiento y su podredumbre (eso no pasa casi nunca a no ser que uno sea Telémaco) y adopta ese mimetismo que como él dice es la defensa de las bestias. Zama se volvería polvo o nube o cadáver de mono o tardecita en el patio hasta desaparecer mientras se revuelve en el horror del absurdo y de las ganas de no ocuparse de nada y echarse a morir y descansar para siempre el acogedor y dilatado silencio. Pero todo se le queda siempre en lo imaginario o en lo irresoluto o en la ruina. Apuesta a las carreras de caballos y lo pierde todo; para recuperar algo de lo perdido vende su caballo y su caballo gana todas las carreras en las que él no apuesta porque no le tiene confianza, un poco así como el caballito de su alma y de su vida. Zama va de desaparición en desaparición, hasta que ya no le queda nada por desaparecer y entonces. Entonces leeros el libro.

Lo que más me gusta del libro: el Paraguay de fondo y la forma de escribir de Di Benedetto que es seca y urgente y precisa y, cuando se deja, luz de vela bailarina tras la ventana.

Por fuera del libro:

Antonio Di Benedetto se encerró durante casi un mes (sus vacaciones del periódico) en una casa vacía para escribir Zama, que se publicó en el 56. Los militares lo encerrarían veinte años más tarde durante un año y medio, y entre tortura y tortura, le escribía a una amiga, en forma de sueños contados por carta, los cuentos de Absurdos. Con el adelanto que le dio su editor cuando salió de la cárcel dejó el periódico y se exilió un rato en España y otros ratos en otros lados. Si podéis, leeros Los suicidas, Caballo en el salitral y en general todos sus cuentos, porque Di Benedetto ocupa junto con Silvina Ocampo y Macedonio Fernández el podio de mis escritores argentinos fuera del tiesto predilectos.

Loulou Lee
Última edición por guille el 13 Jun 2014 11:55, editado 1 vez en total.
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madison
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

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Oye, que sí, que me interesa y mucho este libro, o eso creo...
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

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Bueno, cuando estés segura y además te apetezca ya me dices algo.

(Por cierto, tengo ya en capilla la novela aquella de Simenon de la nieve sucia)
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mar67
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por mar67 »

Hola Guille y Madison, Zama es una de las mejores novelas que he leído. Se las recomiendo fervorosamente y ojalá a partir de este hilo muchos foreros la lean porque tiene una prosa muy especial, se destaca.
Saludos!
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

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Ya te diré mar, no tardaré demasiado en leerla, me atrae mucho.
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madison
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por madison »

Por mi, en cuanto encuentre el libro, nos podemos poner a la faena.

Gracias mar67 :hola:

guille, estoy impaciente a ver qué te parece La nieve está sucia
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por guille »

Bueno, yo tengo dos entre manos, un montón de pendientes, así que no tengo prisa, ya me dirás.

Y ya te diré qué me parece el de Simenon, no sé cuando, pero todo llegará.
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por guille »

Madison, no he podido evitar acudir a su llamada... y es que la moza es muy persuasiva cuando quiere.

Vamos, que la he empezado.
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

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ZAMA

Empecemos por lo fácil. La novela tiene una prosa extraordinaria, original, que me ha sorprendido primero y seducido completamente después. Tardé algo, no mucho, en acompasarme a su ritmo, en acostumbrarme a su estructura de frases y párrafos, en disipar mi confusión al atacar ese texto que, narrado en primera persona, parecía un diario donde los acontecimientos se iban superponiendo unos a otros sin ligazón aparente, escenas sueltas, algunas pequeños relatos en sí mismos, que poco a poco me iban descubriendo al narrador y protagonista del relato, Don Diego de Zama, y transmitiéndome el color y la textura de su discurso.
“Yo era un tenaz fumador. Una noche quedé dormido con un tabaco en la boca. Desperté con miedo a despertar. Parece que lo sabía: me había nacido un ala de murciélago. Con repugnancia, en la oscuridad busqué mi cuchillo mayor. Me la corté. Caída, a la luz del día, era una mujer morena y yo decía que la amaba. Me llevaron a prisión.”
Siguiendo con la parte fácil, la trama versa sobre un asesor letrado que en un largo y entrecortado soliloquio nos relata la espera a la que se ve obligado a sufrir en una ciudad de segunda de la América colonial hasta que el rey se avenga a concederle su anhelado destino en donde poder reunirse por fin con su mujer. Esa larga espera, complicada con problemas económicos y cosquilleos retozones…
“Esa noche soñé que por barco llegaba una mujer solitaria y sonriente, sólo para mí, necesitada de mi amparo, que se confiaba a mis brazos y mezclaba con la mía su ternura. Pude precisar su rostro, gentil, y un vello rubio que le hacía durazno el cuello y me ponía goloso.”
…, enfrenta a este hidalgo de medio pelo consigo mismo, obligándole a encarar culpas y autodecepciones. Zama es un Oblomov antipático, incapaz de encauzar su vida…
“Ahí estábamos, por irnos y no.”
… y siempre presto a salvar su culo aunque ello conlleve descarrilar la vida de los demás.

Ese enfrentamiento con el hombre que en realidad es deviene en corrupción, en un agua estancada que propicia el nacimiento de todo tipo de bichos malsanos que, en un medio como es la pobreza, las penurias económicas y el fracaso en sus empresas, se desarrollan con prontitud deviniendo en delirio y fiebres que confieren al relato un cierto tono onírico.
“Me pregunté, no por qué vivía, sino por qué había vivido. Supuse que por la espera y quise saber si aún esperaba algo. Me pareció que sí.”
Y aquí viene la parte más difícil. La sintaxis del lenguaje que obliga muchas veces a releer en busca de más puntos de apoyo y que a medida que avanza la degradación del protagonista se va volviendo más y más lacónico hasta hacerse en ocasiones oscuro de tan condensado; la mezcla que termina produciéndose de ensueños, desvaríos y alucinaciones con esa realidad siempre sospechosa tanto en cuanto la conocemos a través de los pensamientos del infeliz protagonista; el simbolismo y el uso de imágenes que recorren toda la novela y que mi pésimo bagaje cultural me impide abordar la interpretación con seguridad: todo ello, digo, me hace sospechar que muy posiblemente no haya más que arañado parte de lo que la obra lleva dentro… y ¿sabéis una cosa? Eso también es parte del éxito que la novela ha tenido conmigo, aunque lo principal haya sido, naturalmente, la forma en la que me ha encandilado su peculiar estilo.
“Europa, nieve, mujeres aseadas porque no transpiran con exceso y habitan casas pulidas donde ningún piso es de tierra. Cuerpos sin ropas en aposentos caldeados, con lumbre y alfombras. Rusia, las princesas… Y yo ahí, sin unos labios para mis labios, en un país que infinidad de francesas y de rusas, que infinidad de personas en el mundo jamás oyeron mentar; yo ahí, consumido por la necesidad de amar, sin que millones y millones de mujeres y de hombres como yo pudiesen imaginar que yo vivía, que había un tal Diego de Zama, o un hombre sin nombre con unas manos poderosas para capturar la cabeza de una muchacha y morderla hasta hacerle sangre.”
A pesar de las inmensas ganas de seguir leyendo al autor, dejaré que transcurra un tiempo prudencial para dar tiempo a mi inconsciente a que trabaje el texto y me vaya preparando para poder abordar con más soltura las otras dos novelas que completan la edición del libro: El silenciero y Los suicidas. Aunque no debería preocuparme mucho el tema; como el propio autor comentó dijo una vez:
"Resuelva de una o más maneras, igual o distinto a mí, quien me lea. Que el libro no termine con la lectura de la letra, que lo mío sea un estímulo de aptitudes creadoras de los otros y, a su merced, vaya más lejos de donde yo pude llevarlo."
Sin duda, para mí, de ahora en adelante, uno de los grandes.
Última edición por guille el 04 Jul 2014 12:07, editado 1 vez en total.
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madison
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por madison »

Ayy no me enteré!!! :oops:
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

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EL SILENCIERO
“Anoche ha venido el gran gato gris de mi Infancia.
Le he contado que me hostilizaba el ruido.
Él ha puesto en mí, lenta e intensamente, su mirada animal y compañera.”
Hace poco hablé de Zama como una de las enormes sorpresas que la literatura me había deparado este año (junto a Simenon y Munro), ahora le toca a El silenciero, segunda novela de las tres que El Aleph publica en su tomo subtitulado Trilogía de la Espera.

Superado el factor sorpresa, le sustituye la gratificante confirmación del placer que me supone leer a este autor. El lenguaje ha cambiado, ya no estamos en la América colonial sino en los años 50 "o su después", pero el estilo permanece, el paralelismo temático también es claro y la calidad altísima. Estoy, por tanto, muy de acuerdo con Saer, que prologa la edición, en la unidad que conforman estas dos obras. No tardaré mucho en comprobar si cantamos bingo con la tercera del volumen.

El estilo peculiar que encontramos en Zama, sin semejanza con nada de lo que había leído con anterioridad, está aun más depurado en esta obra: frases cortas que terminan en punto y aparte, lacónicas, esqueléticas, tanto que dan una impresión de burocracia, de discurso administrativo, técnico y que, en un arte de birlibirloque, consigue transmitir admirablemente las sensaciones de angustia, de dolor, de amor, de ternura. Con un extraño lirismo nos narra escenas también esquemáticas que en ocasiones se unen sin transición (será en homenaje al silenciero que el silencio solo pueda romperse con lo esencial).
“La dimensión de la llanura invita a desoír la ciencia y atenerse a la engañosa evidencia de la que Tierra es una vasta superficie plana.

Sobre uno de sus bordes, el sol parece tolerar la lentitud del auto que nos lleva, y decirnos: sin prisa. No me descolgaré todavía, les daré mi luz para que lleguen.

Por entretenerse durante la demora, juega a pintarse de rojo y desparrama pintura alrededor y hasta muy lejos.

El pueblo, de ladrillos colorados y mallas de alambre como cierre, se deja penetrar - por el autito -, sin perturbarse.”
En Zama era la situación de demora de la vida, de la eterna espera de aquello que no acaba de llegar y que entorpece vivir. En este caso, es el ruido lo que impide a nuestro protagonista ser el que debe ser. Da igual, en ambos es el hombre que, incapaz de manejar su vida, inventa obstáculos insalvables, construye molinos de viento que le sirvan de excusa y a los que se enfrenta impotente. Esa excusa acaba por llenar su vida vaciándola (hay otra lucha, otro personaje, quizás demente, seguramente demente, que actúa y pierde, que persigue y no encuentra; no hay escapatoria para Benedetto si es lo que te ha tocado).
“¿cómo pueden ignorar lo esencial, que el error se halla incorporado a la raíz del hombre?”
La primera parte me gustó incluso más que Zama; la segunda, donde se nos narra el desvarío, la espiral de desmoronamiento, menos; el conjunto, ligeramente menos.
"La noche fue silencio. Precedió el silencio a la creación. Silencio era lo increado y nosotros los creados venimos del silencio. De silencio fuimos y al polvo del silencio volveremos. Alguien pide: que pueda yo recuperar la paz de las antiguas noches y se le concede un silencio vasto, serenísimo, sin bordes. El precio es su vida."
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

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LOS SUICIDAS

Nada puede ser más grande para un lector que sentir que lo escrito nos está especialmente dirigido, que el autor nos presiente mientras escribe. Indispensable para ello es la conjugación de forma especialísima del tema tratado, que te pellizque en lo íntimo, y la forma de tratarlo, un guiño cómplice y exclusivo detrás de cada párrafo, casi de cada frase. Esto es lo que siento al leer a Di Benedetto. Todo lo que a partir de aquí pueda añadir realmente sobra, pero por qué no decirlo.

Tercera entrega de la Trilogía de la Espera y el mismo estilo, personalísimo, genial y con esa erótica contradicción entre la aridez de la forma y la sensibilidad del fondo que sugiere, suscita, inspira, muchísimo más de lo que enseña. Una narrativa construida a base de breves escenas, de escuetos diálogos, de lacónicos pensamientos o reflexiones y, nuevamente, de lo que pudieran haber sido (o son) micro-relatos fantásticos.
“Mi hermanito, el Bebe, se suicidó. Yo lo quería mucho, pero no lo extraño, porque él no sabía hablar, ni caminaba, ni nada, aunque le faltaba poco para cumplir los seis meses. Él y mi otro hermano, el que vive, nacieron juntos, eran mellizos. Dice mi mamá que ella se acostumbró a darle el pecho primero a uno y después a otro, y que el primero era el que vive porque lo ponía a la izquierda. El otro, el Bebe, cuando le tocaba mamar no quería y dejó de tomar la leche y murió de hambre. Que fue porque no lo atendía primero, dice mi mamá, pero cuando ella se dio cuenta ya era tarde. El doctor dijo que el Bebe se suicidó y mi papá le contestó que era una gran desgracia, pero que él estaba acostumbrado porque en la familia ya otros se habían matado. Yo mismo lo oí y no me lo contaron".
Si en el silenciero resaltaba la frase “¿cómo pueden ignorar lo esencial, que el error se halla incorporado a la raíz del hombre?”, en esta nueva entrega el autor nos insiste: “Destruirse a sí mismo es privilegio de la absurda condición humana”.

Próximo a alcanzar la edad en la que su padre se suicidó y buscando quizás la comprensión para la que su herencia podría haberle dotado ("Doce, doce suicidas hubo ya entre los nuestros… con mi padre, que todavía no entraba en la cuenta de mi abuelo, los suicidas suman 13”), el jefe de nuestro protagonista le encarga un trabajo periodístico. A esta investigación sobre ciertos suicidios se añaden otros dos planos en la novela: la búsqueda de las razones que pueden llevar al ser humano a adelantar el inevitable final o a prolongar la espera, con un repaso sucinto y de forma telegráfica de lo dicho por un buen puñado de autores, por un lado, y el enfrentamiento del protagonista con su vida, con las mujeres, con su familia y sus trece suicidios, por el otro.

Si en las dos novelas anteriores encontramos a seres angustiados, atormentados, pero que, a pesar de todo, luchan, esperan, aunque sea de forma impotente, aunque con ello ahonden más en su derrota, en esta tercera entrega de la Trilogía, el autor plantea la gran pregunta, la única de verdad importante si hacemos caso a Camus: “la cuestión no es por qué me mataré, sino por qué no matarme”, las razones de la espera.

Y la respuesta del autor y del personaje es…
¿Pero qué esperábais? ¿Qué respuesta va a haber, por dios bendito? El arte no da respuestas. Una novela es buena si acompaña.
La tristeza de haber terminado la trilogía se atenúa con la alegría de sus cuentos completos por leer. Esperemos.
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Melinoe
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por Melinoe »

Me recomendaron Los suicidas alguna vez, pero lo había olvidado por completo. Voy a tratar de comprar esta trilogía.
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guille
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Re: Zama / El silenciero / Los suicidas - Antonio Di Benedet

Mensaje por guille »

Tras lo dicho, no se me ocurre nada más para terminar de animarte (si no te gusta, cuidado con lo que dices que yo todavía tengo pendiente de leer y comentar el de Lispector... y soy muy vengativo 8) )
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