Poesía reunida
Editorial: Editorial Lumen
Páginas: 270
Año: 2014
Precio: 22.90 €
Traductor: Damián Alou y Marcelo Cohen
EAN: 9788426422606
Philip Larkin es uno de los poetas capitales del siglo XX. Su tono mordaz y conversacional, su mirada inclemente, donde se reflejaba de una emoción honda pero siempre contenida, así como su espíritu urbano, su peculiar sentido del humor y su capacidad para detectar las miserias de la sociedad contemporánea, le han convertido en uno de los poetas más leídos de todos los tiempos, favorito incluso de lectores poco habituados a la poesía.
En este volumen se reune, por primera vez en castellano, el cuerpo esencial de la poesía de Larkin, desde Engaños, el primer libro en que dominó su voz, pasando por Las bodas de Pentecostés y Ventanas altas, quizá sus dos obras maestras, hasta algunos poemas finales y dispersos, como el estremecedor "Albada", una de las d espedidas más lúcidas que jamás se han escrito.
Poesía reunida.-Philip Larkin
Moderadores: Tessia, lunallena
Re: Poesía reunida.-Philip Larkin
XXIV
Amor, debemos separarnos: que no sea
terrible ni amargo. En el pasado
hubo demasiada luna y autocompasión:
dejemos que esto termine así: nunca antes el sol
atravesó el cielo de manera más intrépida,
nunca antes los corazones tuvieron más ganas
de ser libres, de acabar con mundos y devastar bosques;
tú y yo ya no los llevamos; somos cáscaras que miran
cómo el grano se emplea para un uso diferente.
Hay arrepentimiento, siempre hay arrepentimiento.
Pero es mejor que nuestras vidas se desaten,
como dos barcos llevados por el viento, húmedos de luz,
partiendo del estuario con sus cursos ya fijados,
y que saludándose se distancian, y se pierden de vista a lo lejos.
No lo conocía.
Gracias, Madison
Amor, debemos separarnos: que no sea
terrible ni amargo. En el pasado
hubo demasiada luna y autocompasión:
dejemos que esto termine así: nunca antes el sol
atravesó el cielo de manera más intrépida,
nunca antes los corazones tuvieron más ganas
de ser libres, de acabar con mundos y devastar bosques;
tú y yo ya no los llevamos; somos cáscaras que miran
cómo el grano se emplea para un uso diferente.
Hay arrepentimiento, siempre hay arrepentimiento.
Pero es mejor que nuestras vidas se desaten,
como dos barcos llevados por el viento, húmedos de luz,
partiendo del estuario con sus cursos ya fijados,
y que saludándose se distancian, y se pierden de vista a lo lejos.
No lo conocía.
Gracias, Madison
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Re: Poesía reunida.-Philip Larkin
Amanece otra vez
en las calles,
Y de nuevo somos dos desconocidos;
De volver a encontrarnos
¿cómo podré decirte que
la última noche viniste,
de sorpresa, como en un sueño?
Y cómo olvidar
que gastamos el amor de buena gana,
hablando sin parar
como los amigos, como sólo llegarán a serlo
quienes hayan dejado morir la pasión en sus corazones.
Ahora, mientras contemplo el crepúsculo
me pregunto cómo pudo el amor
venir a ponerse en sueños, si las veces que nos vimos
puedo contarlas con los dedos de una mano
Paloma, es uno de los poetas que mas me gustan
en las calles,
Y de nuevo somos dos desconocidos;
De volver a encontrarnos
¿cómo podré decirte que
la última noche viniste,
de sorpresa, como en un sueño?
Y cómo olvidar
que gastamos el amor de buena gana,
hablando sin parar
como los amigos, como sólo llegarán a serlo
quienes hayan dejado morir la pasión en sus corazones.
Ahora, mientras contemplo el crepúsculo
me pregunto cómo pudo el amor
venir a ponerse en sueños, si las veces que nos vimos
puedo contarlas con los dedos de una mano
Paloma, es uno de los poetas que mas me gustan
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Re: Poesía reunida.-Philip Larkin
Cuando veo a una pareja de jóvenes
y adivino que él se la tira y que ella
usa un dispositivo o toma pastillas,
sé que ése es el paraíso
que todo viejo ha soñado a lo largo de su vida.
Gesticulaciones y ataduras dejadas a un lado
como una anticuada segadora,
y cada joven deslizándose por una larga pendiente,
hacia la felicidad. Dudo que si alguien
me hubiese visto hace cuarenta años
habría pensado: esto debe ser la vida;
ya no hay Dios, ni exudaciones en la oscuridad
por el infierno y todo eso, o la necesidad de ocultar
lo que piensas sobre el cura. El y los suyos
se deslizarán por la pendiente como libres
pájaros miserables. Y de inmediato, aún sin palabras,
llega el pensamiento de las ventanas altas:
el sol retenido en los vidrios, y más allá
el aire profundo y azul, que nada muestra
y que no tiene término ni lugar.
y adivino que él se la tira y que ella
usa un dispositivo o toma pastillas,
sé que ése es el paraíso
que todo viejo ha soñado a lo largo de su vida.
Gesticulaciones y ataduras dejadas a un lado
como una anticuada segadora,
y cada joven deslizándose por una larga pendiente,
hacia la felicidad. Dudo que si alguien
me hubiese visto hace cuarenta años
habría pensado: esto debe ser la vida;
ya no hay Dios, ni exudaciones en la oscuridad
por el infierno y todo eso, o la necesidad de ocultar
lo que piensas sobre el cura. El y los suyos
se deslizarán por la pendiente como libres
pájaros miserables. Y de inmediato, aún sin palabras,
llega el pensamiento de las ventanas altas:
el sol retenido en los vidrios, y más allá
el aire profundo y azul, que nada muestra
y que no tiene término ni lugar.
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