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Jardín, cenizas - Danilo Kis
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Jardín, cenizas - Danilo Kis
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La chelista indecorosa La Juana la Loca nórdica
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
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Re: Jardín, Cenizas – Danilo Kis
Una novela basada en los propios recuerdos del autor y de la que una parte muy importante está dedicada a la figura paterna.
Los recuerdos de Danilo están llenos de olores, de miedo, de hambre pero también de ternura y poesía. Asistimos a la decadencia de la familia, en parte por las circunstancias reinantes en la Europa que les tocó vivir, máxime siendo Eduard Scham judío; mas también por la personalidad estrambótica y desequilibrada del padre, que hizo de la escritura de un horario-guia de ferrocarriles la razón de su existencia y hasta pidió excedencia en el trabajo para dedicarse de pleno a ello, lo cual tuvo como consecuencia que la familia se arruinó:
"... y los lexicones fueron remplazados por estudios alquímicos, antropológicos, [...] zoológicos y zoogeográficos. Las notas a pie de página o los signos ideográficos en forma de cruz, de media luna o de estrella de seis puntas, habían sido remplazados por páginas enteras de una escritura pequeña; las abreviaciones se habían convertido en párrafos, los párrafos en capítulos, y la idea original de combinar un horario de trenes con una guía turística pronto resultó ser tan sólo una pequeña y provocativa célula reproductora que se dividía como un organismo primitivo, siguiendo una progresión geométrica. De esta forma de lo que una vez fuera el Horario de transportes por carretera, marítimos, ferroviarios y aéreos no quedó más que un capullo seco, un signo ideográfico, un gran paréntesis y una abreviación, y las anotaciones al margen y a pie de página engulleron esta menuda e inestable construcción utilitaria que aparecía casi invisible y del todo accesoria sobre el mapamundi de colores de las esencias, y este tema inicial inventado y abstracto no representaba más que las tenues líneas de los meridianos y de los paralelos sobre esta enorme construcción de unas ochocientas páginas sin interlineado"".
Eso les llevó a cambiarse de casa en varias ocasiones hasta que terminaron viviendo en una chabola junto a la vía del tren. Los recuerdos de esa etapa son conmovedores:
"Porque aquel año que pasamos al lado del terraplén ferroviario, en la época de la total derrota de mi padre, la lejanía significaba para nosotros no sólo un remoto destello lírico, sino también el catártico y útil pensamiento de la huida, la salvación del miedo y del hambre. Y el pensamiento de la huida sólo aumentaba nuestro vértigo: nos pusimos a vivir en nuestra habitación como en el compartimiento de un tren. Por supuesto, la idea surgió de mi padre. Guardábamos nuestra ropa en maletas y bebíamos té del termo. En ausencia de mi padre, pasábamos todo el día dormitando, los unos al lado de los otros, detrás de las cortinas corridas, envueltos en mantas, como si viajáramos."
En contraposición, la figura materna representaba el equilibrio y el refugio, como se pone de manifiesto en el cambio que se produjo en la casa en esa misma época cuando el padre, que empieza a tener problemas psiquiátricos y pasaba temporadas internado, se ausenta:
"Mi madre, liberada de los malos tratos, pero también del apoyo de mi padre, recuperó de golpe su agilidad natural, descolgó las cortinas de las ventanas, deshizo las maletas y una mañana declaró que por fin habíamos llegado, que el viaje había terminado y que desde aquel momento iniciábamos «una vida normal»"
Me gusta como está escrita y me gusta la mirada del autor. A pesar del desastre que era el padre, Danilo habla de él con respeto e incluso con admiración. Una lectura de calidad y conmovedora.
Los recuerdos de Danilo están llenos de olores, de miedo, de hambre pero también de ternura y poesía. Asistimos a la decadencia de la familia, en parte por las circunstancias reinantes en la Europa que les tocó vivir, máxime siendo Eduard Scham judío; mas también por la personalidad estrambótica y desequilibrada del padre, que hizo de la escritura de un horario-guia de ferrocarriles la razón de su existencia y hasta pidió excedencia en el trabajo para dedicarse de pleno a ello, lo cual tuvo como consecuencia que la familia se arruinó:
"... y los lexicones fueron remplazados por estudios alquímicos, antropológicos, [...] zoológicos y zoogeográficos. Las notas a pie de página o los signos ideográficos en forma de cruz, de media luna o de estrella de seis puntas, habían sido remplazados por páginas enteras de una escritura pequeña; las abreviaciones se habían convertido en párrafos, los párrafos en capítulos, y la idea original de combinar un horario de trenes con una guía turística pronto resultó ser tan sólo una pequeña y provocativa célula reproductora que se dividía como un organismo primitivo, siguiendo una progresión geométrica. De esta forma de lo que una vez fuera el Horario de transportes por carretera, marítimos, ferroviarios y aéreos no quedó más que un capullo seco, un signo ideográfico, un gran paréntesis y una abreviación, y las anotaciones al margen y a pie de página engulleron esta menuda e inestable construcción utilitaria que aparecía casi invisible y del todo accesoria sobre el mapamundi de colores de las esencias, y este tema inicial inventado y abstracto no representaba más que las tenues líneas de los meridianos y de los paralelos sobre esta enorme construcción de unas ochocientas páginas sin interlineado"".
Eso les llevó a cambiarse de casa en varias ocasiones hasta que terminaron viviendo en una chabola junto a la vía del tren. Los recuerdos de esa etapa son conmovedores:
"Porque aquel año que pasamos al lado del terraplén ferroviario, en la época de la total derrota de mi padre, la lejanía significaba para nosotros no sólo un remoto destello lírico, sino también el catártico y útil pensamiento de la huida, la salvación del miedo y del hambre. Y el pensamiento de la huida sólo aumentaba nuestro vértigo: nos pusimos a vivir en nuestra habitación como en el compartimiento de un tren. Por supuesto, la idea surgió de mi padre. Guardábamos nuestra ropa en maletas y bebíamos té del termo. En ausencia de mi padre, pasábamos todo el día dormitando, los unos al lado de los otros, detrás de las cortinas corridas, envueltos en mantas, como si viajáramos."
En contraposición, la figura materna representaba el equilibrio y el refugio, como se pone de manifiesto en el cambio que se produjo en la casa en esa misma época cuando el padre, que empieza a tener problemas psiquiátricos y pasaba temporadas internado, se ausenta:
"Mi madre, liberada de los malos tratos, pero también del apoyo de mi padre, recuperó de golpe su agilidad natural, descolgó las cortinas de las ventanas, deshizo las maletas y una mañana declaró que por fin habíamos llegado, que el viaje había terminado y que desde aquel momento iniciábamos «una vida normal»"
Me gusta como está escrita y me gusta la mirada del autor. A pesar del desastre que era el padre, Danilo habla de él con respeto e incluso con admiración. Una lectura de calidad y conmovedora.
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Re: Jardín, cenizas – Danilo Kis
no recuerdo muchas cosas de este libro, pero me entusiasmó la lectura de los tres libros de Kis sobre la familia Sam, son raros pero fascinantes. Los estás leyendo todos?
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- jilguero
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Re: Jardín, cenizas – Danilo Kis
Sí. Pero creo que personalmente me quedo con este, más convencional que El reloj de arena, pero también por eso muy, muy auténtico.Yppe escribió:no recuerdo muchas cosas de este libro, pero me entusiasmó la lectura de los tres libros de Kis sobre la familia Sam, son raros pero fascinantes. Los estás leyendo todos?
Ya dejé mi opinión en El Reloj de arena donde dije que le veía luces y sombras (más luces que sombras, cierto es). Entiendo que formalmente es más rompedor, pero este otro a mi me ha llegado más. No obstante, el fondo triste y poético está presente en todos ellos.
No descarto leer algo más del autor. Aunque le hablé a Albatross de El reloj de arena y, por asociación de ideas (por la rareza estructural), él me ha presentado a Milorad Pavic, autor que tampoco conocía y ya tengo en cola Paisaje pintado con té, a ver, a ver, si me gusta también mucho.
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