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Gran sertón: veredas – João Guimarães Rosa
Nº de páginas: 556 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: ADRIANA HIDALGO EDITORA 2010
ISBN: 9789871556083
"Gran Sertón: Veredas" se publicó en Brasil en 1956, transformándose en un clásico instantáneo y al mismo tiempo indefinible. En palabras de su autor “es tanto una novela como un largo poema”. João Guimarães Rosa ya era considerado uno de los autores más originales de la literatura brasileña después de la edición de los relatos de "Sagarana", en 1946 (publicado por primera vez en castellano en 2007 por Adriana Hidalgo editora), pero con la aparición de "Gran Sertón" se convirtió en uno de los escritores brasileños más conocidos universalmente. Novela cuyo escenario es el sertón –un área geográfica situada al nordeste del Brasil que figura en la literatura brasileña como una concepción de la identidad nacional–, la trama está constituida por un largo e ininterrumpido monólogo que Riobaldo,un valentón asalariado, le relata a un médico urbano. Con este monólogo, Guimarães Rosa evocó una realidad particular, de una forma tan minuciosa y exhaustiva que –por la radicalidad de su lenguaje– logró anular el pintoresquismo alcanzando reverberaciones universales.
hierbamora escribió:Me quedo aquí para leerte cuando lo empieces, guille.
No, mujer, vete de vacaciones tranquila que este tardará todavía un poco. Y reflexiona, a lo mejor te das cuenta de que debes acompañarme en la lectura del libro y no solo del hilo.
guille escribió: No, mujer, vete de vacaciones tranquila que este tardará todavía un poco. Y reflexiona, a lo mejor te das cuenta de que debes acompañarme en la lectura del libro y no solo del hilo.
Si en un tiempo (indeterminado) estoy restablecida y mi mano puede sujetar otro mamotreco (¿lo tuyo con los tochos es casual, o es que me tienes manía?), te dejo persuadirme.
La verdad es que ya toca leer algo juntos. El qué, ya se sabrá...
Leyendo:
1)Ted Chiang., Exhalación
2) Siri Hustvedt., La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres
hierbamora escribió:Si en un tiempo (indeterminado) estoy restablecida y mi mano puede sujetar otro mamotreco (¿lo tuyo con los tochos es casual, o es que me tienes manía?), te dejo persuadirme.
Mi sola presencia no te persuade? Cachis es esto de hacerse viejo sin delicadeza, que cantaba aquel.
hierbamora escribió:La verdad es que ya toca leer algo juntos. El qué, ya se sabrá...
Mira, hierby, si vas a la página de mi firma, pinchas en mi avatar (el ombliguito está bien), pinchas después en una flechita que hay al lado del avatar, y eliges listas y después pendientes, verás todos los libros que tengo en casa y podemos compartir (hasta que no baje la lista significativamente no compro uno más). Si te interesa alguno, nos podremos poner de acuerdo con facilidad y sin tener que ir a unas terceras elecciones.
Según los entendidos, es esta una de esas novelas sudamericanas imprescindibles.
A mí me ha parecido un pasote. Un pasote en muchos sentidos, en su estilo, en su poética, en su musicalidad, en su vanguardia, en su vocabulario (una parte importante inventado por el propio autor), en su conocimiento del ser humano.
No es una obra fácil. Hay que dejarse llevar por su desmesura, por su barroquismo, por las aguas de ese río que ”no quiere ir a ninguna parte, lo que él quiere es llegar a ser más grande, más profundo”. El esfuerzo merece muchísimo la pena. Ya lo dice Guimaraes, “Uno solo sabe bien aquello que no entiende”.
verosmosis escribió:Éste es de esos libros que me gustaría haber leído, pero que me asusta leer.
Hay que perderle el respeto a los libros, vero. Si entran, bien, si no entran, pues no será por falta de buenos libros que leer. Si lo piensas, no tienes nada que perder y sí mucho que ganar.
guille escribió: Hay que perderle el respeto a los libros, vero. Si entran, bien, si no entran, pues no será por falta de buenos libros que leer. Si lo piensas, no tienes nada que perder y sí mucho que ganar.
Suscribo eso de perderle el respeto a los libros.
Eso para las personas, y no todas.
Leyendo:
1)Ted Chiang., Exhalación
2) Siri Hustvedt., La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres