Oriente - Daniel Kehlmann
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Oriente - Daniel Kehlmann
ORIENTE
Daniel Kehlmann
Este escritor nacido en Munich en 1973, que posee la doble nacionalidad alemana y austríaca, es un viejo conocido para muchos de los participantes en el Miniclub, pues el año pasado leímos otro relato suyo, que se titulaba Voces. El de este año está extraído del mismo libro, Fama, y sinceramente creo que os va a gustar, porque lo tiene todo: atrapa, es inquietante, tiene un punto onírico dentro de su aplastante realismo... y el final es, digamos, inesperado, aunque pensándolo bien yo creo que a la protagonista no le quedaba otra posibilidad, dadas las circunstancias...
En fin, que vamos a comentarlo a partir de hoy, viernes 21, aquí, en este hilo
- clachalote
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
No me lo tragué mucho. ¿Los demás pasajeros no tenían un cargador de celular? ¿Su marido realmente no podría encontrarla? Por muy salvaje que pareciera todo, no me trago que los demás la dejaran atrás sin más.
Ameno, pero no me lo creo.
Ameno, pero no me lo creo.
.. la justa discriminación entre lo que es necesario, lo que no es necesario ni destructivo, y lo que es destructivo — Ursula K. Le Guin
Prehistoria de mujeres
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
Pues yo lo encontré muy muy muy creíble.
No sé si has viajado por un país así, yo sí. Cuando yo estuve en Myanmar hace bastantes años, como los años que separan la actualidad de cuando fue escrito, de ahí el gran acierto de la fotografía del móvil que ha puesto Sue, solo había dos teléfonos públicos para contactar fuera del país, uno en Rangún y otro en Mandalay, y por supuesto los móviles no funcionaban, la diferencia con el relato es que Myanmar es un lugar de gente maravillosa en el que ni por asomo podrían tratar a una persona así.
Una de las cosas que me aterró de este relato fue las posibilidades de que algo así pudiera ocurrir, en un lugar como Corea del Norte por ejemplo no sería nada extraño. Una mujer, que eso en principio ya le puede dar desventaja, solo hay que ver cómo la tratan los policías, el robo, el hecho de no poder cargar el móvil, la falta de cobertura, la negligencia oficial, el desinterés humano de determinadas personas que pueden ver al turista como un dólar que anda y se mueve, es decir no cómo un ser humano sino como alguien a quién sacarle dinero o robarle, la falta de constancia oficial debido a la negligencia de los funcionarios en un régimen de tipo stalinista donde la burocracia engulle todo. Y también comentar que es perfectamente creíble que los demás la dejen atrás, lo que quieren es dejar el país, ella ya no está con ellos y pueden pensar cualquier cosa, que ha cogido otro vuelo, o ha habido algún tipo de cambio, otra cosa es cuando se denuncie su desaparición y cuenten que se la llevaron a otro hotel, etc..., y a partir de ahí ya es el país de origen el que tiene que pedir explicaciones al país donde desapareció, pero en un lugar como Corea del Norte a saber si harían caso.
Lo que me encantó es el humor que destila, la crítica a esa burocracia, o a esas visitas guiadas, en Corea del Norte son así según me contó un amigo que estuvo, van todo el tiempo con un guía oficial y gente del servicio secreto que los acompañan hasta el WC y no pueden hablar con nadie sin el filtro ni coger un bus ni nada, y los llevan a ver las cosas más peregrinas.
En fin, a mí me gustó, lo vi una crítica a esos regímenes desde el humor, pero también un thriller donde vemos con angustia, porque me identifico con la protagonista, cómo todo se va enredando hasta quedar atrapada.
No sé si has viajado por un país así, yo sí. Cuando yo estuve en Myanmar hace bastantes años, como los años que separan la actualidad de cuando fue escrito, de ahí el gran acierto de la fotografía del móvil que ha puesto Sue, solo había dos teléfonos públicos para contactar fuera del país, uno en Rangún y otro en Mandalay, y por supuesto los móviles no funcionaban, la diferencia con el relato es que Myanmar es un lugar de gente maravillosa en el que ni por asomo podrían tratar a una persona así.
Una de las cosas que me aterró de este relato fue las posibilidades de que algo así pudiera ocurrir, en un lugar como Corea del Norte por ejemplo no sería nada extraño. Una mujer, que eso en principio ya le puede dar desventaja, solo hay que ver cómo la tratan los policías, el robo, el hecho de no poder cargar el móvil, la falta de cobertura, la negligencia oficial, el desinterés humano de determinadas personas que pueden ver al turista como un dólar que anda y se mueve, es decir no cómo un ser humano sino como alguien a quién sacarle dinero o robarle, la falta de constancia oficial debido a la negligencia de los funcionarios en un régimen de tipo stalinista donde la burocracia engulle todo. Y también comentar que es perfectamente creíble que los demás la dejen atrás, lo que quieren es dejar el país, ella ya no está con ellos y pueden pensar cualquier cosa, que ha cogido otro vuelo, o ha habido algún tipo de cambio, otra cosa es cuando se denuncie su desaparición y cuenten que se la llevaron a otro hotel, etc..., y a partir de ahí ya es el país de origen el que tiene que pedir explicaciones al país donde desapareció, pero en un lugar como Corea del Norte a saber si harían caso.
Lo que me encantó es el humor que destila, la crítica a esa burocracia, o a esas visitas guiadas, en Corea del Norte son así según me contó un amigo que estuvo, van todo el tiempo con un guía oficial y gente del servicio secreto que los acompañan hasta el WC y no pueden hablar con nadie sin el filtro ni coger un bus ni nada, y los llevan a ver las cosas más peregrinas.
En fin, a mí me gustó, lo vi una crítica a esos regímenes desde el humor, pero también un thriller donde vemos con angustia, porque me identifico con la protagonista, cómo todo se va enredando hasta quedar atrapada.
Todo arde de Juan Gómez-Jurado.
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- jilguero
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
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- clachalote
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
Es verdad que nunca he estado en el extranjero, eso puede tener todo que ver. Además me hiciste notar que este cuento es de otra época, lo leí pensando que era actual; eso también explica algunas cosas.Arden escribió:Pues yo lo encontré muy muy muy creíble.
No sé si has viajado por un país así, yo sí. Cuando yo estuve en Myanmar hace bastantes años, como los años que separan la actualidad de cuando fue escrito, de ahí el gran acierto de la fotografía del móvil que ha puesto Sue, solo había dos teléfonos públicos para contactar fuera del país, uno en Rangún y otro en Mandalay, y por supuesto los móviles no funcionaban, la diferencia con el relato es que Myanmar es un lugar de gente maravillosa en el que ni por asomo podrían tratar a una persona así.
Aun así no me convenzo del todo, pero es mi apreciación. Me falta por conocer.
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- jilguero
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
La verdad es que me lo he leído muy a gusto y al final estaba agobiada.
He tenido un problema de ubicación geográfica. Pura jugarreta de la memoria, pues es que cuando ella hablaba de tanto calor y tanto sudar, me he traslado sin poder evitarlo a Áqaba donde pasé tanto calor como ella. Pero la verdad es que eso es irrelevante, pues a orillas del Mar Rojo o en Amán podría haber ocurrido algo parecido.*
La narración refleja muy bien la situación y eso hace que te metas en la piel de ella. Lo de amanecer en un hotel vacío, en un país lejano, tiene su aquel. Por otro lado, me gusta el humor no obvio que desliza el autor aquí y allá, por ejemplo, cundo enumera los periodistas, acaba la lista diciendo que uno de ellos ha ido porque su casa estaba en obras.
Por ponerle algún pero, tal vez un poquito más breve podría haber trasmitido lo mismo y le habría quedado más redondo aún. También, aunque creíble en líneas generales, lo veo un pelín exagerado. Sobre todo en lo de aceptar ella que la separasen del grupo. En una país así yo me habría negado, pero cierto es que soy muy cobardica y recelosa, pero que he conocido gente por ahí que es confiadísima.
Una duda respecto al final:
No es algo relevante pero me gusta saber a qué atenerme por si me ocurriera en el futuro.
Arden, apúntate otro tanto en tu haber. Habrá que darte algún premio como rastreador de autores.
*ClaMargara, en ese viaje, una avión de hélice nos llevó durante la noche desde Áquaba a Amán. Pues bien, cuando llegamos a Amán nadie nos esperaba y, sin saber muy bien cómo (no había manera de entenderse con los lugareños), los del grupo terminamos montados en un autobús, con el equipaje en las rodillas, que nos llevó al aeropuerto internacional. Allí nos encontramos todo cerrado y nadie a quien preguntar. El vuelo era a las seis de la mañana del siguiente día. Nos acostamos por el suelo, sin separarnos los unos de los otros, dispuestos a pasar la noche como fuera y largarnos. Cerca de las dos de la mañana nos despertó un señor chapurreando inglés. Nos dijo que nos llevaba a un hotel, que había habido una confusión de horarios. Algunos recelábamos y decíamos que no, que nos quedábamos ya allí. Pero el hombre se empeñó y nos llevó a un hotel mamotrético que a esas horas de la madrugada era un hervidero, con gente saliendo de las habitaciones, empleados entrando a hacerlas. Vamos, una especie de mini-ciudad con vida nocturna. Yo pensé que aquello era una trampa. Por fortuna no, dos horas después nos despertaron para volvernos a llevar al aeropuerto. Pero en aquel hotel, donde nos disgregaron por distintos pisos, podría haberse quedado perdido cualquiera y los demás seguramente habríamos cogido el avión de regreso sin saber muy bien si había decidido quedarse o qué.
He tenido un problema de ubicación geográfica. Pura jugarreta de la memoria, pues es que cuando ella hablaba de tanto calor y tanto sudar, me he traslado sin poder evitarlo a Áqaba donde pasé tanto calor como ella. Pero la verdad es que eso es irrelevante, pues a orillas del Mar Rojo o en Amán podría haber ocurrido algo parecido.*
La narración refleja muy bien la situación y eso hace que te metas en la piel de ella. Lo de amanecer en un hotel vacío, en un país lejano, tiene su aquel. Por otro lado, me gusta el humor no obvio que desliza el autor aquí y allá, por ejemplo, cundo enumera los periodistas, acaba la lista diciendo que uno de ellos ha ido porque su casa estaba en obras.
Por ponerle algún pero, tal vez un poquito más breve podría haber trasmitido lo mismo y le habría quedado más redondo aún. También, aunque creíble en líneas generales, lo veo un pelín exagerado. Sobre todo en lo de aceptar ella que la separasen del grupo. En una país así yo me habría negado, pero cierto es que soy muy cobardica y recelosa, pero que he conocido gente por ahí que es confiadísima.
Una duda respecto al final:
¿Simplemente se duerme o quiere dar a entender que en ese momento pierde su pasado y se quedará atrapada en su nueva situación? |
Arden, apúntate otro tanto en tu haber. Habrá que darte algún premio como rastreador de autores.
*ClaMargara, en ese viaje, una avión de hélice nos llevó durante la noche desde Áquaba a Amán. Pues bien, cuando llegamos a Amán nadie nos esperaba y, sin saber muy bien cómo (no había manera de entenderse con los lugareños), los del grupo terminamos montados en un autobús, con el equipaje en las rodillas, que nos llevó al aeropuerto internacional. Allí nos encontramos todo cerrado y nadie a quien preguntar. El vuelo era a las seis de la mañana del siguiente día. Nos acostamos por el suelo, sin separarnos los unos de los otros, dispuestos a pasar la noche como fuera y largarnos. Cerca de las dos de la mañana nos despertó un señor chapurreando inglés. Nos dijo que nos llevaba a un hotel, que había habido una confusión de horarios. Algunos recelábamos y decíamos que no, que nos quedábamos ya allí. Pero el hombre se empeñó y nos llevó a un hotel mamotrético que a esas horas de la madrugada era un hervidero, con gente saliendo de las habitaciones, empleados entrando a hacerlas. Vamos, una especie de mini-ciudad con vida nocturna. Yo pensé que aquello era una trampa. Por fortuna no, dos horas después nos despertaron para volvernos a llevar al aeropuerto. Pero en aquel hotel, donde nos disgregaron por distintos pisos, podría haberse quedado perdido cualquiera y los demás seguramente habríamos cogido el avión de regreso sin saber muy bien si había decidido quedarse o qué.
La chelista indecorosa La Juana la Loca nórdica
El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre (A. Camus)
Re: Oriente - Daniel Kehlmann
Me alegro de que te haya gustado
A mí la situación no me parece nada inverosímil, si yo contara las situaciones en las que me he visto envuelto en lugares remotos..., lo que no sé es cómo estoy aquí
Este relato es una de las razones por las que he propuesto que el miniclub del año próximo sea de un autor mensual, me ha pasado con otros también. Este no fue mi primera opción, fue otro, ni mejor ni peor, muy bueno como este, y al decirme Sue que ya lo comentamos hace años entonces señalé este.
En varias ocasiones me ha ocurrido esto, ya comenté hace poco respecto del libro Crímenes, del que leímos un relato pero realmente hubo otros que eran iguales o mejores, pero también me ocurrió con Alexievich, Giovanni Verga y otros, me quedo con las ganas de profundizar más en un autor.
A mí la situación no me parece nada inverosímil, si yo contara las situaciones en las que me he visto envuelto en lugares remotos..., lo que no sé es cómo estoy aquí
Este relato es una de las razones por las que he propuesto que el miniclub del año próximo sea de un autor mensual, me ha pasado con otros también. Este no fue mi primera opción, fue otro, ni mejor ni peor, muy bueno como este, y al decirme Sue que ya lo comentamos hace años entonces señalé este.
En varias ocasiones me ha ocurrido esto, ya comenté hace poco respecto del libro Crímenes, del que leímos un relato pero realmente hubo otros que eran iguales o mejores, pero también me ocurrió con Alexievich, Giovanni Verga y otros, me quedo con las ganas de profundizar más en un autor.
Todo arde de Juan Gómez-Jurado.
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
Yo también creo que la situación no es tan inverosimil. En todo caso, trata de un tema que a mi me apasiona y, por qué no reconocderlo, atemoriza a veces: cómo un hecho imprevisto, a menudo banal o fruto del puro azar, puede cambiar profundamente nuestras vidas. "El efecto mariposa"....
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Re: Oriente - Daniel Kehlmann
Yo me estaba acordando de que en Corea del Norte también invitaron periodistas para venderles las maravillas del lugar y daba un poco de grima.
En cuanto al relato, me he agobiado muchísimo.
En cuanto al relato, me he agobiado muchísimo.