El pecado original
P. D. James
El protagonista es el comandante de la policía Adam Dalgliesh, que además es un poeta conocido. En este caso la acción comienza con el suicidio de una editora de una compañía editorial con solera, en la que suceden cosas extrañas desde que se hace cargo de la empresa Gerard Etienne al morirse Henry Peverell.
Otra sinopsis:
A orillas del Támesis, en una réplica de un palacio veneciano construido en 1830, se halla la editorial Peverell Press, una empresa familiar que un emprendedor y ambicioso francés se propone relanzar con todos los recursos del marketing moderno. Cuando el cadáver del joven empresario aparece en uno de los locales de la editorial, el detective Adam Dalgliesh se hace cargo de investigar el caso. Para ello, se introducirá en un mundo de escritores narcisistas, turbias estrategias financieras y romances escandalosos.
Es el primer libro que leo de ella. El ritmo no es trepidante, pero la novela sí a pesar de que cada capítulo está escrito desde el punto de vista de uno de los personajes. Aparecen bastantes citas de poesía inglesa y bíblica, así como consideraciones sobre el tipo de negocio a seguir. Como ejemplo:
-El negocio editorial consiste en darle al público lo que quiere, no en hacer juicios morales.
-Lo mismo podrías aducir si fabricases cigarrillos.
-Lo aduciría si fabricara cigarrillos. O whisky, para el caso es lo mismo.
-La analogía no es válida -objetó De Witt-. Se podría alegar que la bebida es decididamente beneficiosa si se ingiere con moderación. En cambio, nunca se podrá alegar que una mala novela sea otra cosa que una mala novela.
-¿Mala para quien? ¿Y qué entiendes tú por mala? Beacher cuenta una historia sólida, mantiene constantemente la acción, proporciona esa mezcla de seco y violencia que al parecer quiere la gente. ¿Quiénes soms nosotros para decirle a los lectores lo que les conviene? Además, no has dicho siempre que lo importante es que la gente se acostumbre a leer? Que empiecen con novelas románticas baratas y quizá luego paseb a Jane Austeb o a George Eliot. Pues bien, no veo por qué habrían de hacerlo; pasar a los clásicos, quiero decir. El argumento es tuyo, no mío. ¿Qué tiene de malo la novela sentimental barata, si resulta que es lo que les gusta? Me parece una muestra de suficiencia argumentar que la novela popular sólo se justifica si conduce a cosas más elevadas. Bueno, lo que Gabriel y tú consideráis cosas elevadas.